Los seres humanos llevamos incorporado un reloj que marca los ritmos internos. Estos ritmos van haciendo que la función de los órganos cambie a lo largo del día. En circunstancias normales, los horarios de las comidas son importantes. No obstante, las personas que tengan diabetes, cáncer o, simplemente que necesiten perder peso, necesitan prestar mucha atención a los estos horarios.
Nuestro reloj interno no se equivoca
Según el profesor Acuña Castroviejo, catedrático de Fisiología de la Universidad de Santiago de Compostela, «Somos cuándo comemos». El profesor Acuña sostiene que tenemos un reloj maestro en nuestro cerebro que se activa con la luz de cada nuevo día. Este reloj se encarga de sincronizar todos los ritmos de nuestro organismo que tienen que ver con la producción de hormonas o con la actividad. Así mismo, parece ser que existen otros relojes en cada uno de los órganos que dependen del reloj maestro y de la alimentación.
Cada vez que comemos se activan una serie de mecanismos relacionados con el apetito, la actividad de las distintas partes del aparato digestivo y la producción de enzimas. Estos procesos cambian a lo largo del día siendo a partir de las 20.00 horas la hora en la que peor se digieren los glúcidos. Además, dice el profesor Acuña, cuando las personas están activas van acumulando grasas que se quemarán durante la noche.
No obstante, estos ritmos y procesos se ven alterados en los diferentes momentos de la vida. Cuando una persona padece algún tipo de patología como la diabetes o el cáncer es muy importante que los horarios de las comidas se hagan adecuadamente. Así mismo, aquellas personas que quieran adelgazar también deben de poner mucha atención a cuándo comen.
El horario de las comidas para las personas con diabetes
Haciendo ciertos cambios en el horario de las comidas es posible prevenir y manejar, en cierta medida, la diabetes. Como ya hemos dicho, el ser humano dispone de un reloj en su interior. Este reloj actualiza continuamente los ritmos de los distintos órganos.
Según se ha comprobado, el páncreas no segrega la misma cantidad de insulina en los distintos momentos del día. Además, la sensibilidad de nuestras células y tejidos a la influencia de la insulina también cambia a lo largo del día.
Los estudios de la Dra. María Garaulet, experta en cronobiología y obesidad, vinculan de manera importante el ritmo circadiano con diferentes trastornos metabólicos. Su investigación arroja nuevas formas de entender la relación de los horarios de las comidas con la diabetes. Según la Dra. Garaulet, las personas diabéticas no deberían cenar justo antes de ir a dormir. Esto es debido a que la cena tardía potencia la presencia de la melatonina y la insulina al mismo tiempo y estas dos hormonas no funcionan bien cuando están juntas. Las personas diabéticas saben que la presencia de melatonina disminuye la tolerancia a la glucosa. Por todo ello deberían prescindir de los hidratos de carbono por la noche y tomarlos solamente en las comidas que hagan durante el día.
Los horarios de las comidas en las personas con cáncer
Las personas enfermas de cáncer suelen tener poco apetito. Esta falta de apetito es debida al mismo proceso de enfermedad y, también, a los fármacos que se utilizan en el tratamiento. Por esta razón, es muy importante encontrar la manera de que se alimenten en las horas del día que más hambre puedan sentir.
Normalmente, en este tipo de de pacientes, se produce una disminución del apetito según avanza el día. Por ello, sería recomendable establecer las comidas más nutritivas a primera hora del día. El resto del día habrá que tener mucha flexibilidad de horario. Es muy importante señalar que la dieta de estas personas debe de ser apetecible, muy rica en nutrientes y, a poder ser, exenta de alimentos procesados.
Lo ideal es que estos enfermos tomen comidas pequeñas y frecuentes ya que así lo digieren mejor. En estos casos lo mejor es adaptarse a las apetencias del paciente, siguiendo siempre las recomendaciones del médico.
Cuándo deben comer las personas que quieren perder peso
Según varios estudios llevados a cabo, tanto en España como en Estados Unidos, la mejor hora para tomar alimentos y no ganar peso es al mediodía. Uno de estos estudios publicado en la revista FASEB en junio del año 2016, demostró que la hora del día en la que se ingiere la comida tiene mucha relevancia en la sensibilidad de la insulina en el tejido adiposo. La insulina es la hormona que nos ayuda a metabolizar los hidratos de carbono y parece ser que es en la mitad del día cuando mayor sensibilidad a esa hormona tenemos. Por lo tanto, a esa hora tendremos mejor respuesta al consumo de los hidratos de carbono.
Otro estudio que se publico en el año 2013 en el International Journal of Obesity, demostró que las personas que se encontraban a dieta para perder peso y tomaban su almuerzo antes de las tres de la tarde experimentaban mayor pérdida de peso que aquellas personas que tomaban su comida después de esa hora.
En definitiva, para quienes necesiten perder peso lo mejor es tomar un buen desayuno con frutas, cereales integrales y frutos secos. La mejor hora para desayunar es alrededor las 7.30 horas. La comida del mediodía debe ser muy rica en verduras, legumbres y cereales integrales y, a ser posible antes de las 15.00 horas. A la cena le prestaremos mucha atención ya que no debe de contener más del 30% de las calorías totales del día. Así mismo, es importante que la hora de la cena sea dos horas antes de irnos a dormir si queremos que la pérdida de peso sea efectiva.
Nuestro cuerpo está íntimamente conectado con la naturaleza. Es importante que respetemos sus ritmos para poder gozar de una buena salud. Al comenzar el día todo se encuentra en su punto de máxima energía y nuestro sistema digestivo también. Sin embargo, según va cayendo la noche todo en la naturaleza se dispone al descanso y nuestro cuerpo no podría ser menos.
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