¿No sería maravilloso que de pequeños nos enseñasen técnicas de relajación en la escuela? La mayoría de nosotros estamos en contacto con situaciones de estrés y ansiedad, da igual la edad que tengamos o a qué nos dediquemos, es nuestra respuesta a estas situaciones de estrés la que a veces es positiva porque nos ayuda a evolucionar. Sin embargo, en otras ocasiones lo único que hace es bloquearnos, no somos capaces de relajarnos y tomar una decisión desde la calma. Es por eso, que sería ideal saber gestionarlo para que no derive en problemas serios de salud.
La gestión del estrés y de nuestras emociones
El estrés es necesario en nuestras vidas para que active el resorte que nos hace falta para avanzar ante determinadas situaciones, lo peligroso es no saber gestionarlo y que llegue a convertirse en estrés crónico. Algunos de los síntomas que sufren las personas que tienen estrés crónico son:
- Taquicardias.
- Aumento de la presión arterial.
- Falta de claridad mental para tomar decisiones.
- Incapacidad para priorizar.
- Insomnio.
- Agresividad.
- Absentismo laboral.
Todos merecemos poder gozar de la calma y la tranquilidad siempre que lo necesitemos y no es necesario irse a un spa o a un retiro espiritual para conseguirlo. Aprender técnicas de relajación, será muy positivo para nuestra vida. Si las guardamos en nuestra mochila de herramientas emocionales, podremos utilizarlas en cualquier momento del día y nos enfrentaremos a las situaciones diarias desde la calma y el autocontrol.
¿Qué beneficios obtendremos poniendo en práctica técnicas de relajación?
Mejorará nuestra salud, tanto mental como física. Está demostrado que llevar una vida tranquila y equilibrada refuerza el sistema inmunológico, reduce la presión arterial, estaremos menos expuestos a sufrir enfermedades coronarias y sufriremos menos dolores. Aumentará nuestro nivel de autoestima y esto hará que nos tomemos la vida de otra forma, con más seguridad y confianza en nosotros mismos. Tendremos mayor calidad de vida. Seremos capaces de tomar decisiones desde la calma, de manera meditada y en su debido momento, no actuaremos desde la premura y la ansiedad. Mejorarán nuestras relaciones con los demás, dejaremos de ser esa persona gruñona que se dejaba llevar por el estrés de su día a día y conseguiremos tomarnos la vida de una manera más tranquila y sin ofendernos fácilmente.
3 técnicas de relajación para poner en práctica
Fuente: Pixabay brenkee
Meditación mindfulness. Está demostrado que a través de ella se consiguen alterar las conexiones neuronales de nuestro cerebro, lo que nos ayudará a enfrentarnos con resiliencia a situaciones de estrés. Sería ideal conseguir sacar unos minutos diarios para esta práctica.
Es muy sencillo, lo único que necesitas es sentarte en una postura cómoda, puedes hacerlo en una silla con la espalda todo lo erguida que puedas, los pies bien apoyados en el suelo y las palmas de las manos descansando sobre las piernas, si lo prefieres, puedes adoptar la postura de loto, sentado en el suelo con las piernas cruzadas. Al principio, echa un suave vistazo a tu alrededor mientras haces unas cuantas respiraciones profundas, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Toma conciencia de tu cuerpo, de la postura que tienes, del peso de los pies sobre el suelo, de la presión de tus manos sobre las piernas, siente si hay alguna zona de tu cuerpo que se encuentre tensa.
Después cierras despacio los ojos y comienzas a respirar de manera natural, sólo por la nariz. Siente cada respiración, si notas que la mente se distrae, imagina un cielo azul sobre tu cabeza y envía cada pensamiento que acuda a ti hacia ese cielo envuelto en una nube blanca. Tras unas cuantas respiraciones de este modo, puedes comenzar a contar cada respiración según se termine, de esta manera, estarás centrado simplemente en ese proceso y no podrás entrar en momentos de distracción. Podríamos decir que practicar la atención es como ejercitar cualquier músculo de nuestro cuerpo, lo único que hay que hacer es tener constancia y practicar todos los días. Si estás interesado en esta técnica, puedes consultar más sobre ella en este enlace.
Respiraciones profundas. Tal vez estés a punto de entrar en una entrevista de trabajo o has tenido una discusión con tu hijo adolescente que te ha hecho llegar a niveles de estrés incontrolables. Estés donde estés o sea cual sea la situación que te ha llevado a este estado de nervios, seguro que puedes elegir un lugar en el que sentarte 5 minutos. Cierra los ojos y comienza a respirar profundamente llenando el abdomen, como hacen los bebés y exhala por la boca. Pon la mano en la zona y siente cómo se hincha mientras entra el aire y cómo se contrae cuando lo expulsas. Si estabas nervioso en el momento de comenzar, podrás notar cómo después de esos 5 minutos tu pulso se relaja y tu cuerpo pesa un poco más que antes de comenzar el ejercicio. Serás capaz de tomar conciencia de tu mente y de tu cuerpo con esta técnica tan sencilla y enfrentarte mucho más sosegado a esa situación para la que te sentías bloqueado y tremendamente tenso.
Relajación muscular progresiva. El creador de esta técnica, Edmund Jacobson, sostenía, que podemos llegar a reducir la ansiedad si aprendemos a relajar voluntariamente la tensión muscular. Hay que tener en cuenta que si tenemos algún tipo de dolencia hay que evitar usar esta técnica en esa zona del cuerpo. Se puede realizar sentado en una silla, preferiblemente con reposa brazos o tumbados en el suelo, lo importante es no cruzar las piernas. Con los ojos cerrados y respirando profundamente, vamos tensando grupos de músculos de manera voluntaria durante unos segundos y para posteriormente relajarlos. El orden aconsejable para ir activando cada grupo de músculos sería el siguiente: manos, bíceps y tríceps, hombros, cuello, boca, lengua, ojos, espalda, glúteos, muslos, glúteos, pies y dedos. A parte de estas tres técnicas, existen muchísimas más, como el yoga, escuchar audios con relajaciones guiadas, el chi kung, tai chi… Sea cual sea la técnica que elijas, no debes olvidar que lo que realmente hace que funcione es la práctica y la constancia.
En conclusión, en ti está la decisión de empezar a trabajar tu mente para controlar situaciones de estrés y ansiedad, y conseguir el tan ansiado estado de relajación. Y, sin duda, la meditación podrá ayudarte en ello. Por eso, te invitamos a que conozcas el método Crear Salud, que te servirá de guía. Pero, además, ebemos ser conscientes de que para combatir el estrés no basta solo con aprender a relajarnos, sino que también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.
Herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – te ayudarán a dominar el estrés a través de una metodología sencilla, basada en el mindfulness y la Psicología positiva para mejorar tu bienestar y, de paso, ser más feliz.
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