¿Cuántas personas viven en ti? Seguramente estarás pensando que esa es una pregunta absurda. Dirás : ¡Pues yo y solo yo!

¡Yo te digo que no! Tú y todos tus yoes formáis una gran familia.

Tal y como decía Gurdjieff, la característica principal de la psique humana es su multiplicidad. Cientos de yoes o partes fraccionadas conviven nosotros. Actúan como si fueran los personajes de una obra de teatro llegando, en ciertos momentos, a batallar entre ellos.

Cada uno de estos yoes, se cree único y con el poder de dirigir la mente, Sin embargo, la realidad es que los diferentes yoes viven en una continua lucha por el protagonismo.

 

 ¿Conoces a alguno de estos personajes?

  • Mi yo complaciente amable y bondadoso; es la parte de mi que siempre intentará complacer a los demás para obtener atención y aprecio.
  • Mi yo criticón y enjuiciador: este personaje que se fija hasta en los detalles más pequeños con tal de poder censurar, a mi o a quien se le ponga delante.
  • Mi yo controlador/supervisor: esta parte de mi procura estar revisando y controlando todo, creyendo que de esa forma todo será como lo ha previsto.
  • Mi yo super perfecto: esta parte me seguirá a todas partes insistiendo en que siempre se pueden hacer las cosas mejor, y que por lo tanto no merezco descanso hasta que no lo consiga.

¿Ahora ya sabes a qué yoes me referia? Y estos son solo una muestra, de los cientos de personajes que conviven en una persona. Muchos de ellos se complementan, otros luchan entre ellos y, ante todos ellos, la persona se siente dividida, a veces sin darse cuenta.

Según vamos viviendo nuestra vida diaria, estos personajes hacen acto de presencia en función de las creencias que tengamos respecto a lo que es más adecuado en cada situación.

Es posible que nos habituemos a utilizar alguno en concreto y que rechacemos su opuesto, reflejándolo sin querer en otras personas . De esta forma, nos convertimos en personas rígidas e incapaces de manifestar ningún tipo de soltura o espontaneidad.


¿Entonces, cómo encontrar mi mejor yo?

En cualquier caso, siempre que busquemos nuestro mejor yo, estaremos intentando encontrar solo una parte nuestra, evitando y anulando todas las demás.

La gran sorpresa es que nuestro mejor yo no es solo una parte nuestra, es la parte de cada uno de nosotros que abraza y acoge a cada uno de esos yoes. Es el testigo que vive en nosotros y que no descarta ni enjuicia ninguna de esas partes a las que nosotros nos empeñamos en esconder debajo de la alfombra por considerar indeseables.

Existe un Yo con mayúsculas que integra todo y a todos y que una vez encontrado consigue que ese abrazo sea extensivo a toda persona además de a mi mismo.

Es cierto, sin embargo, que ese gran Yo acostumbra a no adornarse de grandezas a la hora de darse a conocer. Permanece a la espera de ser descubierto en lo más sencillo: en el silencio, en la quietud, en los momentos íntimos.

Para descubrirlo y dejarle que tome el mando de nuestra vida, es necesario proporcionarle de momentos de silencio que le hacen surgir.

Por ese motivo, te quiero presentar unas cuantas técnicas de meditación que te ayudarán a silenciar todos esos pequeños yoes para ir dando paso a tu YO con mayúsculas.

¿Qué es la meditación?

La meditación es una técnica que nos permite tener cierto control sobre nuestra mente y evitar que esta viva en un continuo parloteo elegido a su antojo. Es una forma de conseguir ejercitar nuestra atención a nuestro favor.

Para poder conseguir esto, la meditación ser sirve de ciertos ejercicios mentales, que principalmente consisten en poder dirigir la mente hacía un determinado foco y volver a él cada vez que esta vuelva a intentar ir por su cuenta.

Para conseguir perfeccionar nuestra atención mental, existen diferentes ejercicios de concentración: respiración, atención a tu interior, mantras, etc. Sin embargo, lo primero que debemos observar es lo siguiente:

La postura:

Es muy importante encontrar un sitio cómodo y alejado de cualquier ruido. Lo ideal es sentarse en una postura que nos resulte cómoda, en el suelo o quizá en una silla o butaca. El sitio da igual siempre que la espalda esté recta.

La respiración:

Respira profundo unas cuantas veces y observa los pensamientos que vayan visitando tu mente. Eso si, no te enganches en ninguno de ellos, solo obsérvalos y continua respirando, poniendo tu atención en como entra y sale el aire

Una vez conseguida una postura cómoda y una respiración relajada, podríamos llevar a cabo cualquier de las siguientes prácticas:

 

Técnicas de meditación

Observación de la propia mente: Imagina que estás fuera de tu mente y que tu trabajo consiste en observar y anotar cualquier pensamiento que cruce por ella. Solo observar y tomar nota. Una vez hecho, te  dispones a esperar al siguiente, sin más. Observa el cambio de pensamientos, los momentos de vacío, la insistencia en pensar lo mismo varias veces, pero no entres a juzgar nada. ¡Solo observa!

Observación de un objeto externo: Este tipo de meditación se hace con los ojos abiertos o cerrados. Consiste en enfocar la atención en algún objeto, por ejemplo un color, una figura, un sonido, una flor, una vela. Procuraremos concentrarnos en todos los detalles de ese objeto, dejando que la mente ponga su atención en el objeto tanto como sea posible. Después, sería deseable terminar por concentrarnos solo en uno de esos detalles.

Observación de nuestro interior: Se trata de hacer un recorrido, lleno de compasión y amor, por todo nuestro cuerpo de forma  lenta y consciente. Recorre todo tu cuerpo,desde la cabeza a los pies, llevando la respiración a cada rincón. Después, procurar darte cuenta de qué estás sintiendo y dónde y cómo lo estás sintiendo. ¿Sientes cosquilleo, frío, calor? ¿En el estómago, en las piernas?

Observación y repetición de un mantra: Un mantra es una palabra sánscrita que al repetirla nos hace sentir plenitud y paz. Al ir repitiendo el sonido, ( por ejemplo Om ) se consigue un estado de relajación que, de forma progresiva, nos aleja del ruido de la mente.

Cualquiera de estas sencillas técnicas, practicadas al menos una vez al día, conseguirán que tu verdadero y mejor Yo lleve las riendas de tu vida, llenándote de confianza y armonía.

En conclusión, cada vez más expertos del mundo de la medicina y la psicología insisten en la importancia de cuidar de nuestra mente y de nuestro Yo, tal y como propone el método Crear Salud.

Debemos ser conscientes de que para llevar una vida saludable también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral. Pero, para el cuidado interior, podemos ayudarnos de herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – que se convertirá en tu mejor aliada. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, en consecuencia, ser más feliz.

 


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