Vivimos rodeados de sustancias contaminantes, tóxicos que respiramos, comemos, bebemos o absorbemos a través de la piel. Una contaminación invisible que genera muchos problemas de salud, porque provoca un mal funcionamiento de nuestro organismo.

¿Qué son los parabenos?

Se trata de compuestos químicos que llevan muchos años utilizándose como conservantes en productos de cosmética.

 

 

En la naturaleza existen parabenos, de hecho, algunas hortalizas y frutas los contienen. Además, se producen de forma natural cuando se metabolizan algunos aminoácidos. Como desechos del metabolismo, se eliminan por la orina. Esos no inquietan.

Los parabenos sintéticos son los que nos preocupan. Aunque intentan imitar a los naturales, provocan efectos nocivos sobre el organismo.

Encontramos estos compuestos en casi todos los productos cosméticos, desde champús a cremas, productos para el afeitado o depilación, incluso dentífricos y algunos alimentos. Se emplean para eliminar hongos y bacterias de los cosméticos y evitar que se estropeen.

Están tan difundidos porque su precio es muy bajo y, con muy poca cantidad, cumplen su función de preservación. Por eso son preferidos por las empresas, frente a otros conservantes menos económicos.

Se trata de 6 tipos de compuestos diferentes y, en las etiquetas, figuran bajo los nombres de «paraben«, «parabeno» o «parabens«.

 


¿Por qué se consideran tóxicos?

Algunos se consideran seguros por las autoridades sanitarias, en bajas concentraciones. Sin embargo, otros están prohibidos porque se ha comprobado su relación con algunos tipos de cáncer.

El problema es que nuestro organismo los asimila e incluye como parte de sus estructuras, por lo que se pueden acumular en algunos tejidos.

Nuestra piel es un órgano que protege todo el cuerpo de las agresiones externas, pero no es impermeable. De hecho, todo lo que nos pongamos encima lo absorbe y pasa al interior del organismo.

Como utilizamos los cosméticos para nuestra higiene personal, absorbemos estos químicos a través de la piel, con lo que alcanzan el torrente sanguíneo y los diferentes órganos.

Los parabenos son sensibles a la radiación ultravioleta del sol. Al descomponerse, consiguen que las células produzcan más radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro

En muchas personas, originan irritaciones en la piel, dermatitis, rosáceas y alergias. Tal vez estés sufriendo una reacción alérgica a los parabenos si, después de aplicarte algún cosmético, observas alguno de estos síntomas:

  • Piel roja y con picor.
  • Inflamación o dolor en la piel.
  • Sequedad o tirantez.

Puedes probar a dejar de usar el producto en cuestión durante varios días. Si los síntomas se alivian, ya sabes de dónde viene el problema.

 

 

También hay estudios científicos con su punto de mira sobre los efectos que puedan causar sobre el ADN espermático, lo que afectaría a la capacidad reproductiva masculina.

No solamente eso. Los parabenos también pueden afectar a muchas hormonas, como los estrógenos femeninos, por lo que sus efectos pueden llegar al útero o provocar cáncer de mama.

Estos químicos están considerados disruptores endocrinos, por lo que muchas hormonas se ven afectadas y, como consecuencia, perdemos nuestra salud o no podemos recuperarla.

Aunque algunos estudios científicos restan importancia al efecto de los parabenos, lo cierto es que han aumentado sensiblemente los casos de alergias y enfermedades neurológicas degenerativas. El sobrepeso y los trastornos metabólicos son problemas ampliamente extendidos por la población y los sistemas sanitarios se ven desbordados por el número creciente de personas que pierden su salud o que no pueden recuperarla, a pesar de corregir hábitos y aplicar los tratamientos recomendados.

La alerta se ha activado a partir del aumento de casos de cáncer, enfermedades neurodegenerativas, trastornos metabólicos o de conducta, como autismo o TDAH en los niños.

Algo habrá de verdad en cuanto a la toxicidad de estos compuestos.

¿Qué son los disruptores endocrinos y qué efectos producen?

Estamos hablando de compuestos químicos sintéticos y fabricados en laboratorios. En algunos casos, intentan copiar a otros que se encuentran en la naturaleza.

Una vez dentro del cuerpo humano (también en el de los animales), imitan a las hormonas y alteran los efectos.

Las hormonas son mensajes químicos que activan y desactivan otras hormonas u órganos. Estos avisos pueden bloquearse, aumentarse o disminuirse por otra sustancia química que los suplante.

De esta forma, los diversos órganos corporales reciben mensajes confusos, unos de las verdaderas hormonas y otros de las falsas, con lo que se descompensa el delicado equilibrio de nuestro «sistema de comunicación» interno, regulador de numerosas funciones orgánicas.

 

 

Cuando se pierde el equilibrio en nuestro sistema hormonal, los órganos funcionan mal y eso provoca problemas de salud, muchos de ellos definitivos.

Los efectos de estos compuestos pueden transmitirse a través de la genética, incluso pasar desapercibidos en una o dos generaciones, antes de manifestarse.

Estos son algunos de los problemas conocidos:

  • Enfermedades cardiovasculares.
  • Alteraciones del metabolismo, como obesidad o diabetes.
  • Trastorno de déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
  • Autismo.
  • Síndrome de Párkinson.
  • Otras alteraciones en el desarrollo neurológico.
  • En las mujeres, pubertad precoz, disminución de la fertilidad o cáncer de mama.
  • En los hombres, malformación de genitales en bebés, baja calidad del esperma o cáncer de testículo y próstata.

No nos damos cuenta, pero vivimos en un entorno repleto de sustancias químicas que interfieren con nuestro sistema hormonal.

Recomendaciones para evitar la exposición a estos productos

  • Utilizar antitranspirantes naturales, como la piedra de alumbre o cualquier otro que elimine las bacterias, en vez de enmascarar el mal olor.
  • Usa productos ecológicos e incluso de fabricación casera. Existen muchas recetas para poder elaborar nuestra propia cosmética.
  • Busca maquillajes que lleven pigmentos naturales. Ya hay muchos en el mercado.
  • Utiliza productos de cosmética natural, libre de parabenos, que empleen aceites esenciales naturales y ecológicos.
  • Muchos aceites esenciales son eficaces antibacterianos, como el árbol del té, salvia, lavanda o romero.
  • El bicarbonato de sodio es muy eficaz y puede emplearse para usos muy diversos en la higiene personal: lavar el pelo, los dientes o como desodorante.

Los parabenos son compuestos químicos que imitan a las hormonas e interfieren en sus funciones. Cuando tomamos conciencia del daño que nos estamos provocando, buscamos la solución para dejar de exponernos a estas sustancias.

Así, si quieres hacer un cambio en tus hábitos diarios para adoptar un estilo de vida más saludable, puedes comenzar por algo tan sencillo como eliminar los productos con parabenos de tu lista de la compra. Pero ¿por qué no ir más allá con ayuda del método Crear Salud? Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.

Pero, además, también es importante cuidar de nuestro interior, y para ello contamos con como la app Siente – que puedes descargarte aquí  que se convertirá en tu mejor compañera de viaje en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.


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