La mayoría de las personas cuando oyen hablar de baños de contraste solo piensan en los balnearios. Es cierto que estos baños se pueden hacer de cuerpo entero y tienen muchísimos beneficios. Sin embargo, los baños de contraste también se utilizan para tratar lesiones deportivas. Esta técnica se ha venido utilizando desde tiempos muy antiguos, dando muy buenos resultados.

Qué son los baños de contraste

Los baños en los que se alterna el agua fría y caliente se comenzaron a utilizar hace mucho tiempo, en un intento de modificar la forma de funcionar del cuerpo humano. Actualmente, se sabe que, mediante esta técnica, se activa la circulación, lo cual, es muy importante para un gran número de lesiones.

Como su nombre indica, los baños de contraste consisten en someter a una parte del cuerpo a agua caliente y agua fría. Se utilizan para la rehabilitación de lesiones traumáticas o deportivas. Debido a la vasodilatación que provoca el calor y la vasoconstricción provocada por el frío, la zona que tratamos mejora su circulación linfática y sanguínea. De esta manera, se favorecen la llegada de nutrientes a la zona y la limpieza de desechos metabólicos.

Beneficios de los baños de contraste

Este tipo de terapia es muy efectiva cuando se utiliza en fracturas de pie o tobillo, esguinces de tobillo y cualquier lesión que curse con inflamación y edema.  En estos casos, los tejidos se encuentra duros y rígidos. Así mismo, la circulación suele estar disminuida y los baños de contraste tiene un papel muy beneficioso.


 

Los beneficios que tienen este tipo de baños son, además de la vasoconstricción y vasodilatación, que ya hemos mencionado, los siguientes:

  • Reducción de edemas y limpieza de los tejidos
  • Disminución del dolor y la rigidez anterior a la rehabilitación
  • Estimulación del sistema nervioso autónomo

Cómo llevar a cabo los baños

Cualquier persona puede llevar a cabo esta técnica en su propia casa. Lo único que necesitaremos son dos cubetas lo suficientemente grandes como para poder introducir, con facilidad, la mano, la muñeca, los pies o los tobillos. Para aquellas partes de cuerpo que no se puedan introducir en las cubetas, utilizaremos la misma técnica de contraste pero utilizando compresas calientes o frías. Más adelante veremos como se realiza esta otra opción.

El agua

Aunque la manera de hacer los baños es bastante sencilla, tendremos que tener en cuenta ciertas reglas. respecto al agua:

  • Agua fría.  Su temperatura tiene que estar entre los 10 y 20 grados centígrados.  El tiempo de permanencia serán entre uno y dos minutos
  • Agua caliente. Su temperatura estará entre los 38 y 44 grados centígrados. En esta franja de temperatura no nos quemaremos. En este caso la permanencia será entre cuatro y seis minutos.

La técnica

Fuente: Pixabay/Taliesi

Lo primero que tenemos que hacer es comprar un par de cubetas o barreños en los que pondremos el agua. El tamaño de las cubetas tendrá que ser lo suficientemente grande como para que puedas introducir tus pies. Llenaremos cada una de las cubetas con agua caliente y fría a la temperatura que hemos indicado más arriba.

Primero paso: Introducimos el miembro a tratar en el agua caliente. Siempre empezaremos por el agua caliente.

Segundo paso: Una vez pasado el tiempo recomendado pasamos al agua fría. Nos tendremos que mantener aquí el tiempo necesario para luego volver, de nuevo, al agua caliente. Tendremos que realizar de dos a cuatro cambios de agua fría a caliente.

Tercer paso: Si la lesión es de una parte del cuerpo que haya permanecido mucho tiempo inmovilizada o la lesión se ha hecho crónica, terminaremos con el agua caliente. Sin embargo, si la lesión es reciente tendremos que terminar con el agua fría.

Alternativa al baño de contraste

Como ya hemos dicho antes, los baños son ideales para todo tipo de lesiones en las que se pueda introducir la parte del cuerpo lesionada en las cubetas. Por ejemplo, podremos hacerlos para los pies, los tobillos, la mano o la muñeca. Sin embargo, si tenemos la lesión en un hombro o cadera no podremos hacer los baños. En ese caso haremos también una técnica de contraste pero de manera diferente La manera de proceder entonces sería la siguiente:

  •  En lugar de cubetas de agua las herramientas serán compresas calientes o frías.  Los paños calientes se obtendrán de la cubeta de agua caliente que habremos preparado. Los paños fríos serán paños en los que introduciremos hielo triturado o cubos de hielo. Si te resulta más cómodo puedes compra bolsas de gel frío en la farmacia.
  • La manera de hacer esta operación es exactamente la misma que con las cubetas. Y también terminaremos con frío o calor según el tipo de lesión, como hemos indicado más arriba.

Fuente: Pixabay/WolfBlur

 

Cuándo están indicados los baños de contraste

Ya hemos visto cómo llevar a cabo los baños de contraste. Ahora solo nos falta saber en qué casos son recomendables:

– Recuperación fracturas del pie y tobillo, esguinces tobillo y cualquier lesión que curse con inflamación y/o edema. En estos casos, se recomienda especialmente cuando ya la lesión esté fría o se haya retirado la inmovilización. Los baños nos ayudarán sobre todo a limpiar los tejidos dañados.

– Al inicio o a la mitad de la rehabilitación. Antes de comenzar a rehabilitar, los baños sirven como preparación para los ejercicios que llevará el profesional a cabo. Gracias a ellos, la parte del cuerpo lesionada estará más suelta y menos dolorida.

– En el síndrome de Sudeck. Esta enfermedad es de carácter crónica y afecta al sistema nervioso. Los baños son una eficaz herramienta para aportar equilibrio al sistema nervioso autónomo y para mejorar la circulación y reducir el dolor.

Los baños de contraste son una herramienta muy beneficiosa y muy fácil de llevar a cabo. Cualquier persona puede hacerlo en casa y su coste es muy pequeño. Si además de hacer estos baños llevas a cabo los ejercicios que te haya indicado tu médico la mejoría será mucho más rápida que si no los hubieras hecho. ¿A qué esperas para probarlo?

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