Los productos de origen ecológico son muy beneficiosos tanto para nuestra salud como para el medio ambiente. Este tipo de alimentos son altamente nutritivos. Por ese motivo, merece la pena que dirijamos nuestra atención hacía ellos a la hora de hacer la compra.
Qué son alimentos ecológicos
Es probable que hayas oído hablar de cultivos ecológicos y de alimentos orgánicos. Sin embargo, muchas personas no tienen muy claro de qué se está hablando exactamente cuando utilizamos estas palabras.
Cuando decimos alimentos ecológicos u orgánicos estamos hablando del mismo tipo de productos. Esta denominación se refiere a aquellos productos que se obtienen sin utilizar pesticidas ni sustancias químicas. Así mismo, para su producción se utilizan técnicas que no contaminen y que sean respetuosas con el medio ambiente.
Por todo esto, podemos decir que los alimentos de origen ecológico no tienen pesticidas ni plaguicidas. Para fertilizar los suelos los agricultores no utilizan fertilizantes químicos. Lo normal es usar abono orgánico tipo compost.
En el caso de los animales no están permitidos el uso de hormonas, antibióticos o estimulantes del crecimiento. El tipo de alimentación de estos animales es totalmente natural.
Agricultura ecológica y agricultura no ecológica
La agricultura no ecológica pone toda su atención en estudiar la manera de aumentar la producción. También procura minimizar la cantidad de dinero invertido en procesar los alimentos. Por este motivo, el hecho de generar salud ofreciendo nutrición correcta pierde protagonismo con este tipo de agricultura. Así mismo, es conocido que cada vez existen más evidencias científicas de que cierto tipo de alimentos son el origen de muchas de las enfermedades degenerativas.
Además de los problemas a nivel de salud humana, hace años que hay mucha más información acerca de las consecuencias negativas de la agricultura convencional para el medio ambiente. Por ese motivo, cuando optamos por la producción de alimentos de mayor calidad y que utilicen técnicas ecológicas, estaremos apostando por un futuro mejor.
Durante los últimos años se han llevado a cabo diferentes estudios que han comprobado los tremendos efectos negativos que los pesticidas tienen en los diferentes órganos y sistemas del cuerpo. Estos efectos van desde alteraciones neurológicas, endocrinas, inmunológicas o reproductivas, hasta alteraciones del comportamiento.
Los abonos que no tienen un equilibrio adecuado y que no se suministran de manera correcta, son capaces de modificar de manera profunda la bioquímica de la planta. Por este motivo, por ejemplo, las hortalizas de la agricultura convencional contienen 1 litro más de agua que los que se han cultivado de manera ecológica. Así mismo, el contenido de vitamina C es mucho menor en los productos de agricultura convencional.
El hecho de emplear fertilizantes de síntesis, altera la calidad del producto durante su conservación. Así mismo, los fertilizantes potásicos alteran la composición de la planta pues reducen el magnesio, el calcio y otros oligoelementos. Los abonos fosfatados también disminuyen el contenido en carotenos (provitamina A) de los vegetales.
En definitiva, la alimentación basada en productos de la agricultura convencional, está basada en alimentos que sufren una desnaturalización creciente. Esta desnaturalización pone en peligro la salud de las personas que lo consumen. De la misma manera, estos productos dejan residuos tóxicos y degradación física y biológica que va agotando los ecosistemas.
Los beneficios de elegir alimentos ecológicos
El hecho de optar por una alimentación basada en productos ecológicos es una opción mucho más sana y con un menor impacto ambiental.
Cuando elegimos un alimento de producción ecológica estamos apostando por evitar productos químicos. De esta manera, conseguiremos la ausencia de dichos residuos en los alimentos que vayamos a ingerir. Así mismo, en la agricultura ecológica se procura mantener y favorecer la presencia de fauna auxiliar, como manera de evitar los agentes nocivos. Por ese motivo, se restringe la presencia de contaminación por pesticidas en los alimentos y en el entorno.
Este tipo de consumo, contribuye y apoya a la existencia de formas de agricultura sostenible. De la misma manera, es posible entender de manera simple qué estamos comiendo y cómo repercute a nuestra salud, seguridad y nutrición.
Además de todo esto, los alimentos ecológicos presentan las siguientes ventajas frente a los no ecológicos.
1. Son más nutritivos
Cualquier fruta o verdura de origen ecológico contiene hasta un 50% más nutrientes, minerales, vitaminas y oligoelementos que los alimentos que no lo sean.
2. Tienen más sabor
El sabor de estos productos es mucho más intenso que el de los productos normales. Es muy agradable, por ejemplo, disfrutar de un tomate que sepa a tomate. En principio puede que su aspecto no sea tan «perfecto», sin embargo el sabor será mucho mejor.
3. Contienen más antioxidantes
Los alimentos ecológicos están cargados de antioxidantes. Estas moléculas son las encargadas de prevenir la oxidación de nuestro cuerpo. También nos protegen de las enfermedades degenerativas que se relacionan con el envejecimiento celular.
4. Tienen mayor calidad
Además de las materias primas, la elaboración, el envasado y el etiquetado de estos productos están sometidos a un control exhaustivo que nos garantiza su máxima calidad.
5. No están manipulados genéticamente
Muchos de los alimentos que consumimos han sido manipulados genéticamente. Sin embargo, no existen evidencias claras de que este tipo de manipulaciones no entrañen riesgos para la salud.
5. Respetan los animales
Los animales que crecen en granjas ecológicas tienen unas condiciones de vida dignas, exentas del estrés que sufren los animales de las granjas convencionales. Además, son criados en semilibertad y no se les suministran hormonas de crecimiento. De la misma manera, la alimentación de estos animales está basada en productos naturales, sin pesticidas ni fertilizantes.
En definitiva, consumir alimentos orgánicos es apostar por una manera de vivir más respetuosa. A la vez hacemos una elección que nos ayuda a mantener una buena salud. Aunque su precio sea algo más elevado merece la pena. Cada euro que gastamos en adquirir productos ecológicos es un euro que ahorramos en medicamentos. A la larga, este tipo de alimentos salen más baratos.
Ya sabes, como dijo el padre de la medicina: «Qué tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento».
RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.
Además, para cuidar nuestra mente, existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.
¡Totalmente de acuerdo con todo lo comentado en el post!
Aunque no es la alternativa más implementada hoy en día, cada vez gana más adeptos. Y es que los artículos de alimentación bio son más saludables para el organismo por no haber sido tratados con productos nocivos para la salud. Además, aportan una mayor cantidad de nutrientes. Por ello, nosotros siempre recomendamos su consumo.
¡Anímate y sigue unos hábitos de vida saludable!
Muy buenas consideraciones sobre una alimentación ecológica. A la vista está que estos productos naturales son una alternativa excelente no sólo por su mejoría respecto al sabor, sino por sus beneficios para la salud. Afortunadamente, cada vez son más las personas que deciden apostar por este tipo de artículos. Los más recomendables, sin duda.
Totalmente de acuerdo con este post, son muchos los beneficios de los alimentos ecológicos y merece la pena invertir un poquito más para consumirlos. Al fin y al cabo, somos lo que comemos y si ingerimos alimentos de calidad, podremos gozar de una buena salud. Por no mencionar el sabor que normalmente tienen los alimentos ecológicos, mucho más intenso y natural que sus homólogos no ecológicos.