Mindfulness, Psicología Positiva, Inteligencia emocional, Inteligencia socialseguro que todos estos conceptos te suenan muchísimo pero, ¿sabrías definirlos? ¿Sabrías explicar por qué  los necesitamos?

Para hablar de relaciones personales y de cuán importantes resultan para meditar satisfactoriamente, tenemos que prestar atención a las tesis de la Psicología Positiva, corriente psicológica cuyo epicentro de estudio es el ser humano, pero siempre desde aspectos y emociones que este experimenta de una forma positiva: alegría, emoción, conexión, generosidad, compasión. Si conseguimos enfocar nuestra propia vida generando y transmitiendo estas sensaciones eminentemente positivas, podremos experimentar relaciones personales en sociedad bajo los mismos parámetros. Es decir, ¡dar y recibir alegría a raudales! Este sería el clímax ideal al que aspirar.

Pero os preguntaréis cómo se consigue esto. ¿Es fácil? ¿Qué herramientas deberíamos poner en juego para conseguirlo, si consideramos que tenemos carencias a nivel afectivo o social?Es justo aquí cuando entra en juego la Inteligencia Emocional. Precisamente es ella quien nos dará las herramientas para lograr las dos premisas anteriores.

El Amor ‘mueve el mundo’ ¡pero de verdad!

No es ninguna frase hecha, ahora la ciencia lo avala. Se podría decir que la Inteligencia Emocional es el objetivo, pero también el punto de partida para muchísimas acciones positivas de nuestra vida. Ella nos va a permitir relacionarnos con nuestros seres conocidos o queridos de una forma constructiva, consciente y positiva. Pero, para saber manejar nuestra inteligencia emocional con respecto a los demás, es vital conocer la antesala o antecedentes de la misma.

¡Acompañadnos, y entenderéis por qué se ha demostrado que las relaciones amorosas (no sólo relativas al amor íntimo) entre las personas pueden mover ‘verdaderas montañas’.

                       Pixabay/oscarwcastillo

Si te consideras tacaño ya puedes ir cambiando el ‘chip’…

¿Te has planteado cómo es tu relación con el entorno? ¿Te relacionas bien o simplemente te relacionas? Por todo ello, es vital hablar de una cualidad humana que nos valdrá como eje central de nuestro camino hacia el inspirador mundo de la Inteligencia emocional: la generosidad. Pero generosidad entendida como un elemento unificador y generador de emociones positivas entre seres humanos, sin ninguna pretensión más que el propio acto de obrar bien

Las ideas nihilistas de que la felicidad no existe y de que es una utopía que solamente frustra a la persona son totalmente contrarias a la Psicología Positiva . Nos movemos en un contexto en el que ser feliz es una meta tangible, cercana y muy accesible a nosotros. Obviamente debemos trabajar en ella, pero tenemos dentro todas las herramientas para conseguirla. En esto se desmarca la Psicología positiva del resto de tendencias psico sociales o filosóficas. Quedémonos con esta frase ‘Dar generosamente a los demás sin esperar una consecuencia positiva en el otro incrementa la felicidad’ .

¿Cómo se conciben en Psicología Positiva las relaciones ? Eminentemente como un feedback generoso gracias a la escucha atenta, la gratitud y el cuidado y respeto hacia el otro. ¡Quedáos con estas palabras porque os acompañarán a lo largo de vuestro camino en la meditación!

Otro de los puntos interesantes en este sentido es reflexionar en cómo percibimos las críticas de los demás. ¿A que cuesta mucho hacerse a la idea de que alguien nos critica? ¡Aunque sea de forma constructiva! No todas las personas recibimos igual los actos y críticas. Por ello, conviene hacer diferencia entre 2 tipos de dimensiones o reacciones en torno a un hecho feliz de una persona cercana a nosotros: una respuesta constructiva y activa (cuando nos alegramos por este hecho y además lo hacemos evidente) una respuesta destructiva pasiva (o no mostramos interés o si lo mostramos es para realizar una crítica agresiva o malsonante hacia ese mismo hecho) ¿En cuál de ellas te catalogarías tú? ¡Siempre hay tiempo para trabajar y cambiar!

                                   Pixabay/moisetheodor

Por fin se empezaba a hablar de EMOCIONES: ¿Por qué las hemos estado obviando tanto tiempo?

¿Cómo hemos llegado a comprender lo importante que son las herramientas o habilidades para manejar nuestras emociones en pro de nuestras relaciones?  ¿Quiénes, a lo largo de la historia, se dieron cuenta de la necesidad de hablar sobre emociones? Vamos a repasar, rápidamente, las aportaciones más importantes.

