Los veranos en España, como bien sabemos quiénes los vivimos, son realmente calurosos. Se producen muchos golpes de calor debidos a las altas temperaturas que se alcanzan, por ello es recomendable identificar los síntomas que están asociados a ellos, así como saber cómo poder evitarlos y prevenirnos ante esta situación tan alarmante. A continuación te daremos información y te indicaremos cómo puedes prevenirlos.
Seguro que has escuchado en más de una ocasión noticias sobre golpes de calor, acerca de alguna persona a la que le dio uno de ellos. Este tipo de noticias circulan habitualmente en verano y, lamentablemente, es algo que produce bastantes muertes, sobre todo en las personas mayores que se encuentran frágiles de salud.
Según los datos recogidos por la Universidad Carlos III de Madrid, hasta 6.500 personas fallecieron en el 2003 por causas asociadas al la exposición de calor. Por lo que vemos, es un riesgo a tener muy en cuenta, ya que nuestra vida puede depender de ello. Es importante que sepamos que esto no tiene nada que ver con el bochorno o sofocos que experimentamos habitualmente en verano, es algo que tiene un mayor impacto en nuestro organismo como iremos viendo a continuación.
¿Qué es un golpe de calor?
Comencemos definiendo qué es un golpe de calor. Los profesionales sanitarios lo definen de la siguiente manera: supone un trastorno que se caracteriza por el fallo en las funciones de varios órganos internos, debido a una alta temperatura producida dentro del cuerpo.
Habitualmente, para poder sobrevivir, regulamos la temperatura necesaria en nuestro cuerpo. Esto se produce bajo un proceso homeostático de autorregulación, el cuál se activa para reestablecer nuestro equilibrio interno. Nuestro organismo debe estar a una determinada temperatura, que oscila sobre los 37 grados centígrados; si por cualquier causa esta temperatura se descompensa y sobrepasa los 40 grados, el cuerpo se ve incapacitado para eliminar ese exceso de calor, y nuestro sistema nervioso se ve afectado.
Cuando una persona se deshidrata por no consumir el agua que necesita en ese momento su organismo, no puede sudar lo suficiente como para enfriar su cuerpo, y bajo esas condiciones su temperatura corporal puede elevarse llegando a provocar un golpe de calor.
El golpe de calor clásico
Habitualmente ocurre, sobre todo, en ancianos que ya cuentan con alguna patología. Cuando en este colectivo aumenta la temperatura de una forma progresiva en su organismo, ocurre que se agravan los síntomas de su enfermedad, interfiriendo gravemente en su salud.
Golpe de calor en niños
Los niños también son uno de los sectores de la población más vulnerable. Esto sucede porque su sistema respiratorio no se ha desarrollado aún por completo, lo cual favorece la pérdida de líquidos. Lo que ocurre es que un niño, cuando se deshidrata, tiene más dificultades en la sudoración para enfriar su cuerpo, por lo que puede aumentar su temperatura corporal rápidamente hasta producir una pérdida de conciencia. Uno de los síntomas más característicos es el de apariencia de estar adormilado, aunque en realidad está sufriendo un golpe de calor.
Golpe de calor en deportistas
Este tipo de golpe de calor se produce sobre todo entre jóvenes deportistas que practican algún tipo de actividad sin la suficiente protección o entrenamiento físico. Si se produce en poco tiempo una gran cantidad de calor en el organismo que el cuerpo no está acostumbrado a regular, y se le suma además la temperatura ambiental, puede producirse una hipertermia.
Recomendaciones para evitar golpes de calor
Ante un golpe de calor hay que actuar de inmediato, ya sea como prevención o como evitación de que corra peligro la vida de la persona afectada. Lo más inmediato es poner a la persona en una sombra y colocarla para que quede tumbada, con la espalda recta, y las piernas levantadas. De esta manera se favorece la circulación sanguínea.
También hay que humedecerle el rostro y la cabeza con algún paño húmedo. Si esta persona se encuentra inconsciente no se le puede dar ningún líquido, puesto que podría ahogarse. Si su temperatura no desciende y tiene un pulso débil, lo más recomendable es recurrir a asistencia sanitaria.
Lo más importante, claro esta, es la prevención para que no llegue a producirse la situación de un golpe de calor. Estos son algunos consejos que te damos para la prevención de golpes de calor:
- Aunque te guste tomar el sol, debes saber que hay ciertas horas del día que son más perjudiciales, entre las 12 y las 17 horas. Evita estas horas y la exposición prolongada a pleno sol, y por supuesto ni se te ocurra dormirte al sol.
- Protege tu piel del sol, cúbrete con ropa la cabeza y los ojos, utiliza gorros y gafas de sol. Esto te ayudará no solo con las quemaduras sino también para no sufrir un golpe de calor.
- Cuando notes que te cansas fácilmente e incluso llegas a marearte un poco, de inmediato ve a un lugar fresco o que esté ventilado, y a continuación aflójate un poco la ropa.
- Procura llevar ropa que transpire bien, para que así facilite una buena refrigeración en tu cuerpo.
- Hay que llevar cuidado, como hemos dicho anteriormente, con sectores de la población que son más vulnerables al calor, como son los niños y los ancianos, sobre todo con los niños menores de tres años, que no deben estar durante un largo periodo de tiempo al sol.
- Evita las comidas copiosas y pesadas que hacen más pesada la digestión y aumentan la temperatura corporal interna. Consume habitualmente agua y bebidas refrescantes.
- Procura no exponerte mucho al sol, es preferible pasar más tiempo en lugares que tengan aire acondicionado.
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