Si has escuchado hablar de los disruptores endocrinos es porque se están realizando multitud de estudios de los efectos sobre la salud de estas sustancias. Para comenzar, vamos a definir qué son, cómo afectan a nuestro organismo, cómo pueden afectar en tu fertilidad y qué puedes hacer para prevenir sus daños.
¿Qué son los disruptores endocrinos?
Los disruptores endocrinos son todas aquellas sustancia químicas que afecten tus hormonas o al embrión y su desarrollo si estás embaraza. Por tanto, son sustancias químicas capaces de afectar el funcionamiento hormonal, de producir efectos negativos en tu salud y la del embrión.
Las hormonas en nuestros cuerpos tienen la función de poner en contacto unos órganos con otros para que funcionen correctamente. En tu organismo hay algunos órganos que producen hormonas como son:
– Los ovarios.
– El páncreas.
– Las glándulas suprarrenales.
– Tiroides y la hipófisis.
Al afectar a tantos órganos pueden provocar multitud de problemas de salud. En concreto, estas sustancias químicas afectan a la fertilidad femenina y masculina, como veremos más adelante. Pero, además, son causantes de problemas de obesidad, cardiovasculares, diabetes y hasta problemas neurológicos como Parkinson.
Si estos órganos se ven afectados por disruptores endocrinos comienzan a funcionar mal, a no producir las suficientes hormonas o a excederse. Pero, ¿cómo alteran a las hormonas los disruptores endocrinos?
La forma de actuar de los disruptores
También se les llama estrógenos ambientales u hormonas ambientales. Todas ellas son sustancias que afectan a tu sistema hormonal. Estas sustancias químicas se comenzaron a estudiar en los años 40 del siglo XX.
En esta época se usaba un medicamento llamado DES para prevenir abortos espontáneos. Con los años de uso se comprobó que afectaba al sistema reproductor, al sistema inmunitario y al endocrino, llegando a provocar cáncer cuando los embriones eran ya personas adultas.
Los disruptores alteran las hormonas de tu organismo haciendo que estas no lleguen a su destino, haciendo que se fabriquen menos, o, incluso, directamente las eliminan del organismo. Algunas de estas sustancias químicas sustituyen a las hormonas, haciéndose pasar por ellas en tu cuerpo pero, claro está, no realizan la función de la hormona natural.
¿Dónde los podemos encontrar?
La mayoría de estas sustancias químicas están fabricadas por el hombre, es decir, son productos químicos fabricados para hacer otros productos como, por ejemplo:
– Cremas, como el Metilparabeno, que es conservante.
– Detergentes, como el Nonilfenol.
– Aerosoles, como desodorantes.
– Insecticidas.
– Resinas.
– Herbicidas.
– Filtros para cremas UV, en las cremas solares.
– Agentes bactericidas como el triclosán en las pastas de dientes.
Se encuentran en muchos productos que podemos llegar a consumir. Por este motivo es importante mirar el etiquetado y conocer los disruptores endocrinos que suelen estar incorporados en ellos para poder elegir los productos más naturales y saludables. ¿Te suenan los champús sin parabenos? Serían un buen ejemplo de productos libres de disruptores hormonales.
¿Cómo afectan a tu fertilidad?
Los estrógenos ambientales que afectan directamente al aparato reproductor lo hacen de la siguiente forma:
En las mujeres se produce:
– Una pubertad precoz.
– Producen cáncer de mama o de ovarios.
– Aumento de la infertilidad y disminución de la fecundidad en las mujeres.
– Esterilidad relacionada con endometriosis.
Pero también en los hombres:
– Malformaciones de los genitales masculinos en bebés.
– Disminuye la calidad del semen masculino.
– Cáncer de testículos.
– Cáncer de próstata.
¿Qué disruptores afectan a la fertilidad?
En los últimos años se han estudiado los disruptores que pueden afectar más directamente a la fertilidad humana, son estos:
En los derivados de soja se ha encontrado los fitoestrógenos que afectan a la fertilidad.
En los plásticos y las pinturas. Los Ftalatos se usan para hacer PVC que, como sabes, es el plástico que más se usa hoy en día. Afectan a la reserva de óvulos y a la calidad de los mismos. Además, producen abortos espontáneos.
En los plaguicidas está el DDT.
El bisfenol A que se usa para latas de refrescos o conservas. Disminuye el estradiol femenino, una hormona que influye en la reserva de óvulos y en la implantación del embrión.
Los parabenos se usan en cosméticos pero disminuyen la fertilidad. ¡Siguen sin estar prohibidos!
Todos estos tipos se ha comprobado que afectan a las hormonas sexuales femeninas y masculinas. Y lo verdaderamente importante es su acumulación a lo largo de años, sobre todo, en el tejido graso de nuestro cuerpo.
De esta forma, aunque actualmente lleves cuidado y ya no estés expuesta a estos químicos, la acumulación en la infancia o en años anteriores puede ser la causa de la infertilidad en una persona adulta.
Otro efecto pernicioso es que también pasan a través de la placenta y de la leche materna, por lo que pueden transmitirse al feto o al bebé lactante.
¿Se puede evitar estar en contacto con estos productos químicos?
Sí, podemos actuar comiendo alimentos ecológicos o de origen orgánico. En ellos no se usan los pesticidas como el DDT. Los productos cosméticos debes intentar igualmente que no contengan parabenos. Mantener una alimentación saludable y lo más natural posible, no solo hace que estemos menos expuestos sino que no se acumulen en nuestro organismo a largo plazo.
Pero, además, la actitud ante nuestra vida es muy importante. Por este motivo una forma de mantener la actitud adecuada es la meditación que te recomendamos como forma de disminuir el estrés que, por supuesto, afecta a la fertilidad.
Con la meditación y la actitud positiva vas a poder mejorar en algunas áreas o aspectos de tu vida como son:
– El nivel emocional hace que puedas controlar el dolor y aprendes a manejar mejor las emociones disminuyendo tu estrés y ansiedad diarios.
– A nivel psicológico mejora la producción de mielina. Esto hace que tu sistema neurológico marche mejor haciendo que tu cerebro funcione con más fluidez. Disminuye el insomnio y esto mejora el equilibrio hormonal.
Ambas cosas mejoran el funcionamiento de la hipófisis que es la encargada principal de las hormonas. Por ello, te ayudará a que tu sistema hormonal esté mucho más equilibrado y, con ello, se favorece el normal funcionamiento ovárico, mejora la dismenorrea, alivia los síntomas del síndrome premenstrual e, incluso, el dolor por endometriosis.
Pero, además, si tienes que realizar un tratamiento de fertilidad, la meditación va a optimizar sus resultados. Es poner un granito de arena muy útil a la hora de obtener los resultados que deseas.