La prevención es fundamental para garantizar y mantener tu bienestar, por eso tienes que preocuparte de cuidar tu cuerpo y de asegurarte de que nada lo pueda dañar ni atacar. Y uno de los elementos visibles que siempre preocupan más son los lunares. Por eso te queremos explicar cómo identificarlos y de qué manera mantenerlos bajo control. Así como las manchas.

 

Vigilar tus lunares, una cuestión de salud

Es natural tener lunares por el cuerpo, y aunque mucha gente deja de desarrollarlos a partir de los 20 años, a muchas personas le siguen saliendo durante toda su vida. Además, siempre cambian de tamaño y de forma, muchas veces por pequeñas quemaduras de sol, problemas en la piel o por simple crecimiento.

El principal riesgo que tienen para nuestra salud es el de convertirse en melanomas. Por eso es crucial diferenciar sus tipos.

Lunar común. Es una pequeña mancha con cinco milímetros de ancho. Generalmente redondo y con un color no demasiado intenso. ¿Qué preocupaciones hay que tener? Pues habría que ir al médico si empezara a sangrar o si se volviese rugoso, si cambiara de tamaño, o si perdiera la uniformidad. Ninguna de estas causas quiere decir nada en concreto, pero pueden ser síntomas de algún problema de gravedad.

Nevo displásico, o también conocido como “lunar atípico”, son lunares que pueden tener diferentes colores, formas irregulares, presentarse como manchas y, generalmente, tienen un tamaño algo mayor. Tendrías que acudir al médico si notas que un nevo displásico sufre los síntomas descritos anteriormente: cambio de tamaño y de forma, ganancia de altura, sequedad o sangre.


 

Tipos de manchas en la piel

También en la piel puede haber una gran cantidad de manchas benignas, estas serían algunas de ellas:

Pecas: pequeñas y rojas, aparecen ya en la infancia.

 

 

Malasma: son manchas que aparecen en las mujeres debido a cambios hormonales, generalmente. Como puede ser, por ejemplo, durante el embarazo.

Manchas de la edad: simplemente sucede en ellas un deterioro de la pigmentación.

Acantosis nigricans: generalmente se trata de manchas que aparecen en la garganta y que se dan en personas que tienen problemas diabéticos.

Pitiriasis alba. Manchas claras con carácter temporal que afectan, especialmente, durante el verano, o en momentos de más calor y luz solar.

¿Y cómo son los melanomas?

El principal riesgo de los lunares es que degeneren en estas células cancerosas y muy peligrosas. Estos serían algunos de sus síntomas.

Bordes irregulares. No se trata de círculos o de circunferencias. Generalmente hay cambios en su tamaño.

Colores variados. No permanece en un tono de marrón idéntico, va variando desde algunos más claros a otros más oscuros.

 

 

– Tienen un diámetro amplio. Más que el del lunar. Generalmente está en los 6 milímetros.

Crecimiento. No se quedan estancados en un tamaño, siguen aumentando.

En conclusión, el bienestar depende también de la prevención, y aunque los lunares y las manchas de la piel no supongan ningún riesgo, nunca está de más revisarlos cada poco tiempo. Para asegurarte de que no tienes nada de lo que preocuparte.

RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral. 

Además, para cuidar nuestra mente, existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí  que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.

 


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