El aceite de oliva se considera uno de los productos más característicos de la dieta mediterránea. Se caracteriza, además por su suave sabor, por los grandes beneficios que aporta a nuestra salud. Todas las investigaciones que se han llevado a cabo con este producto nos llevan a considerarlo como imprescindible para nuestra alimentación. De hecho está considerado un superalimento.
Qué es el aceite de oliva
Normalmente, hablamos de aceite de manera general. Sin embargo, es muy importante diferenciar el aceite de oliva del aceite de oliva virgen y virgen extra. En un principio podríamos creer que son variedades diferentes, pero esto no es así. La realidad es que el aceite de oliva virgen nada tiene que ver con el aceite de oliva sin más.
Cuando hablamos de aceite de oliva virgen estamos hablando del zumo que se obtiene de las aceitunas. Este zumo se obtiene directamente de este fruto y únicamente mediante procedimientos mecánicos. Podríamos resumirlo de la siguiente manera: Al batir las aceitunas se obtiene una pasta que se batirá durante horas a unos 25 grados. Después, se separa la parte líquida de la solida. Una vez separadas, se filtra el aceite para que su aspecto mejore y para que sus propiedades se mantengan a lo largo del tiempo.
Tras el filtrado, el aceite tendrá que pasar diferentes análisis físico-químicos y una cata organoléptica para encontrar algún tipo de defecto, si lo hubiera. Cuando la acidez es menor de 0,8 grados y no existe ningún defecto, nos encontramos ante un aceite de oliva virgen extra. Sin embargo, si hay defectos de intensidad leve y la acidez se encuentra de entre 0,8 a 2 grados el aceite se considerará aceite de oliva virgen. Cualquiera de los dos puede ponerse a la venta.
El aceite que no es apto para el consumo
Además de estos dos tipos, nos encontramos con el aceite de oliva virgen lampante. Este tipo, debe su nombre a que se solía utilizar antiguamente para las lamparas de aceite y no es apto para el consumo. En la actualidad, sin embargo, estos aceites se refinan con procesos químicos o de temperatura para eliminar sus defectos. Al mismo tiempo, se cambia su olor y sabor para obtener una grasa vegetal neutra. Después se le añade aproximadamente un 15 o 20% de aceite de oliva virgen para que vuelva a tener olor y sabor. Por este motivo, nos encontramos ante un aceite de una calidad muy inferior.
Por mucho que el nombre sea muy parecido, estos dos aceites son muy diferentes. En España el aceite de oliva no virgen es bastante consumido. Sin embargo, en Grecia no se utiliza y en Italia se considera muy poco recomendable.
El aceite de oliva es muy resistente a cualquier cambio y es difícil que se estropee. Sin embargo el aceite de oliva virgen es muy sensible a la luz y al paso del tiempo, dada su condición de alimento natural. Por este motivo, debemos de tener cuidado dónde lo almacenamos y durante cuánto tiempo.
Propiedades aceite de oliva virgen extra
El aceite de oliva virgen extra tiene un alto nivel de ácidos grasos monoinsaturados como el ácido oleico. El ácido oleico ayuda a regular los niveles de colesterol en la sangre, disminuyendo la cantidad de colesterol malo (LDL) y respetando el que conocemos como colesterol bueno (HDL).
Otra característica de este aceite es la presencia de polifenoles. Los polifenoles son antioxidantes naturales que destruyen las sustancias que hacen proliferar las células cancerígenas y previenen el envejecimiento de la piel.
El aceite de oliva virgen es, también, una estupenda fuente de vitamina E. Si tomamos dos cucharadas de aceite de oliva al día estaremos ingiriendo la mitad de la dosis diaria recomendada de vitamina E.
Beneficios de consumir aceite de oliva virgen extra
Si utilizas de manera regular este tipo de aceite cada día, podrás obtener los siguientes beneficios:
Acción antiinflamatoria
Debido a su contenido de oleocantal, el aceite de oliva virgen posee acción antiinflamatoria. Esta propiedad es una aliada a la hora de prevenir los dolores de articulaciones y músculos. Se ha podido comprobar que las personas que lo consumen regularmente tienen menos dolencias que las que no lo toman.
Protege la memoria
En la Escuela Lewis Katz de Medicina de la Universidad de Temple en Filadelfia (Estados Unidos) los investigadores han descubierto que existe un ingrediente en concreto del aceite de oliva virgen que protege del deterioro cognitivo. Por este motivo el consumo de este aceite podría retrasar la demencia y la pérdida de memoria.
Ayuda a perder peso
Consumiendo, con moderación, este tipo de aceite sentiremos sensación de saciedad, por ello, tardaremos más en volver a sentir hambre. Así mismo, es un laxante suave que nos ayudará en casos de estreñimiento.
Tiene propiedades anticancerígenas
La presencia de antioxidantes, flavonoides, polifenoles y escualeno hacen que las personas que lo consumen tengan menor cantidad de posibilidades de padecer algún tipo de patología cancerosa.
Ayuda contra la diabetes
Según un estudio publicado en la revista Diabetes Care, el aceite de oliva virgen puede reducir los casos de diabetes tipo II en un 50%.
Mejora el sistema inmunológico
Si incluimos este aceite en nuestra dieta su riqueza en antioxidantes y otros nutrientes conseguirán que nuestro sistema de defensa funcione mejor.
Disminuye la presión arterial
Un estudio publicado en Estados Unidos, llevado a cabo por la British Heart Foundation, pone de manifiesto que el aceite de oliva virgen junto con vegetales de hoja verde, entre otros, disminuye la presión arterial.
Excelente humectante de la piel
Como no podría ser de otra manera, el aceite de oliva virgen nos nutre tanto por dentro como por fuera. Podemos utilizarlo como alternativa a las cremas hidratantes ya que nos ayuda a humectar la piel y a suavizarla. Así mismo, previene los signos prematuros de envejecimiento y nos protege frente a la excesiva exposición solar.
Después de este recorrido por las bondades de este tipo de aceite, no podemos dejar de incluirlo en nuestra dieta. Eso si, como hemos visto, que sea siempre aceite de oliva virgen extra, y si es ecológico mucho mejor.
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