Equivocadamente solemos pensar que solo es algo de adultos el estrés o la ansiedad, sin embargo, actualmente existen múltiples razones por las que tus hijos sienten ansiedad. El divorcio de sus padres, una situación de acoso, separarse de sus padres, cambio de escuela o de casa… pueden ocasionar trastorno de estrés en los niños.
Es aquí donde surge la siguiente duda: ¿Cómo detectar que nuestros hijos sufren de estrés o ansiedad? La respuesta la encontrarás aquí, pero las alteraciones en su apetito o los problemas para dormir son algunas de los efectos más comunes.
El estrés en los niños
El estrés en tus hijos puede ser muy preocupante, ya que esto puede generar otros problemas más complejos, que al transcurrir el tiempo se pueden agravar aun más. Es necesario tomar las medidas adecuadas, de lo contrario; el estrés sufrido hoy, puede transformarse en trastornos en el futuro.
El estrés en ocasiones está relacionado con problemas específicos, los cuales diariamente afectan a más niños, siendo algunos problemas relacionados con el aprendizaje y atención.
Situaciones que pueden ocasionar ansiedad o estrés en nuestros hijos
Existen diversas situaciones que pueden ocasionar en los niños mucho estrés. Debes tener en cuenta que tus hijos tienen sus propias experiencias y sensaciones. Para ellos en momentos adversos pueden presumir un mundo de respuestas y estímulos, pero para nosotros esto puede ser algo anecdótico.
Los cambios familiares, las actividades extraescolares, el colegio, las visitas al dentista o las relaciones con sus compañeros pueden ocasionarles inquietudes. Puedes ponerte en su situación sin minimizar o frivolizar sus sentimientos, podrás promover su bienestar y confianza.
Aprender a identificar las señales de estrés en los niños
El niño come demasiado o poco, tiene problemas para dormir, disminución o aumento exagerado del ejercicio físico, bajo rendimiento en la escuela, apatía, cansancio, fatiga, tristeza, problemas de relación o irritabilidad, son señales que al combinarlas con eventos de cambios pueden generar un cuadro de estrés bastante serio.
Por medio de los llantos, la continua irritabilidad, la pérdida de apetito o desafiar estar en los brazos de mamá siempre son manifestaciones de las sensaciones de estrés; cuando los niños son bastante pequeños.
En ocasiones, se pueden producir miedos exagerados a personajes disfrazados o pesadillas debido a la oscuridad, en ocasiones la separación también puede ocasionar ansiedad. Las dificultades al hablar o tartamudez, succión del dedo pulgar o enuresis nocturna (comportamiento muy infantil para su edad) son claras señales de preocupación.
Cuando los niños siguen desarrollándose, suelen mostrarse más irritables o sin motivo alguno aparece el llanto. En caso de seguir estresados, se mostrarán más agresivos de lo normal comportándose para atraer la atención de sus padres, además de molestias físicas o dolores.
Más adelante, en la preadolescencia o adolescencia suelen desarrollar mejor su racionamiento respecto a lo que significa el estrés y la ansiedad, sin embargo, no logran identificar sus reacciones y comienzan a padecer alteraciones emocionales y de conducta.
Escenarios comunes de estrés en los niños
Resulta bastante conveniente conocer cómo, cuándo y dónde se desarrollan los escenarios de estrés. Por lo general, cuando tus hijos son más pequeños los escenarios estresantes tienen que ver con la propia escuela o la situación familiar. Durante la preadolescencia y la adolescencia, están más predispuestos a causa de una modificación en las relaciones personales.
Familia y escuela
La situación familiar como el divorcio de la pareja, el nacimiento de un hermano, cambios de domicilio, fallecimiento de familiares queridos o problemas en la situación de trabajo de sus padres. Por otro lado, en la escuela se genera molestia o acoso de otros, no aceptación de los iguales, exceso de demandas escolares, cambio de colegio, conflictos o malas notas.
Salud
Una de las fuentes principales que generan estrés en los niños es la enfermedad y el dolor; siendo el factor de estrés más importante en los niños, la hospitalización a causa de una enfermedad crónica.
Afortunadamente, por lo general las situaciones estresantes suelen ser temporales, relacionadas con una revisión médica, un viaje, alta carga extraescolar, etc. Sin embargo, pueden ser muy graves las consecuencias cuando se extienden en el tiempo estas situaciones.
Es por ello que resulta fundamental evitar minimizar las consecuencias del estrés y la ansiedad, debido a que también ha sido asociado con un incremento en crisis de asma o en la edad adulta se generan desórdenes mentales.
¿En qué momento buscar ayuda de un profesional?
En ocasiones, es bastante normal que tus hijos tengan preocupaciones. Pero cuando se intensifica e interfiere negativamente la ansiedad en las relaciones familiares o en su desarrollo escolar, probablemente tu hijo requiera el apoyo de un profesional y por eso lo más recomendable sería hacer una consulta de inmediato.
¿Cómo lograr que el estrés de los padres no afecte al niño?
El estrés en los niños puede tener múltiples consecuencias, bien sea de origen físico como cognitivo y emocional. Es por ello que ciertas disciplinas como mindfulness son herramientas fundamentales para rehabilitar y recuperar sus funciones cognitivas, además de regular su estado emocional por medio de la atención plena.
Resulta fundamental apoyar a los más pequeños para que nuestro estrés no los afecte, sin embargo, también forma parte de su desarrollo el estrés, pero normalizado. Por eso es que el mindfulness y la meditación, son prácticas que sirven de apoyo para reparar la salud física y el equilibrio mental de tus hijos.
Además, es importante como padres observar su conducta, tratando de conservar intacto su descanso, promover los vínculos de confianza y controlar la buena alimentación. Aunque también puedes descargar esta aplicación SIENTE y sacar el máximo provecho, gracias a sus 7 sesiones y opciones extras gratis.
En general, cuando los síntomas del estrés y la ansiedad se extiendan en el niño y estén afectando su salud será fundamental recurrir a un especialista, esto se debe a que posiblemente estén implicados algunos factores físicos. Desatender cada uno de estos síntomas, no sería conveniente para el niño.
Por eso cuando ya el niño puede entender es necesario hablarle, dejarle que se exprese y hacerle preguntas sobre sus sentimientos. Al comprender cual ha sido el origen del problema en el niño, será más sencillo superar y controlar la ansiedad. Por tal razón, debes evitar que se generen procesos más complicados o se convierta en algo crónico, por ejemplo, la depresión infantil.
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