Afortunadamente, cada vez somos más conscientes de la importancia que tiene la alimentación para nuestra salud. Los alimentos probióticos van más allá. Seguro que ya habrás escuchado algo acerca de ellos, puesto que gracias a la publicidad y a un mayor acceso a la información se han popularizado. A continuación, te desvelamos en qué consisten estos alimentos y dónde los puedes encontrar.

No cabe duda de que en la actualidad estamos más informados sobre lo que comemos que nunca. Nos preocupamos por los ingredientes de los alimentos que consumimos y hay un creciente interés por la relación entre la dieta y la salud. Si somos lo que comemos tenemos que estar bien informados sobre lo que estamos consumiendo, por eso, ya no solo cuidamos la alimentación para adelgazar y consumir menos grasas, sino también para obtener nutrientes de mayor calidad, que nos aporten lo que necesitamos para estar más saludables y ser más resistentes a ciertas enfermedades.

 

Yogut probióticos

Fuente: Pexels

 

Como comentábamos, los alimentos probióticos gozan actualmente de una gran popularidad, debido a que nos importa lo que comemos y somos más responsables con los alimentos que consumimos. Pero ¿en qué consiste realmente un alimento probiótico? Tal y como lo define la OMS, los probióticos son: «microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo hospedador».

Los fabricantes de productos alimenticios no han tardado en sumarse a la popularidad de los alimentos probióticos, por ello muchos productos los están incluyendo entre sus ingredientes para poder indicarlo en sus etiquetas. Veamos en mayor profundidad en qué consisten los probióticos y cómo puedes incorporarlos a tu dieta diaria de una forma consciente.


¿En qué consisten los probióticos?

Los probióticos son microorganismos o microbios vivos que forman parte a día de hoy de muchos productos como: alimentos, suplementos dietéticos e incluso medicamentos. Las especies más usadas como probióticos son los Lactobacillus y los Bifidobacterium. En las bacterias ácido lácticas se incluye la especie Lactobacillus, siendo utilizada para la conservación de alimentos fermentados, utilizándose durante miles de años. Poseen una doble función, contribuyendo a la fermentación del alimento y, además, aportando beneficios para la salud.

La fermentación ha sido aplicada en todo el mundo para la preservación de una serie de productos agrícolas sin procesar tales como: carne, pescado, leche, hortalizas, frutas, tubérculos, etc. Gracias a la fermentación, estos alimentos se conservan durante largos periodos de tiempo y, además, ofrecen un sabor característico reduciendo el PH, impidiendo así la contaminación con posibles patógenos.

El término probiótico se introdujo por primera vez en 1965 por los científicos Lilly y Stillwell, para nombrar a los productos que favorecen la fermentación gástrica. Si bien estas bacterias ya se encuentran en el intestino de toda persona sana, estos microorganismos adicionales ayudarían a potenciar la flora intestinal para combatir enfermedades bacterianas.

A diferencia de los probióticos, los prebióticos son definidos como factores de origen microbiano, que ayudan a la profileración de otros organismos. Se realiza a través del uso de ingredientes alimentarios, estimulando el crecimiento de las bacterias beneficiosas sobre las nocivas. Se trata de sustancias que se encuentran en la dieta, nutriendo a microorganismos seleccionados existentes en nuestro intestino. Los prebióticos son utilizados como ingredientes en alimentos comunes como el chocolate, las galletas, cereales, productos lácteos, etc. Los prebióticos más conocidos son los siguientes:

  • Inulina
  • Oligofructosa
  • Lactulosa
  • Galacto-oligosacáridos
  • Oligosacáridos de la leche materna

 

 

Fuente: Alexas_Fotos

 

Criterios mínimos de las etiquetas de los productos probióticos

Para asegurarnos de que lo que estamos consumiendo es un alimento probiótico que puede realmente beneficiarnos a nuestra salud, debemos tomar en cuenta una serie de criterios mínimos descritos por la ciencia, que deberían cumplir los productos probióticos:

  • Especificar el género y la cepa que se esté comercializando.
  • Estar vivos en el producto.
  • Que haya sido demostrada su eficacia con estudios controlados en humanos.
  • Que se administre en dosis adecuadas hasta el final de la vida útil (con una pequeña variabilidad de un lote a otro).
  • Que sean inocuos para el uso al que están destinados.

Tal y como indican los estudios científicos, para que un producto pueda llamarse probiótico y que, además, aporte confianza al consumidor sobre sus beneficios para la salud, debería regularse un etiquetaje con las características que se han destacado. En la actualidad, no hay normas universalmente establecidas por lo que esto queda como una sugerencia para la industria que los comercializa.

Beneficios de los probióticos

Es fácil encontrar probióticos en alimentos como el kéfir, yogures frescos y en otros productos lácteos fermentados. También, como hemos indicado anteriormente, en complementos alimenticios. Gracias a que el efecto que tienen los probióticos sobre nuestro organismo es el de aumentar las bacterias beneficiosas para nuestro intestino, disminuyendo las patógenas, tienen un efecto saludable sobre nuestro sistema inmunitario.

Son destacables sus beneficios sobre el reforzamiento del sistema inmune, y también son ampliamente utilizados para el control de diarreas severas, reduciendo además su incidencia. Sus efectos más beneficiosos giran en torno al fortalecimiento del sistema inmune, con lo que esto supone para nuestra salud. Para esto existe la evidencia científica de que son varias cepas de probióticos las que resultan útiles para reforzar la respuesta inmunitaria.

Para el síndrome del instestino irritable varios estudios han demostrado beneficios de los probióticos en comparación con el placebo. Se sabe que algunas cepas mejoran el dolor y proporcionan un alivio general, mejorando los síntomas de los cólicos.

Una serie de estudios han confirmado que el uso de probióticos mejora la digestión de la lactosa, reduciendo los síntomas en las personas intolerantes. Esto se ha analizado con con estudios controlados en personas que consumían yogurt con cultivos vivos.

 

 

En cuanto a la enfermedad cardiovascular, como con otras muchas enfermedades a las que se asocia con los beneficios de los probióticos, no existen evidencias científicas que respalden sus beneficios para estos casos.

La publicidad sobre los probióticos va en aumento, por eso debemos considerar una buena alimentación, pero siendo conscientes de que no todo lo que reluce es oro y, en este caso, no todo lo que nos prometen como la panacea va a resultar ser tan beneficioso en todos los casos.

RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.

Además, para cuidar nuestra mente, existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí  que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.

Fuente: Guarner, F., Khan, A. G., Garisch, J., Eliakim, R., Gangl, A., Thomson, A., … & Fedorak, R. (2011). Probióticos y prebióticos. Guía Práctica de la Organización Mundial de Gastroenterología: Probióticos y prebióticos, 1-29.

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