Las palabras sostenibilidad y desarrollo sostenible son dos términos que cada vez se utilizan con más frecuencia. Hablamos de sostenibilidad cuando somos capaces de satisfacer las necesidades que tenemos en un momento determinado sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer las suyas. Una alimentación sostenible es aquella que apuesta por la diversidad alimentaria y la recuperación de alimentos que tengan un alto valor nutritivo. A su vez, esta forma de alimentación se contempla con la solución al hambre y la desnutrición en el mundo.
Somos consumidores compulsivos
Vivimos en un mundo materialista y consumista que nos impulsa a consumir de manera continua. El consumo se ha convertido en un hábito que lentamente va apoderándose de los recursos de nuestro planeta. La publicidad se encarga de hacernos creer que tenemos necesidades que muchas veces no lo son. A la vez, se nos empuja a la búsqueda rápida de la satisfacción de las mismas. Sin embargo, cada vez hay más voces que se alzan pidiendo un cambio de modelo que opte por un consumo más responsable a todos los niveles.
Muchas personas se están dando cuenta de este despropósito y comienzan a vivir y a consumir de manera más consciente. Los consumidores conscientes tienden a llevar productos a su mesa que sean naturales y que favorezcan un comercio justo. Gracias a estas tendencias, los productores, distribuidores y comerciantes comienzan a darle importancia a actividades comerciales sostenibles.
La elección de los alimentos
Cuando nos preocupamos de que los alimentos, además de ser sanos para nuestro cuerpo, también lo sean para el planeta, estamos apostando por una alimentación sostenible. Según diferentes estudios de tendencias de mercado, cada vez son más los consumidores preocupados por la salud del planeta. Aproximadamente un 65% de los consumidores manifiesta que, estaría dispuesto a renunciar a un alimento que atendiera perfectamente a sus necesidades, si este no fuera sostenible.
Cada vez son más las personas que dan importancia a conceptos como la huella ecológica del producto o la reducción del envasado superfluo. Así mismo, cada vez hay mayor rechazo al desperdicio de los alimentos y al mal uso de los recursos naturales.
La sostenibilidad en el sistema alimentario debería ser un objetivo primordial y urgente. Probablemente, pocas personas saben que con la comida que desechamos en los países del primer mundo se podrían alimentar a 2.000 millones de personas. Solamente en el continente africano hay 240 millones de personas que pasan hambre, aunque esta cifra continua creciendo continuamente.
¿Cómo llevar a cabo una alimentación sostenible?
Como consumidores podemos hacer mucho por contribuir a la sostenibilidad del planeta. Todos somos responsables y, por ello, es muy importante que hagamos lo que esté en nuestra mano para intentar favorecer la salud de la Tierra y todos sus habitantes. Veamos cuáles son aquellas cosas que podemos hacer para que nuestra alimentación sea sostenible:
1. Planificación de las compras
Es muy importante no ir a la comprar sin saber qué es lo que queremos comprar. Intenta planificar tus menús y haz una lista de todo lo que vayas a necesitar antes de salir de casa. Procura ceñirte a ella todo lo que puedas. No te dejes engatusar por todos aquellos productos llamativos que no necesitas.
2. Productos locales y de temporada
Cuando compramos productos de temporada es casi seguro que el precio sea más económico y también más justo. Cuando hablamos de verduras o frutas, al comprarlas de temporada las encontraremos en su punto de maduración. Así mismo, si vamos a comprar pescados o mariscos, al comprarlos de temporada respetaremos sus ciclos vitales.
Además de esto, cuando compramos a proveedores locales, contribuimos de manera positiva en nuestro entorno. Esto, a su vez, también favorece el desarrollo económico de la comunidad.
3. Mejor vegetales que animales
Los alimentos de origen animal están relacionados con muchas enfermedades cardiovasculares, cáncer o diabetes. Esto es debido a todos los factores de crecimiento y antibióticos que se les suministra y a las grasas que aportan a nuestra dieta. Además de esto, la forma en la que viven los animales de consumo humano es terrorífica. A esto podríamos sumar el gran impacto medioambiental que tiene el consumo de productos de origen animal.
Procura que tu alimentación esté basada en alimentos de origen vegetal como verduras, frutas, cereales integrales, frutos secos y legumbres. En todo caso, podrías dejar los alimentos de origen animal para ocasiones especiales.
4. Las tiendas de barrio
Recupera el placer de comprar en las tiendas del barrio. Además de no necesitar el coche, estarás contribuyendo al desarrollo económico y social del sitio donde vives.
5. Evita los envases
Siempre que puedas lleva tu propia bolsa para guardar aquello que compres. Así mismo, escoge alimentos que no estén envasados en varios tipos de envases. Lo ideal sería comprar a granel o elegir aquellos productos que usan de manera responsable los embalajes.
6. Cocina tus platos
Evita los platos precocinados. Siempre que te sea posible cocina cosas sencillas y saludables. De esta manera, mantienes la tradición culinaria del sitio donde vives. Esto es otra forma de sostenibilidad ya que le da protagonismo al producto local y de temporada.
7. Disminuye los desperdicios
Procura aprovechar todo aquello que puedas. Nuestras abuelas lo hacían muy bien pero hoy en día hemos perdido la costumbre. Quizá necesites un poco de planificación para no comprar cosas que no necesites. Esta planificación evitará los desperdicios y también te permitirá no gastar demasiado en la compra.
8. Congela aquello que no vayas a consumir
Se pueden congelar alimentos crudos y también los platos ya preparados. Cualquier plato que te haya sobrado lo puedes congelar. De esta manera, podrás volver a comer ese plato sin necesidad de repetir varios días o tirarlo a la basura.
9. Moderación en la comida
Comer es un placer. Sin embargo, no es necesario comer más de la cuenta para disfrutar de ello, más bien al contrario. Cuando comemos con equilibrio y moderación estamos contribuyendo a nuestra salud y a la del planeta.
Como habrás visto para llevar a cabo una alimentación sostenible solo tienes que adquirir ciertos hábitos muy fáciles de llevar a cabo. Si somos muchos los que apostamos por un tipo de vida más consciente, conseguiremos que el planeta que nos sustenta pueda seguir nutriendo a futuras generaciones.
RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.
Además, para cuidar nuestra mente, existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.
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