La estabilidad emocional es un factor de la personalidad que tiene una influencia muy estrecha con la felicidad. El mundo de las emociones es algo muy complejo, sobre todo en nuestra sociedad actual en la que cada vez reflexionamos y nos atendemos menos. El vaivén de las emociones requiere de una buena gestión, la cual nadie nos ha enseñado.

No se trata de no experimentar las emociones que nos resultan desagradables, se trata de vivirlas y regularlas. Veremos a continuación la repercusión que tiene en nuestras vidas aprender a gestionar nuestro mundo emocional. En nuestra educación hemos recibido muchos mensajes para que reprimamos ciertas sensaciones.

En los roles de género de nuestra sociedad por ejemplo, a los varones siempre se les ha mandado el mensaje de que no pueden llorar y de que tienen que ser valientes y personas de éxito. Si atendemos a estos mensajes, y tomamos consciencia, veremos muchas claves implícitas de cómo hemos perseguido unas emociones y hemos intentado evitar otras.

Lo cierto es que las emociones tienen todas un propósito, aparecen por un motivo y nos ayudan a entendernos mejor con respecto a las circunstancias que estamos viviendo. La represión y la no aceptación de las emociones que sentimos como negativas acaba siendo contraproducente. A través de la experiencia logramos entender que tapar las emociones nos perjudica seriamente. Por eso es importante llegar a la comprensión que para tener una estabilidad emocional es necesario sentirlas y aceptarlas. Solo así podrán ser equilibradas y no irse hacia los extremos.


 

Las emociones no son nuestras enemigas

Muchas veces tratamos a nuestras emociones como algo odioso e indeseable, incluso como algo tabú que impedimos que se sepa a toda costa. Esto, como hemos dicho anteriormente, tiene mucha relación con los mensajes que hemos aprendido sin haberlos cuestionado. En nuestra mente existe el automatismo de rechazar todas estas emociones que no son bienvenidas en nuestro mundo.

Incluso en la actualidad, recibimos mensajes constantes que nos invitan a ser más alegres, a perseguir la felicidad y a ser más positivos. Todos estos mensajes y textos que leemos sin entender la profundidad de lo que encierra, nos hacen desorientarnos aún más. Claro que es importante ser positivo y pensar de una forma más constructiva y centrada en lo que nos beneficia, pero no por ello hay que impedir, rechazar ni desatender cuando nos sentimos tristes, rabiosos, molestos, desmotivados o desganados.

Cuando estamos en un estado que nos resulta desagradable hay que ver con una mayor profundidad, por qué aparece en nuestras vidas en ese momento, y para qué aparece. Para ello tenemos que estar abiertos a la posibilidad de sentir estas emociones desagradables, ya que si nos cerramos de inmediato no somos capaces ni tan siquiera de distinguirlas. Identificar las propias emociones es el primer paso para comprenderlas y llegar a equilibrarlas.

Para equilibrar las emociones es necesario aceptarlas

A nadie le gusta ser esclavo de sus pasiones, sentimientos y emociones. Esto es algo que sucede cuando reprimimos y no aceptamos lo que sentimos. Somos esclavos de aquello que negamos de nosotros mismos. Tal y como decía el famoso psiquiatra Carl Gustav Jung «Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma». Esta es una realidad que no podemos obviar.

Aceptar las emociones supone, como hemos dicho, abrirse a poder identificarlas y entenderlas. Nuestras emociones forman parte de nosotros y aparecen para avisarnos de algo que está ocurriendo. Cuando no dejamos que las emociones y los pensamientos  fluyan estos se estancan. Solo hay una manera de que pasen y se transformen, dejar de luchar contra ellas, solo sentirlas, vivirlas y entender su mensaje.

El propio crecimiento personal consiste precisamente en esto, en aprender a estabilizar nuestras emociones, al igual que nuestros pensamientos. Esto es un indicativo del que tenemos el control y estamos dejando que fluya de una manera natural. Supone un gran cambio de actitud y una comprensión acerca de lo que al principio nos resulta desagradable, es algo que forma parte de nosotros. Al aceptarlo indagamos con una mayor profundidad en nuestro mundo interno.

El problema que tenemos cuando no logramos equilibrar nuestras emociones, es que su intensidad se hace insostenible, lo que acarrea problemas de ansiedad. Este estado es propio del neuroticismo, cuando las emociones se disparan hasta el punto que gobiernan nuestra vida en todas sus facetas. Nos volvemos personas insoportables y conflictivas cuando nos dejamos llevar por la intensidad de nuestras emociones. Nos sentimos muy bien en los momentos en los que predomina la felicidad, la alegría, motivación e ilusión. Sin embargo, como bien sabemos, la vida está llena de todo tipo de circunstancias que escapan de nuestro control.

Debido a que sufrimos circunstancias de todo tipo, nuestras emociones también se van adaptando a lo que vamos necesitando vivir y expresar. Realizar el trabajo de humildad para aprender acerca de lo que nos quieren decir nuestras emociones, supone llegar a una mayor sabiduría. La tristeza es necesaria, los duelos son necesarios, el enfado es necesario, e incluso ciertos momentos de estrés son necesarios. Nos preparan para afrontar las circunstancias con las que nos encontramos.

Si entiendes que es necesario vivir cada una de tus emociones, darás el paso para identificarlas, comprenderlas y aceptarlas. Será así como podrás dejarlas fluir y regularlas. Estabilizar tus emociones es muy importante para que te sientas a gusto contigo mismo y logres comprenderte mejor. Un gran aliado de la autoestima y de la confianza es la estabilidad emocional. Sin duda, conseguir esto será lo que te ayude a conquistar tu felicidad, a llevar una vida plena y a aumentar tu calidad de vida. Si tienes dificultades en este aspecto, a través de técnicas como la meditación puedes encontrar el recurso que necesitas para identificar tus emociones y regular su intensidad.

Y en esto te puede ayudar el método Crear Salud, que se convertirá en tu mejor compañero para llevar la atención plena y la meditación a tu día a día. Además, en este método también fomentamos y aconsejamos sobre una correcta nutrición y una vida más activa.

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