Cuando hablamos de limpieza siempre pensamos en el agua. El agua contribuye a la higiene de nuestro cuerpo tanto por dentro como por fuera. No obstante, además del agua, para limpiar realmente el organismo, necesitamos contar con unos buenos filtros que no dejen pasar las impurezas. Por lo tanto, si consumimos el agua necesaria y nuestros filtros están en buen estado, es muy fácil que no padezcamos enfermedades.

La función de los filtros corporales

Los filtros tienen como función evitar que pasen aquellas partículas que evitan la fluidez. Cuando los filtros están demasiado sucios, no pueden llevar a cabo su trabajo de manera adecuada. Todo el mundo sabe que, en nuestro coche, no deberíamos esperar a que los filtros estuvieran atascados para cambiarlos, ya que esto repercutiría en el funcionamiento de nuestro vehículo. Unos filtros que no funcionan bien causarán averías y generarán residuos dañinos.

 

 

Dentro de nuestro cuerpo conviven millones de células. Estas células, cómo seres vivos, se alimentan, respiran y, fruto del proceso de digestión, generan desechos. Estos residuos pasan a la sangre y son conducidos hasta los filtros con los cuenta nuestro cuerpo de forma natural.


 

¿Cómo funcionan esos filtros?

El entorno en el que viven nuestras células tiene que estar limpio. Esto hará que la recepción de oxigeno y nutrientes se haga de manera adecuada. El cuerpo humano cuenta con un sistema de limpieza que está formado por el sistema linfático y cinco filtros más: los pulmones, la piel, los riñones, el hígado y el intestino. Este sistema de limpieza se encarga de expulsar los desechos que las células generan.

Los distintos residuos son desechados por diferentes partes del cuerpo:

  • Dióxido de carbono: Es expulsado por los pulmones y también por la piel
  • Ácido úrico: Los riñones lo expulsan a través de la orina y por la piel
  • Colesterol: La piel se encarga de eliminarlo a través del sudor. También el hígado participa a través de los ácidos biliares
  • Residuos de la alimentación: Los encargados son los intestinos que los eliminan por medio de las heces.

Todos aquellas sustancias beneficiosas para nuestro organismo, así como los nutrientes, son filtrados por cada uno de estos filtros y después pasan a la sangre. De los cinco filtros de los que hemos hablado, hay tres que están filtrando la sangre de manera continua: el hígado, los riñones y los pulmones.

A lo largo de nuestra vida estos tres órganos funcionan continuamente. Diariamente, se calcula que son filtrados unos 7000 litros de sangre. En el caso de que alguno de ellos dejara de funcionar, o lo hiciera de manera poco eficiente, los desechos celulares intoxicarían poco a poco las células haciéndolas enfermar.

 

 

Cuando el líquido que rodea a nuestras células está lleno de residuos tóxicos, el ambiente se torna muy ácido. Esta acidez hace que las enfermedades se desarrollen con más facilidad. Por ejemplo, un ambiente carente de oxígeno y con alta acidez es el más adecuado para el desarrollo de las células cancerígenas.

¿Qué cosas perjudican nuestros filtros corporales?

Pulmones: La contaminación atmosférica y el tabaco llenan de residuos los alvéolos pulmonares, haciendo que el área de intercambio celular sea menor. La inhalación de productos de limpieza o insecticidas también es perjudicial.

Riñones: Cuando no consumimos la cantidad de agua que necesitamos, o cuando tomamos cantidad excesiva de sal, nuestros riñones lo acusan. De la misma manera, enfermedades como la diabetes también los perjudican.

Hígado: Nuestro cuerpo necesita poca cantidad de grasas y que sean de buena calidad. Cuando la dieta lleva incorporada demasiada grasa nuestro hígado se inflama y se transforma en hígado graso. Esto hará que su capacidad de filtrado se vea obstaculizada.

La limpieza de los filtros

Limpiar los filtros de nuestro cuerpo se convierte en una necesidad cuando queremos vivir consalud. Vamos a ver qué podemos hacer para mantenerlos limpios y en pleno funcionamiento:

  • Procura beber al menos dos litros de agua al día. Este agua puedes tomarla en infusiones, caldos o batidos.
  • Intenta reducir el consumo de sal en las comidas. Poco a poco puedes ir poniendo menos cantidad. Además de esto, intenta que la sal que utilices sea siempre sal marina.
  • Incrementa el consumo de verduras y frutas frescas. El agua que contienen estos alimentos es un potente limpiador. Lo ideal es que sean de origen ecológico y de temporada.
  • Elimina hábitos como el tabaco o el alcohol. El alcohol deshidrata muchísimo y el humo del tabaco, como hemos dicho, ensucia nuestros alvéolos.

 

Las plantas nos ayudan a limpiar

Una buena costumbre para que nuestro hígado, riñones y pulmones estén limpios es tomar infusiones beneficiosas para cada uno de ellos:

  1. Riñones: las infusiones de diente de león, ortiga y cola de caballo son excelentes limpiadoras de nuestro sistema renal.
  2. Pulmones: el tomillo, el té verde y el llantén son plantas que colaboran con la limpieza de nuestros pulmones.
  3. Hígado: las alcachofas son muy beneficiosas para el hígado. Se pueden tomar como verdura o en infusión. Así mismo, el boldo y el cardo mariano son dos plantas que, en infusión, serán de gran ayuda para limpiar el hígado.

¿Qué hábitos de vida colaboran con la limpieza?

Además de utilizar las infusiones indicadas para cada caso, hay ciertas cosas que se pueden hacer para prevenir que los filtros de nuestro cuerpo se ensucien:

Elimina de tu dieta todo tipo de productos procesados y/o refinados. Lo mejor que puedes hacer es comenzar a llevar una dieta rica en cereales integrales, legumbres, frutas y verduras.

 

 

Evita el estreñimiento. Si te alimentas de productos integrales lo evitarás en gran medida. No obstante, las semillas de lino te ayudarán a evitarlo y no tienen efectos secundarios.

Toma uno o dos vasos de agua templada en ayunas. Esto colabora a limpiar los intestinos. El resto del día intenta tomar agua a menudo.

Renuncia a la vida sedentaria. Incluye el ejercicio en tu vida diaria. Con un poco de ejercicio moderado es suficiente.

Olvida el consumo de tabaco y alcohol o reduce su consumo a ocasiones excepcionales.

 

RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral. 

Además, para cuidar nuestra mente, existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí  que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.

 


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