La Psicología Positiva se trata de una especialidad de la psicología que nos ayuda a descubrir que la salud anímica es más que la omisión de una enfermedad. Descubramos de qué forma puede ayudarnos a entender una enfermedad tan dura como el cáncer.
En sus principios, la Psicología se centraba, fundamentalmente, en la Psicopatología, es decir, en una enfermedad causada por un comportamiento anormal que surge a través de la actividad del organismo. También estudiaba lo relacionado con el dolor emocional y buscaba evitarlo y sobreponerse a ello.
Pero de lo que se olvidó fue de investigar sobre las personas que se sienten felices y en plenitud, además de hacerlo acerca de las cualidades o particularidades que llevan a hacer que nos sintamos bien o circunstancias que hacen que la vida valga la pena.
Por lo tanto, la Psicología Positiva estudia esas cualidades denominadas como positivas y también cómo las podemos desarrollar. Estas no solamente nos ayudan a mantener una vida más agradable, sino que también fomentan la prevención de patologías que se pueden ocasionar cuando tenemos una vida que no es totalmente plena, no tiene sentido o no nos ayuda a eliminar el sufrimiento.
No es que esta especialidad de la Psicología ignore los problemas psicológicos. Más bien, perfecciona la psicología habitual como un campo más de la ciencia que ayuda a estudiar al ser humano desde otro punto de vista.
Por eso, queremos explicarte que este tipo de psicología nos ayuda a superar o disminuir la visión negativa de algunos problemas que podemos encontrar, como, por ejemplo, el cáncer.
Qué es el cáncer y por qué se produce
Para ello, debemos partir de la base de saber qué es el cáncer y por qué se produce. Tenemos que señalar que nuestro organismo está formado por un grupo de células que solamente se ven por medio del microscopio. Dichas células se distribuyen regularmente con el objetivo de sustituir a las que ya están envejecidas o muertas. Su función es mantener el perfecto funcionamiento de la totalidad de los diversos órganos.
El proceso de la distribución de las células se encuentra regularizado por unos dispositivos de control que advierten a la célula cuándo tiene que comenzar a distribuirse y cuándo debe estar inmóvil.
Cuando se ocasiona un daño celular que no se puede reparar, se genera una autodestrucción de las células, lo que impide que ese mismo daño lo hereden las células sucesoras.
En el momento en el cual los dispositivos de control se ven alterados en alguna célula, esta y las sucesoras empiezan a formar una división descontrolada, que, a lo largo del tiempo, da lugar a un tumor.
Si las células crecen de forma descontrolada, sufren alteraciones nuevas, se distribuyen por los tejidos y órganos de alrededor, se trasladan y se reproducen por otras zonas del organismo, estamos hablando de un tumor maligno, también llamado cáncer.
Algunos se producen por cosas que hacemos, como, por ejemplo, fumar, ya que puede dar lugar al desarrollo de un cáncer de pulmón o esófago. También el consumo de alcohol en abundancia puede originarlo en el hígado.
Casi el 50 % de los cánceres puede ser provocado por la actividad de agentes externos que influyen en el organismo y provocar que las células se alteren. Ya que son externos, se pueden modificar. Esto quiere decir que podemos modificar nuestros hábitos y controlar el contacto con este tipo de agentes.
En otros casos, no conocemos con exactitud aquellos mecanismos por los que se genera y evoluciona un cáncer, aunque es posible que se deba a mutaciones naturales de los genes.
Cáncer, Psicológia y Meditación
Por esta razón, queremos hablar sobre cómo influye la mente en este tipo de problemas y qué papel juegan la meditación y salud.
Llevando a cabo la práctica de la meditación podemos conocer de una forma superior nuestra mente y aprender a dominarla. Nos ayuda a analizar las cosas de una manera más prudente ante aquellas situaciones que pueden presentarse en nuestra vida, así como a dar respuestas positivas a nuestras emociones y deshacernos de convicciones negativas.
El problema de las enfermedades es que las emociones, el miedo y la inseguridad nos afectan demasiado y esto se produce cuando una persona padece una enfermedad, como es el cáncer. De este modo, la meditación nos ayuda a darnos cuenta de qué es lo que nos está ocurriendo a nivel mental, de forma que tenemos mayores probabilidades de evitar el sufrimiento.
Gracias a la meditación atendemos a nuestra consciencia, lo que nos ayuda a ser mejores conocedores de los motivos de la infelicidad. De esta manera, podemos descubrir que, en parte, lo que sufrimos cuando tenemos una enfermedad lo creamos nosotros mismos con nuestra manera de pensar, nuestras actitudes y nuestras respuestas anímicas.
A través de la meditación podemos ser capaces de reconocer los aspectos negativos, algo que es muy importante para poder modificarlos por aquellos pensamientos positivos. Por eso, cuidando nuestros estados mentales positivos logramos que la enfermedad sea menos dañina.
Técnicas de control mental para sobrellevar el cáncer
Existe una gran cantidad de técnicas de control mental para originar emociones positivas. Por ejemplo, podemos poner en práctica la atención constante. Esto viene a ser lo siguiente: se trata de observar todo lo que sucede en nuestra propia mente, en cuanto a pensamientos, sensaciones e imágenes mentales. Por lo que la respiración, en este caso, es muy importante.
Otra técnica es la compasión. En esta, lo que hacemos es fijarnos en nuestro dolor y el sufrimiento que sentimos. Antes de que se produzca cualquier respuesta de origen emocional, tenemos que hacer que surja la compasión. El objetivo de esta técnica es evitar aquellos sentimientos destructivos, como la ira y culpa. A través de la enfermedad, somos conscientes del sufrimiento de otras personas, así que abrimos nuestro corazón a los demás y damos una respuesta de compasión.
Con esta meditación, lo que se quiere es sentir el deseo por hacer algo por los demás, así como estar sanos y fuertes para ayudar a mitigar el dolor que tienen el resto de personas en el mundo.