La psicología positiva, a diferencia de lo que podamos creer, no pertenece a ningún tipo de filosofía ni de corriente intelectual. Tampoco es un método milagroso ni de autoayuda. Se trata más bien de una rama de la psicología que, al igual que esta disciplina, sigue una rigurosidad científica dentro del ámbito de las ciencias de la salud.

Y te preguntarás ¿para qué surge esta rama de la psicología? Nace con el objetivo de estudiar a través del método científico las experiencia positivas, los rasgos individuales positivos, las actitudes y los comportamientos que ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas. Su desarrollo consiste en la consideración de que encontremos nuestras fortalezas y virtudes, para que adoptemos una actitud más positiva acerca del potencial que todas las personas tenemos.

¿Cuál es la importancia de estas actitudes positivas para la psicología? La importancia que tiene hacer este tipo de estudios, es, precisamente, no centrarse exclusivamente en los trastornos, su diagnóstico y tratamiento, sino considerar, además, las medidas que hacen que prevengamos toda clase de síntomas y problemas, para reducir la incidencia de psicopatologías.

Los autores que se centran en la psicología positiva, como Seligman y Csikszentmihalyi (quienes definieron el concepto de la psicología positiva) se esforzaron en mostrar que las potencialidades humanas pueden ser un factor relevante ante los periodos de crisis. Y es que las crisis son inevitables y nuestra potencialidad nos puede ayudar a vivir estas situaciones como un proceso de madurez y desarrollo personal.

Centrar nuestra atención en los aspectos positivos

A cualquier persona que le preguntemos sobre cuál es el propósito de la psicología y de la salud mental, nos hablará seguramente desde los síntomas y con un lenguaje sobre aspectos negativos a tratar acerca de las personas con respecto a su mente. Esto es así porque hasta entonces la salud mental había tenido sobre todo esta perspectiva, se ha centrado más en las dificultades, los problemas y la enfermedad, que en nuestras virtudes, fortalezas y salud.

Los estudios de la psicología positiva nos aportan una visión nueva acerca del ser humano, nos presenta sus aspectos positivos, como una excelente herramienta para enfrentar las dificultades y las adversidades que se van presentando en nuestra vida diaria. La visión ha pasado de ser pesimista con la naturaleza humana a ser optimista.

Las características positivas que han defendido hasta ahora tan solo los libros de autoayuda, como son la alegría, la ilusión, la confianza, el humor, la creatividad, etc. han sido tratadas de un modo muy superficial, sin ninguna base científica. Gracias a esta rama de la psicología, por fin es posible tomar en serio estas virtudes.  Ahora, por ejemplo, a la hora de ver un trastorno como es la depresión, no se habla tan solo de la presencia de emociones negativas, también se tiene en cuenta la ausencia de emociones positivas, algo que resulta fundamental a la hora de pensar en los posibles tratamientos.


Gracias a las investigaciones teóricas en torno a este área de la psicología, las posibilidades de intervención se verán ampliamente enriquecidas. Variables relacionadas con las emociones consideradas como positivas, o mejor dicho agradables, se ven estrechamente ligadas a un mejor estado físico de salud física y mental. Esto no es un dogma, ni una creencia, ni una filosofía, ni un método para alcanzar la felicidad. Está basado en las premisas de la psicología como ciencia de la salud, y ha de ser visto como tal.

El papel de la meditación en la psicología positiva

La meditación, a raíz del estudio de las potencialidades y de la importancia de generar emociones y actitudes positivas, se ha tenido también en cuenta como una técnica que nos ayuda a desprendernos de los pensamientos negativos y limitantes, que nos lanzan de lleno hacia las actitudes y comportamientos negativos. Ha sido también considerado su estudio, y las investigaciones que se han hecho al respecto mediante resonancias magnéticas en el cerebro aportan unos resultados muy prometedores.

Tal y como se ha podido comprobar, la meditación nos ofrece la posibilidad de modificar nuestra forma de pensar, de sentir y de vivir la vida. Adquirimos una perspectiva que está más acorde a la armonía que nos aporta nuestra naturaleza. Esto es un factor positivo que depende de nuestra voluntad, para que seamos capaces de afrontar las adversidades a través de las fortalezas que hemos desarrollado con la experiencia. Esta forma de proceder se acerca más a la sabiduría.

Viendo la importancia que tiene para todos nosotros las investigaciones enfocadas a la psicología positiva y los beneficios que nos aportan prácticas como la meditación, seguro que te habrás preguntado: ¿por qué no se ha comenzado antes a estudiar estos aspectos? La respuesta tiene que ver a una tendencia natural que tenemos los humanos a estudiar aquello que amenaza nuestra supervivencia y bienestar. Es por esto que nos hemos centrado hasta ahora con un especial interés hacia lo que nos perjudica, más que hacia lo que nos beneficia, poniendo atención a las emociones que nos ayudan a hacer frente a peligros y problemas inminentes.

¿Y cuál sería el valor adaptativo de las emociones que consideramos como positivas? Si nos han acompañado a lo largo de nuestra existencia es porque tienen importancia, ¿no crees? Su importancia radica realmente en la profundidad de nuestra esencia. Estas emociones, como la alegría, la calma y el humor, son las que resuelven nuestros problemas relacionados con el desarrollo y crecimiento personal, gracias a que nos llevan a estados mentales que facilitan la apertura de experiencias, para prepararnos a enfrentar las adversidades y dificultades que se presenten a lo largo de nuestra existencia.

Esto último que hemos comentado tiene que ver con el valor de la trascendencia y la espiritualidad, estos son elementos que debemos de alimentar a través, sobre todo, de nuestro cuidado físico y mental. Esta es una forma extraordinariamente poderosa para que nos sobrepongamos y salgamos fortalecidos ante los momentos difíciles.

La base para gestionar nuestras emociones está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Debemos ser conscientes de que para combatir el estrés no basta solo con aprender a relajarnos, sino que también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.

Herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí  pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida libre de estrés. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.


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