En la mayoría de las dietas orientales las algas son incluidas de manera habitual. En la cultura occidental no se han conocido las algas hasta hace muy poco. No obstante, cada vez son más las personas que saben que las algas son un alimento extremadamente interesante debido a todos los nutrientes que aportan. Pero ¿todas las algas son iguales? ¿Nos aportan el mismo tipo de nutrientes? Ahora vamos a ver la diferencia que hay entre ellas.

Algas, verduras acuáticas

Podemos decir que las algas son las verduras que crecen en el agua. Llevan a cabo los mismos ciclos que las plantas que crecen fuera del agua y pueden proceder tanto de aguas dulces como saladas. Las algas se alimentan de la luz del sol y pueden encontrarse en profundidades marinas o a niveles menos profundos.

 

 

Según diferentes estudios, podemos afirmar que las algas poseen propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y antioxidantes. Algunas de ellas nos pueden aportar mucho más calcio que la leche, entre otros minerales. Su uso en la cocina es muy habitual en oriente, aunque, en zonas costeras de la península ibérica, también se han utilizado para dar riqueza a los platos de pescado y arroces.

 


 

Las algas enriquecen nuestra alimentación

En general, los alimentos que llegan a nuestra mesa carecen de los minerales que deberían de aportarnos. Esto es debido al uso de fertilizantes sintéticos y a la sobreexplotación de los suelos. Por este motivo los alimentos que comemos son pobres en minerales como el magnesio, hierro, potasio, etc. Es por eso que el incluir algas en nuestra alimentación nos aporta tantos beneficios.

Las algas contienen, en grandes cantidades,  esos minerales y oligoelementos de los que carecen otros alimentos. Así mismo, nos aportan proteínas vegetales de alta calidad y fácilmente asimilables. A esto podemos añadir también que son un excelente tónico para el sistema nervioso.

Tipos de algas

Las algas se pueden clasificar de diferentes maneras. Según su forma pueden ser: con forma de arbusto, en cintas, filamentosas o cilíndricas. Si las clasificamos según el color las podemos encontrar: de color rojo, pardo, verde-azuladas o verdes.

Alga kombu

Este tipo de alga se suele utilizar para ablandar y facilitar la digestión de las legumbres. Es muy fibrosa por lo que necesita ser cocinada durante mucho tiempo. Contiene muchos minerales y regenera con facilidad las funciones del intestino. Hay que ponerla en remojo junto con las legumbres y tras el remojo tirar el agua. Después, se cuece de la misma manera que las  legumbres o el arroz.

Alga wakame

Si eres principiante en el mundo de las algas, está es una de las más fáciles de utilizar. La puedes añadir en verduras, ensaladas y sopas. Solo hay que ponerla en remojo durante unos diez minutos y ya está lista para utilizar. Este alga es venotónica, ya que ayuda a limpiar y remineralizar el aparato circulatorio. Es muy rica en magnesio, yodo, calcio y fósforo, además de contar con la cantidad de proteínas biodisponibles con las que cuentan todas las algas.

Así mismo, aunque es muy digestiva, solo hace falta tomar pequeñas cantidades debido a su riqueza en nutrientes. Cuando es hidratada expande su volumen muchísimo, hasta diez veces. Se puede tomar con sopas de miso y, como ya hemos dicho, en ensaladas.

Algas rojas

El Cochayuyo

Este alga proviene de Chile y es muy apreciada por sus propiedades desintoxicantes del hígado. Si la consumimos seca ha de ser molida, aunque también puede ser hidratada. Es una gran ayuda en la eliminación de metales pesados ya que contiene una gran cantidad de cisteína (aminoácido que tiene propiedades protectoras del hígado). Es muy recomendable para aliviar los dolores de la dentición de los bebés.

Musgo de Irlanda

Este tipo de alga se encuentra en zonas rocosas y crece de forma silvestre. Se suele utilizar como espesante en la industria alimentaria y se conoce como carragenato. Tiene propiedades laxantes y emolientes y es rica en yodo y mucílagos. Se la considera un alga hidratante y refrescante por lo que la medicina ayurvédica la utiliza para tratar enfermedades que tienen que ver con calor en el corazón y los pulmones. En el verano, normalmente, se añade en las ensaladas.

Alga dulse

Aunque por su nombre podría parecerlo, no es un alga de sabor dulce. Se sabe que los Vikingos y guerreros Celtas se alimentaban de ellas. Es rica en proteínas aunque su mayor riqueza es la cantidad de hierro que contiene. Por ello es muy útil para tratar problemas de anemia. Además es muy fácil de utilizar, solo hace falta remojarla durante cinco minutos y la tenemos lista para tomar

Agar-agar

Este alga es la opción vegana  a las gelatinas que se consumen habitualmente. Es muy rica en fibra y se utiliza para evitar el estreñimiento y tratar la obesidad. Originalmente se presenta en polvo aunque la podemos comprar en filamentos.

Algas pardas

Espagueti de mar

Debe su nombre a la forma alargada y estrecha ya que nos recuerda a los tallarines. Este alga se conoce poco en oriente. Crece en mares profundos y zonas agitadas. Es muy rica en calcio y muy beneficiosa para bajar el colesterol y la hipertensión. Así mismo, se recomienda para casos de estreñimiento.

Alga Nori

Este alga está muy indicada para problemas en la piel o mucosas debido a su alto contenido en vitamina A. La podemos encontrar en hojas tostadas y también copos para poner sobre las verduras, cereales o ensaladas.

Algas verde azuladas

Chlorela

 Se le considera la mayor fuente de clorofila que existe. Es muy rica en hidratos de carbono, fibra, minerales y vitaminas. Es un potente antioxidante ya que tiene un alto contenido en betacarotenos.

Alga Espirulina

Está considerada como un verdadero multivitaminico natural. Nos aporta hierro, vitamina B12, aminoácidos, ácidos grasos, minerales y oligoelementos. La mejor manera de tomarla es en polvo, de origen ecológico y con las pareces celulares rotas.

Estas son los tipos de algas más utilizadas, no obstante, dentro de la alimentación macrobiótica también están el alga Arame y Hijiki.  Cualquiera de ellas son excelentes para nuestra salud.

RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral. Así, incluir nuevos alimentos a nuestra dieta, como las algas, puede ser un buen comienzo en ese cambio de hábitos… 😉

Además, para cuidar nuestra mente, existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí  que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.

 


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