Con la llegada de septiembre en la mayoría de los sitios se retoma la rutina habitual. Se acaban las vacaciones, se vuelve al trabajo, comienzan los colegios, nuevos planes y objetivos… Para algunas personas esto no supone ningún problema, pero para otras se genera un efecto negativo: faltan once meses para volver a disfrutar de otro largo periodo vacacional. De hecho, muchas personas tienen estrés posvacacional y en algunos casos la sensación es algo muy cercano a la depresión.

Entonces, ¿cómo podemos evitar caer en esta sensación tan negativa y limitante? Pues aquí algunos de los consejos que a lo mejor te funcionan: 

 

No agotes hasta el último día antes de volver a tus obligaciones

Si eres de las personas que se agobia con la reincorporación a la actividad tras las vacaciones y has ido de viaje, no vuelvas justo el día antes de incorporarte a tu trabajo por la noche. Si te acuestas con el cansancio de la vuelta y al día siguiente lo primero que haces es despertarte más temprano de lo que llevabas haciendo durante tu descanso, estás apostando fuerte por estar de mal humor todo el día. Es preferible que vuelvas un par de días antes y te dé tiempo a adaptarte tranquilamente a la vida en tu casa, deshacer maletas y que el primer día de vuelta te pille con la rutina de tu casa recuperada.

 

Piensa en lo afortunado/a que eres por tener esa actividad 

¿Cuántas personas estarían deseando poder incorporarse a un trabajo o a estudios? Si estás entre las personas que sí tienes esa oportunidad, ¡alégrate! Un gran porcentaje de personas en el mundo no tienen trabajo ni acceso a la educación. Sí, viven en vacaciones continuas, y te aseguramos que no se alegran por ello


Recuerda lo bien que te lo has pasado

La tendencia de ponerse triste cuando algo bueno se acaba en vez de ser feliz por haberlo disfrutado es muy infantil, pero muy habitual. ¿No has visto como un niño que está en un parque de atracciones o jugando a algo se pone a llorar cuando la cosa termina? Todo tiene un principio y un fin, y no hay que deprimirse por ello. Que algo acabe no es una sorpresa, ya sabíamos que iba a ocurrir. Entonces ¿por qué nos quejamos? Sepamos disfrutar de lo que tenemos y dejemos los apegos a un lado que nos impiden seguir disfrutando al revivirlo.

 

Piensa en las próximas

Siempre es una opción, ¿no? Solo te quedan once meses para volver a tener tus vacaciones veraniegas. Además, seguro que entre medias puedes disfrutar de algunos descansos

Sé feliz haciendo lo que haces

El viejo adagio de Ama tu trabajo y no trabajarás nunca más es totalmente cierto. Si aprendes a disfrutar de lo que haces, ya no será un castigo, una condena. Además, pasamos mucho tiempo en nuestros puestos laborales, ¿cómo vamos a renunciar a ser felices durante tantas horas diarias? Disfrutar la vida significa disfrutarla siempre, en casa, en el ocio, con la familia, los amigos… y en el trabajo o los estudios.

Así pues ¡anímate! Además, ya sabes que estando de mal humor no hacemos más que empeorar la cosa. Tómate la vida con alegría, sólo tenemos una, al menos asegurada.


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