Christotòpher Peterson, doctor e investigador de la Universidad de Michigan (EEUU) decía que se podía resumir lo que implican las relaciones con nuestros semejantes en 3 palabras: »Los demás importan»’( del inglés, People matters’) . Esta tendencia, hace que tomemos conciencia de que podemos ser felices ‘desde nuestro interior’ pero también proyectándolo con los demás. Y que ese feedback y ese flujo de relaciones personales puede sumar siempre, si sabemos aplicar la Inteligencia emocional.

Con el paso de los años nacen investigaciones que poco a poco arrojan luz y aportan conclusiones científicas a un contexto en el que todavía costaba mucho valorar los estudios sobre emociones y relaciones positivas. Por ello, el proceso fue muy lento y no sería hasta los años 2000 cuando se conocerían los primeros estudios de verdadero impacto internacional. Estos son algunas de las conclusiones más relevantes: 

-El doctor Csikszentmihalyi fue un conocido médico e investigador que elaboró una exhaustva investigación con personas de la tercera edad, llegando a la conclusión de que independientemente de la edad, el sexo o el status social, todas ellas se sentían más felices acompañadas. Esto ocurría en 1998.

– Peterson, en 2006 dijo que la oxitocina y la dopamina tenían un papel más relevante del que se creía hasta entonce y que ambas hormonas  jugaran este papel tenía que ver directamente con su producción de placer y con las experiencias positivas . Además, señaló que la capacidad de amar y de ser amado era el cimiento del bienestar de la vida humana. Gracias a sus aportaciones surge la idea de un amor incondicional e intrínseco que se convierte en una actitud ante la vida y ante nosotros mismos.

                               Pixabay/sharonang

Por su parte, en 2009, George Villiant decidió llevar a cabo una investigación que supuso un antes y después en lo que se refiere a estudios científicos con adultos sobre vida social y personal. El trabajo longitudinal, cuyo proceso y consecución duró varios años, concluyó con algo que hoy en día nos parezca una obviedad, hace tan sólo 8 años no lo era tanto: las relaciones personales son las que marcan el bienestar de una persona. Todo lo demás ocupa un segundo lugar.

– Pero los beneficios de las relaciones con otras personas no sólo se asocian a la vida personal, sino a nuestro ámbito laboral. Sus encuestas elaboradas en 2010 Rath y Harter demostraron que quien creaba lazos de amistad en el ámbito laboral producía con mejor calidad y tenía menos accidentes laborales, entre otros beneficios.

Goleman, un AS en ‘esto de relacionarse BIEN’

Goleman fue quien, de manera definitiva, sentó las bases de estas 2 palabras que hoy tanto utilizamos. Para el autor de Inteligencia Emocional, esta disciplina de las emociones funciona en 4 ejes fundamentales:

 El conocimiento de las propias emociones partiendo de la idea de Sócrates de Conócete a ti mismo. Se parte de la idea de que cada persona tiene las herramientas para poder hacer este viaje interior ya sea con ayuda de otras personas, gracias a la atención plena e incluso mediante las artes como la música, la lectura o el teatro..todo contribuye a que estemos en contacto con nosotros mismos.

-El manejo de esas emociones: suavizar expresiones negativas, saber canalizarlas y en cambio, fomentar las positivas y saber proyectarlas en nuestro entorno.

-Los dos pasos anteriores no sirven de nada si no conocemos las emociones de los demás. Reconocer las emociones positivas y negativas del otro es básico para poner en práctica una correcta Inteligencia emocional. Todo ello se consigue gracias a la empatía.

 Pixabay/whixard

-El último estadio recoge o ‘acoge’ todos los anteriores y consiste en la habilidad de manejar las emociones de los demás. Supone además un paso más allá apto para quienes hayan conseguido manejar sus propias emociones e identificar y entender la de sus semejantes.

Nunca es tarde para cambiar ¡Relaciónate de una forma FELIZ!

¿Qué te ha parecido todo esto? Poco a poco, irás digiriendo qué significa cada término pero sobre todo, lo irás poniendo en marcha gracias a diversas situaciones de crecimiento personal que vas a experimentar en tu vida. El campo de las emociones es un ámbito maravilloso de trabajo personal, interpersonal e incluso laboral. Exige, eso sí, de una serie de habilidades y cualidades que se presuponen al ser humano pero que su éxito y consecución depende de las fortalezas de cada persona.

Tener dominio en la Inteligencia Emocional requiere de valentía, respeto, empatía y amor. Te recomendamos hacer este ‘viaje’ dentro de tí y de las personas con las que te relacionas con la mente lo más abierta y receptiva posible y con una mirada cariñosa hacia tu entorno.

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