¿Te has planteado alguna vez apuntarte a clases de baile? ¿O quizá te da demasiada vergüenza por mucho que te guste? Pues yo te recomiendo que aparques la timidez en un rincón y te decidas. Bailar, además de ser beneficioso para nuestro cuerpo físico, también nos ayuda a reducir el riesgo de sufrir enfermedades mentales.
Si ponemos música a cualquier niño pequeño tardará muy poco en comenzar a mover su cuerpecito. Seguramente, muchas personas aún lo siguen haciendo cuando están solas. Otras, quizá, no se atreven ni siquiera en soledad. Seguir el ritmo de la música con nuestro cuerpo es algo natural y nos acompaña desde edades muy tempranas. Sin embargo, con el paso de los años, nos llenamos de complejos que limitan nuestra espontaneidad.
Según ha demostrado el psicólogo István Wincker, los niños, desde muy pequeños, tienen dentro de sí mismos el sentido del ritmo. Sin embargo, al convertirnos en adultos la tendencia es a sentirnos personas serias llenas de obligaciones. Esta seriedad nos aleja de la parte lúdica de la vida y nos vamos convirtiendo en seres aburridos y previsibles. Habría que perder el miedo al ridículo y conectar, de nuevo, con el niño que fuimos un día y que aún vive en nuestro interior.
Bailar es una actividad muy divertida que siempre que la practicamos nos llena de alegría. Además, bailar es un estupendo ejercicio físico y, actualmente, se está comprobando la cantidad de beneficios que también tiene para la salud mental.
Muchas personas, cuando piensan en llevar una vida más activa, solo piensan en la posibilidad de apuntarse a un gimnasio o quizá hacer algún tipo de deporte específico. Sin embargo, también existe la opción de bailar. El baile es un ejercicio aeróbico muy completo que siempre consigue que nuestra felicidad aumente después de un rato de practicarlo.
Beneficios asociados al baile
1. Bailar nos lleva hasta nuestro centro
Cuando bailamos, despertamos dentro de nosotros emociones que estaban dormidas. Nos ponemos en contacto con sentimientos y emociones de manera natural. Al bailar, nos olvidamos de los bloqueos que nos impiden disfrutar. De esta forma, conectamos con nuestro interior y con las emociones que se mantenían reprimidas. Estas emociones que, habitualmente, viven dentro de nosotros, al bailar se pueden canalizar de manera muy saludable.
Así mismo, cuando bailamos hacemos uso de nuestra parte creativa que suele estar poco consciente. Esta creatividad nos ayuda a sentirnos más cómodos con nuestra parte más espontanea.
2. El baile eleva nuestro estado de ánimo
Al bailar todo el mundo disfruta y se relaja. Nunca he visto una persona bailando con cara de enfado, es muy raro. El bailar supone una distracción estupenda, que nos ayuda a olvidar los problemas. Cuando bailamos, alejamos de nuestra mente los pensamientos negativos que nos hacen tanto daño. De esta manera, la tensión nos abandona y notamos un gran bienestar.
Las personas que bailan a menudo, suelen ser personas más alegres que las que no lo hacen. La sensación de vitalidad aumenta y eso hace que estas personas sean mucho más positivas.
Meg Chang, junto con otros investigadores, ha estudiado el efecto del baile en los trastornos del estado de ánimo. En el año 2005, se publicó en Corea en la revista International Journal of Neuroscience un estudio que afirmaba que la terapia de movimientos de baile (DMT) regulaba el estrés en los adolescentes con depresión leve. Así mismo, se comprobó que al bailar se reducían los niveles de dopamina y aumentaban los niveles de serotonina.
3. Mejora nuestras relaciones con los demás
Es muy raro ver a una persona bailando sola. Normalmente el baile se lleva a cabo en compañía de otras personas. Esto lo convierte en una actividad social que nos ayuda a conectar con otras personas.
Si asistimos a clases de baile, conoceremos a otras personas interesadas en lo mismo que nosotros. Siendo esta una manera de hacer nuevos amigos que de otra manera no haríamos.
Cuando bailamos con otra persona, fomentamos el contacto físico que tanto miedo nos da. De la misma manera, tendremos que adaptarnos a los movimientos de la persona con la que bailamos, promoviendo así una buena disposición hacia el otro.
4. Aumenta la confianza en nosotros mismos
Ya hemos visto que bailar nos ayuda a conocer a otras personas. Además, serán personas que tendrán que compartir la misma actividad con nosotros. Nos equivocaremos juntos, nos reiremos juntos y habrá pisotones que quitarán mucho hierro al asunto.
Después de unas cuantas clases de baile, la timidez desaparece como por arte de magia. El miedo al ridículo es común y compartido, con lo que es muy fácil de manejar. Esto crea lazos entre las personas que lo practican que nos ayudarán a sentir más emociones positivas hacia nosotros mismos y hacia los demás.
También, cada nuevo paso conseguido en una clase de baile, será un escalón que subiremos hacia la confianza en nosotros mismos.
5. Envejeceremos menos si bailamos
Cuando aprendemos bailes y pasos nuevos, nuestra memoria tiene que ponerse a trabajar. Si son bailes de salón, la memorización será en pareja. Esto requiere una gran concentración y que nuestra atención se mantenga de manera continua. Cuando las personas envejecen, necesitan ejercitar su memoria y capacidad de concentración. ¿Existe mejor manera?
El baile nos fuerza también a tomar decisiones sobre la marcha. No podemos utilizar los patrones fijos que utilizamos en otros deportes como la carrera o la bicicleta. Esto consigue que nuestro cerebro abandone sus rigideces y opte por una reinvención continua que fomente la plasticidad cerebral.
Los estudios del psicólogo Peter Lovatt, que fue bailarín profesional, demuestran que el baile nos ayuda a tomar decisiones. En sus estudios ha comprobado que las personas que bailan, tienen mayor capacidad para hacer frente a problemas con diferentes soluciones.
Haz un espacio al baile en tu vida
Como ya hemos podido comprobar, bailar es uno de los mejores ejercicios que podemos hacer. Además de todas las ventajas que aporta a nivel cerebral, a nivel físico nos proporciona resistencia y elasticidad.
RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.
Pero, además, es fundamental cuidar de nuestra mente, y para ello existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye sesiones de mindfulness y ejercicios de psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.
El baile es una maravillosa manera de conectarnos con la alegría de vivir.
Muy interesante para mantener la salud física y mental
Excelente artículo que sintetiza la conexión de nuestro cuerpo con la mente y emociones. Gracias!!