Una dieta saludable se basa en qué comes, pero también en cuándo lo comes. De hecho, recientes estudios señalan que un horario estables de comida es uno de los factores que nos protegen de muchas enfermedades. Las personas que comen a distintas horas cada día tienen mayor presión arterial y un mayor índice de masa corporal. Una alimentación desordenada predispone a sufrir obesidad, diabetes o, por ejemplo, enfermedades de corazón o distintos tipos de cáncer.

 

 

El apetito, la digestión, la metabolización de la grasa, el colesterol y la glucosa parecen estar vinculados a ritmos circadianos. Debido a un patrón que se repite cada veinticuatro horas.

Además, comer siempre a la misma hora suele ir aparejado a una planificación de la dieta, lo que supone, en un menor o mayor grado, un cierto control de la cantidad de calorías que se ingieren.

Cuando comes de manera desordenada, en lugar de seguir un horario regular, tu metabolismo se desequilibra. Por ejemplo, cuando desayunas a las siete de la mañana un día y al siguiente a las once, el cuerpo no sabe cuándo va a recibir la siguiente ingestión y eso condiciona todos los procesos que se repiten cíclicamente en él.

Esto causa la secreción de la hormona del estrés llamada cortisol. Los altos niveles de cortisol conducen a picos de insulina, que causa inflamación y puede aumentar el riesgo de muchos cánceres.


 

Horarios

Crear unos horarios de comidas regulares y hacer todo lo posible para seguir con ellos son las mejores soluciones para conseguir unos hábitos saludables. Sin embargo, nuestro ritmo de trabajo, vida personal y la dificultad para conciliar nuestros compromisos hacen que esto sea complicado.

Por eso, no solo tenemos que prever los posibles cambios o variaciones de horario. También resulta recomendable planificar qué comidas vamos a consumir, escogiendo alimentos sanos y variados.

 

 

Regularidad

Mantener un horario regular no significa que no puedas hacer una excepción algún día en concreto. Pero sí son hábitos importantes acostarse y levantarse alrededor de la misma hora y desayunar, almorzar y cenar siempre en un margen determinado de tiempo. Y planificar los aperitivos y tentempiés.

Esa regularidad consigue mantener el organismo en un óptimo funcionamiento y te da la posibilidad de incrementar la energía y sensación de bienestar. Con esta sólida base para tu salud, solo tienes que añadir el descanso suficiente. Una alimentación planificada e ingerida a unas determinadas horas te proporciona la energía suficiente para rendir durante todo el día.

 

Sueño

El horario de sueño es otra de las piezas clave de nuestro ritmo de vida. Influye en nuestra energía y nos marca los tiempos para realizar todas las actividades que debemos llevar a cabo diariamente. Entre ellas, se encuentra la de alimentarnos.

Muchas personas cometen el error de levantarse temprano para el trabajo o los estudios durante la semana. Y cambian su horario durante los fines de semana, normalmente, añadiendo más horas de sueño.

Aunque este tipo de ritmos son difíciles de evitar en algunas edades y situaciones, los expertos recomiendan mantener una regularidad y un equilibrio durante todos los días de la semana. La razón es que eso favorece los ciclos del sueño, descanso y comidas. Unos horarios muy variables incluso pueden desembocar en diversos niveles de insomnio. Se puede convertir en crónico, cuando se dan casos de mala alimentación, estrés, mala ventilación de la vivienda u otras características que pueden funcionar como obstáculos para una vida saludable.

 

Saltarse las comidas

El organismo ama la regularidad y los ciclos que se repiten periódicamente. Por eso, retrasar o adelantar una hora la comida no tiene una excesiva importancia en lo que respecta a sus implicaciones para la salud.

Sin embargo, saltarnos el desayuno, el almuerzo o la cena puede perjudicar, en gran medida, a personas que, en principio, están sanas. Cuando este fenómeno se produce de manera prolongada en el tiempo, el estado físico y rendimiento mental de una persona pueden verse afectados significativamente.

Cuando eso ocurre, el cuerpo busca la energía que le falta para mantener su actividad y eso puede causar estados de fatiga, somnolencia, cansancio excesivo. Incluso apatía, hambre o sed fuera de lo común.

La capacidad de concentración y resolución de problemas también puede verse intensamente mermada.

 

Trasnochar

Si cada día te levantas, por ejemplo, a las 7 de la mañana y te acuestas a las doce de la noche y el sábado trasnochas, lo mejor es que al día siguiente no te levantes demasiado tarde. Un consumo en proteínas e hidratarse con una buena cantidad de agua, será lo mejor. Intenta acostarte el domingo alrededor de la hora habitual o incluso un poco más temprano. Así, el lunes te levantarás descansado y repuesto.

 

Peso saludable

Además de los ritmos biológicos y el rendimiento del organismo, hay un factor que también se ve condicionado por los horarios de las comidas: el peso. Las personas que necesitan vigilar su peso y aquellas con un interés en mantener un bajo índice de grasa abdominal deben cuidar, además del tipo de alimentos que consumen, los horarios en los que lo hacen.

Y, como el organismo premia la regularidad y el equilibrio, además de unos horarios regulares, es recomendable también comer siempre alimentos naturales y no procesados, que aporten al cuerpo todos los nutrientes que necesita.

 

Pasar menos hambre

Comer siempre a las mismas horas tiene múltiples beneficios para la salud y el bienestar. Y, además de los citados anteriormente, hay una ventaja a la que pocas personas se pueden resistir: evitar la sensación permanente de hambre.

Cuando se consigue una dieta equilibrada, con las cantidades suficientes y el equilibrio nutricional necesario, solo queda mentalizarse para seguir en la misma dinámica siempre. Eso supone que, cuando hayas comido, te olvidarás de volver a hacerlo hasta la próxima ingestión programada en tu calendario. No solo habrás educado a tu estómago, sino también a tu cerebro, sobre cuándo puede tener hambre. Y los beneficios se traducirán en un peso equilibrado y unos altos niveles de energía.

RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral. 

Además, para cuidar nuestra mente, existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí  que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.


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