Aunque cada vez más personas saben qué es meditar, muchas todavía tienen dificultad para agregar ese nuevo hábito en sus vidas y sacar provecho de esa técnica.

En primer lugar, retomemos una definición básica de qué es meditar para, en seguida, aprender algunos tips. Meditar es enfocar la mente, dejar de lado las preocupaciones y vivir el aquí y el ahora.

¿Qué es meditar?

La meditación es una práctica que viene de mucho tiempo atrás. Estando en el inicio asociada a religiones orientales, especialmente el hinduismo y el budismo, en la actualidad personas de diversas creencias, e incluso que no creen, meditan.

En resumen, podemos decir que la meditación es una técnica que busca ayudar a las personas a desarrollar la concentración.

En ese sentido, nos encontramos con algo que solemos escuchar acerca de la meditación, pero que no todos maestros están de acuerdo: «Meditar es dejar la mente en blanco».

Al contrario de lo que muchas personas piensan, es imposible alcanzar un estado mental en que la mente esté en blanco, sin pensamientos.

Entonces, la meditación es, en realidad, la búsqueda por la tranquilidad interior y el enfoque en el momento presente. Significa, por lo tanto, volverse al centro. Es decir, meditar quiere decir mirar hacia adentro. Y esa relajación se da a través de métodos que implican postura corporal, respiración consciente y foco en la atención.

Ahora que ya sabemos un poco acerca de la meditación, vamos a conocer algunos de sus beneficios.

Beneficios de la meditación

Existen algunos beneficios que los practicantes de la meditación suelen expresar. Esos dicen respecto a la salud mental y física. Por otro lado, estudios indican que meditar alivia la ansiedad, auxilia a las personas en estado de depresión y de dolor crónico.

Por eso, cada vez más personas utilizan la meditación como complemento para sus tratamientos médicos, farmacológicos y psicológicos.

Descubramos, además, algunos de sus beneficios.

Mejora la respiración

Respiramos todo el tiempo, pero podemos entender la correlación entre la forma en que respiramos y la manera en que nos sentimos.

Cuando estamos tensos, respiramos demasiado rápido y demasiado superficialmente. Cuando estamos relajados, la respiración es más lenta y profunda.

Controlando la respiración, siendo conscientes de nuestro ritmo natural, podemos alcanzar nuestro estado deseado. En meditación, lo ideal es respirar hondo, saboreando cada momento de la respiración. Al practicar esta respiración lenta, nos acostumbramos a nuestro estado natural de calma y relajación.

Claridad de pensamiento

Mientras se medita y después de la práctica, los pensamientos tienden a llegar a un estado de menor aceleración. Eso es benéfico, por ejemplo, para personas que sufren por pensar demasiado.

Asimismo, estar solo y en silencio es donde comienza todo progreso. Por lo tanto, la meditación se experimenta aún mejor en estas condiciones, y ayuda a apreciar aún más la propia compañía y estar en paz con los propios pensamientos.

Mejora la confianza en uno mismo

Incluir la meditación en tu rutina diaria te ayudará a desarrollar el control de tus emociones y te dará más confianza para realizar pruebas o definir proyectos en tu trabajo.

Además, cuando mejoramos la confianza en nosotros mismos, creemos en nuestra capacidad para lograr algo de la mejor manera posible, lo que disminuye los sentimientos de miedo y los sentimientos negativos.

Ahora que conocemos algunos beneficios de la meditación, vamos a leer sobre algunos tipos para quienes todavía no meditan y desean meditar, o para quienes quieren perfeccionar su práctica.

5 tips de meditación

A veces, con tanto estrés y ajetreo en el día a día, solo queremos llegar a casa, cerrar los ojos y desconectar por completo de todo lo exterior y disfrutar del descanso. Esto se puede lograr con la meditación.

Aunque algunas personas consideren que meditar es algo exclusivo para monjes budistas o para quienes han logrado un alto nivel espiritual, la meditación puede ser practicada por cualquiera. Para eso, sin embargo, existen algunos pasos que pueden ayudar.

1. Prepárate para meditar

Apaga la televisión, pon el teléfono en modo silencio, busca un lugar tranquilo. Todo para mantenerte alejado de ruidos, distracciones o posibilidades de interrupción. La meditación exige un mínimo de silencio exterior para buscar el silenciamiento del interior.

Por otro lado, si puedes llevar ropa cómoda, mejor. También puedes dejar la luz baja y, si lo deseas, agregar música ambiental a un volumen bajo que inspire calma.

2. Elige una postura cómoda

Mujer sentada en el suelo, con las manos juntas y las piernas cruzadas -  qué es meditar
No todos logran meditar en la posición conocida como flor de loto. Pero ese no es un problema. Lo importante es elegir una posición cómoda – Foto: Pixabay

Es común ver imágenes de personas meditando en la posición de loto. Es decir, la persona se sienta con las piernas cruzadas y las plantas de los pies hacia arriba. Como sugieren las imágenes más tradicionales de Buda.

Sin embargo, para algunas personas, puede ser difícil mantenerse en tal posición. Por eso, ten en cuenta que algunas posiciones son más recomendadas para quienes practican a más tiempo y tienen una mayor flexibilidad.

Si estás iniciando, la postura más adecuada será aquella que te permite no moverse demasiado durante el tiempo que te propones meditar.

Al aquietar el cuerpo, hay una tendencia a calmar la charla mental. Y esto se puede hacer en una silla, acostado o de pie. Lo importante es ser consciente del cuerpo y buscar, sin prisas, esa postura atenta y relajada.

3. Respirar

Uno de los principios fundamentales de la meditación es que la mente y la respiración están unidas. Cuando permitimos que la respiración se calme, la mente se relaja naturalmente.

Así que solo presta atención a tu respiración normal para comenzar un proceso de meditación. Prestas atención a tu respiración. Sin prisas, con cariño…

4. Usa un cronómetro

Para que la meditación funcione, debes buscar enfocarte en los ejercicios, ya que el entrenamiento de concentración es una premisa elemental, especialmente cuando se trata de buscar la atención plena.

Es posible realizar sesiones de 3 a 5 minutos, o ampliar este tiempo a 30 minutos, si lo prefieres. Para algunos, sin embargo, 30 minutos es demasiado porque se distraen y terminan sintiéndose frustrados en sus intentos.

Otros, en cambio, consideran que menos de 10 minutos es insuficiente, porque no pueden, tan rápidamente, eliminar el torbellino de pensamientos.

No existe una duración cierta para la meditación, encuentra, entonces, el tiempo más adecuado a tu perfil.

5. Crea conciencia sobre tu cuerpo

Si bien puedes realizar la meditación solo con técnicas de respiración, hay un siguiente paso que quizá te gustaría probar.

Basta llevar el pensamiento a la sensación del propio cuerpo, parte por parte.

Primero, dirija su atención al cuero cabelludo. Tómate unos segundos concentrándote en él, y poco a poco vas recurriendo tu propio cuerpo, pasado por las caderas, muslos, rodillas, pantorrillas, tobillos, pies, hasta llegar a los dedos.

Como has podido ver, responder a la pregunta: qué es meditar puede ser más sencillo de lo que muchos piensan. ¿Ahora que ya sabes un poco más, te animas a intentar?

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