Existe la creencia de que los alimentos que nos proporcionan proteínas solo tienen proteínas. Eso no es cierto, lo que pasa es que el principio inmediato más destacable son las proteínas. Además de esto, no todos los alimentos que contienen proteínas cuentan con todos los aminoácidos esenciales, Por este motivo, tendremos que hablar de proteínas completas e incompletas.

Qué es un proteína

Según dio a conocer Gerrit Jan Mulder en 1830, las proteínas son sustancias que contienen nitrógeno. Estas sustancias están compuestas por diferentes aminoácidos que están unidos por enlaces pépticos. La palabra proteína tiene su origen en la palabra griega protos que significa primero.

Las proteínas son cadenas de aminoácidos que tienen una longitud, composición y secuencia específicas. Está longitud, composición y secuencia tienen que ver con la función concreta que tiene esa proteína. Es decir, cada proteína es diferente y por lo tanto su composición. Si existe cualquier cambio en su composición, secuencia o longitud estaremos ante la creación de una proteína diferente.

 

Fuente: Pixabay/OpenClipart_Vectors

Las proteínas, por naturaleza, son estructuras muy adaptables y los aminoácidos que las componen son partículas que podemos considerar como el origen de la vida. En nuestro cuerpo contamos con unas 100.000 proteínas distintas y cada una de ellas con función diferente.

Funciones de las proteínas en el cuerpo humano

Las proteínas llevan a cabo distintas funciones. Veamos cuáles son:

  • Función estructural: Es una de las principales funciones. Las proteínas forman los tejidos de sujeción y relleno que dan elasticidad y resistencia a los órganos y estructuras corporales.
  • Función defensiva: Las proteínas crean anticuerpos y son un muy importantes a la hora de luchar contra agentes extraños. Por ejemplo, las mucinas tienen efecto germicida y protegen las mucosas. También las inmunoglobulinas son otro ejemplo de proteínas con función defensiva ya que actúan como anticuerpos ante posibles antígenos.
  • Función reguladora: También regulan multitud de funciones del organismo. Entre las proteínas que tienen función reguladora se encuentran las que forman la hemoglobina, los jugos digestivos y  las hormonas plasmáticas entre otros. También, la ciclina, por ejemplo, sirve para regular la división celular.
  • Función enzimática: Estas son las más numerosas y especializadas. Trabajan como biocatalizadores que aceleran las reacciones químicas del metabolismo.
  • Función homeostática: Muchas proteínas tienen como papel principal controlar el equilibrio interno. Por ejemplo aseguran que el pH se mantenga en niveles óptimos y también el equilibrio osmótico.
  • Función contractil: Este tipo facilitan el movimiento contractil de los músculos. Entre ellas se encuentran la miosina y la actina.
  • Función de reserva y energética: Si fuera necesario, también las proteínas tienen función energética y de reserva.
  • Funciones de transporte: Esta función se lleva a cabo cuando actúan como transportadoras del oxigeno o los lípidos en la sangre..

Tipos de proteínas

Como hemos dicho, las proteínas están formadas por cadenas de aminoácidos. Según la cantidad y el tipo de aminoácidos que contengan las podemos clasificar en proteínas completas y proteínas incompletas.

Proteínas completas: Son aquellas proteínas que contienen los nueve aminoácidos esenciales. Estos aminoácidos son los que el cuerpo solo obtiene a través de la alimentación. Esto es debido a que el cuerpo no es capaz de producirlos por si mismo. Las proteínas completas provienen de productos de origen animal como la carne, los lácteos, el pescado y los huevos.


Estas proteínas gozan de mucho reconocimiento porque se nos ha hecho creer que son la mejor manera de obtener proteína. Sin embargo, por mucho que tengan todos los aminoácidos debemos de considerar el esfuerzo que nuestro cuerpo debe hacer para desnaturalizar estas proteínas y poder utilizarlas.

Fuente: Pixabay/beernc29

Proteínas imcompletas: En este caso los alimentos no contienen todos los aminoácidos esenciales. Sin embargo, sí que podemos obtener una proteína completa. Lo único que tenemos que hacer es combinar diferentes alimentos que sumen estos aminoácidos esenciales. La fuente de estas proteínas está en el mundo vegetal.

La ventaja de este tipo de proteínas es que para el cuerpo es bastante más fácil su digestión y asimilación. Solo hace falta que sepamos como hacer las combinaciones adecuadas.

Cómo combinar las proteínas incompletas

Como ya hemos visto, las proteínas incompletas, lo son porque les falta algún aminoácido esencial. Al aminoácido que le falta o que está en presente en pequeña cantidad se le denomina aminoácido limitante.

Cuando conocemos cuál o cuáles son los aminoácidos limitantes de los alimentos que vamos a tomar, podemos buscar otros alimentos que sí los contengan y combinarlos para obtener proteínas completas.

  • Las legumbres: Son ricas en lisina y treonina y pobres en metionina, cistina y triptófano.
  • Los cereales: Son ricos en cistina, metionina, treonina y triptófano y tienen muy poca lisina e isoleucina.
  • Los frutos secos: Tienen alto contenido en metionina y triptófano y son pobres en cistina e isoleucina.
  • Los vegetales: Son ricos en lisina y triptófano y tienen poca cantidad de cistina, metionina e isoleucina.

Conociendo esto podemos hacer diferentes combinaciones para llevar una dieta equilibrada sin necesidad de incluir alimentos de origen animal.

Ejemplos de distintas combinaciones

Legumbres con cereales

Cualquier legumbre puede ser mezclada con cereales y obtener proteína de alta calidad y un equilibrio en nutrientes. Por ejemplo, podemos preparar lentejas con arroz, o arroz con garbanzos. Es muy importante que el arroz sea integral para que tenga todos sus nutrientes.

También podemos preparar pasta de trigo con garbanzos o con lentejas. Si utilizas lentejas rojas puedes utilizarlas como si fuera la carne de la salsa bolognesa. Se pueden elaborar también hamburguesas de judías con pan. Una vez más es importante que la pasta y el pan sean integrales y a ser posible de origen ecológico.

Fuente: Pixabay/Pixel1

Cereales con vegetales y frutos secos

Cualquier arroz, o mijo, o pasta tipo macarrones, se pueden preparar con verduras. Si a este guiso le añadimos un buen puñado de frutos secos habremos completado la proteína de manera super fácil.

Legumbres con frutos secos y vegetales

Una vez más, podemos hacer platos exquisitos utilizando la imaginación. Por ejemplo, garbanzos con espinacas y piñones o lentejas con verduras y ajonjolí.

Se puede comer de manera mucho más sana y equilibrada sin necesidad de comer productos de origen animal. De esta manera, nuestra salud nos lo agradecerá y estaremos siendo partícipes de la creación de un mundo con menos sufrimiento.

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