Como hemos visto en el anterior artículo que precede a este (20 técnicas de relajación y meditación 1), con las 10 primeras técnicas, es posible que aprendamos a relajarnos por nosotros mismos, encontrando un espacio y un tiempo para nosotros. Practicar estos ejercicios cada día supone mejorar nuestra calidad de vida. Apaciguar el estrés y las tensiones se ha convertido en un objetivo a conseguir para mejorar nuestra salud mental y física.

A lo largo de este texto presentaremos 10 técnicas más de relajación y meditación, para que escojas cuáles son las que más se adaptan a tus gustos. Cada una de ellas nos lleva a explorar nuestra capacidad para concentrarnos y para profundizar en nuestras sensaciones tanto corporales como mentales. Son de gran utilidad si lo que quieres es aprender a tener una vida más relajada y con armonía.

Como bien sabemos, nosotros mismos somos los responsables de nuestro bienestar. Las circunstancias siempre están en constante cambio y no podemos esperar a estar tan solo bien cuando estas circunstancias se adaptan a lo que queremos y deseamos. Siempre habrá asuntos que nos incomoden y nos generen malestar, y debemos aprender a afrontarlos haciéndonos responsables de nuestras emociones, sensaciones y sentimientos. Solo necesitamos respirar y sentir, para entrar en contacto directo con nosotros mismos. Con estas 10 técnicas que te presentamos a continuación podrás mejorar tu capacidad para sentirte en calma ante cualquier circunstancia que se presente.

 

Técnicas de relajación y meditación (2)

11. Meditación Zen

La meditación zen nos invita a convertir nuestro estado interior alborotado en calma. Se trata de un estado cuyo objetivo tiene estar en el aquí y el ahora, para convertir nuestras preocupaciones en calma interior. De esta manera nuestro ritmo cardíaco ante cualquier estímulo se irá ralentizando, en vez de desbocarse. Esto nos sirve para actuar con paciencia y que no seamos esclavos de nuestros impulsos más instintivos. Lo que nos perturba habitualmente la paz es mantener nuestra mente tanto en el pasado como en el futuro; la meditación zen nos trae una y otra vez al momento presente.

12. Meditación con mantras

A través de unos determinados sonidos que se repiten, conocidos como mantras, aprendemos a calar nuestra mente, ya sea prestando atención a esos mensajes que se repiten una y otra vez o recitándolos. A través de las vibraciones de estos sonidos o música neutralizamos la energía negativa generada por nuestro cuerpo y mente. La relevancia de los mantras más que en el contenido del mensaje radica en sus vibraciones.

 

 

13. La meditación Vipassana

Esta técnica de meditación fue descubierta y enseñada hace miles de años por Buda. El significado que tiene la palabra «Vipassana» es el de «ver las cosas tal y como son». A través de esta técnica de meditación milenaria se enseña a limpiar la mente de sus impurezas. Tiene como objetivo eliminar el sufrimiento y el dolor que nosotros mismos nos provocamos a través de nuestros pensamientos. Gracias a la meditación Vipassana hacemos una observación profunda hacia nuestra esencia para comprender mejor el sentido de nuestras vidas, y llegar a si a una felicidad y alegría plena que nos llena de compasión y amor.

Esta meditación la puede realizar cualquier persona, independientemente de sus creencias o ideales. Su fin es el de aportarnos los recursos para llegar a nuestra propia sabiduría, la cual nos permite purificarnos y estar en armonía.

14. Meditación Taoista

Este método de meditación consiste, ya no tanto en la profundización del ser y el espíritu, sino más bien en la transformación de la energía. Como en todas las técnicas, la respiración es su punto fuerte, y a través de ella mejoramos nuestra atención y consciencia para centrarla en un solo punto,

Nuestra energía adquiere diferentes polos, generándonos sufrimiento o bienestar. Si aprendemos a gestionarla conseguiremos encontrarnos en un mejor estado de salud.

 

15. Biorretroalimentación

Esta técnica es muy efectiva para que aprendamos a controlar algunas de las funciones de nuestro cuerpo. Funciona a través de unos sensores que miden nuestra actividad cardíaca, ondas cerebrales y actividad muscular. Estas lecturas podemos verla en el monitor, y a través de ciertas indicaciones, como cambiar de pensamiento o de comportamiento, las respuestas de nuestro cuerpo van cambiando.

Toda la ansiedad y el estrés que sufrimos está relacionado con nuestra forma de ver el mundo y de actuar ante los diferentes estímulos que se nos presentan. Con esta técnica vemos el ejemplo claro de cómo afectan nuestras conductas a nuestro organismo, y cómo somos nosotros quiénes, regulando la respiración y la forma de ver las cosas, podemos calmarnos y relajar las tensiones musculares.

16. Dibujar y colorear mandalas

Los mandalas son una técnica de apoyo a la meditación utilizada en el hinduismo y el budismo. Se trata de un dibujo de forma geocéntricas que representa las fuerzas que regulan el universo. Centrarnos ya sea en hacer el dibujo o colorearlo supone una técnica muy efectiva de concentración que nos permite liberarnos de los pensamientos que nos están habitualmente inundando. Actualmente se ha puesto de moda en nuestra sociedad occidental, y es fácil encontrar los mandalas incluso ya hechos en cuadernos listos para colorear.

Esta técnica esta recomendada para cualquier tipo de persona, no requiere de mucho esfuerzo. Nos ayuda a canalizar la energía, transformándola en creatividad. Dedicar tiempo a realizar un mandala supone un estado de liberación de nuestra energía negativa, para transformarla y canalizarla en algo productivo y hermoso.

17. Seguimiento de la respiración

Esta técnica de meditación tiene como nombre original anapanasati en Pali, que se puede traducir como «seguimiento de la respiración». Se trata de concentrarnos y poner toda la atención en nuestro cuerpo, enviando así un mensaje mental de calma. En 5 minutos es posible aplicarlo. Solo hay que tomar conciencia del propio cuerpo, de las sensaciones y a continuación observar el recorrido que hace nuestra respiración, desde el diafragma cogiendo aire por la nariz, hasta la expulsión del aire por la boca.

Es un recorrido continuo y cíclico que es la esencia de la propia vida, prestar atención y observarlo nos ayuda a entrar en un estado mental y físico de calma.

18. Meditación trascendental

Este tipo de meditación, a diferencia de las anteriores, no busca el control de la mente, ni la observación en las sensaciones y la respiración. Esta técnica defiende que la naturalidad es la llave de la efectividad. No es una técnica de relajación per se, es una técnica con la que se pretende trascender más allá del pensamiento. Esto a su vez es lo que nos permite relajarnos y obtener una mejor calidad de vida.

 

19. Relajación pasiva

Esta técnica pone una especial atención en la relajación muscular. Esta vez, a diferencia de la relajación progresiva de Jakobson, no hay que hacer ningún tipo de tensión muscular, simplemente relajar. Atendiendo a las diferentes zonas del cuerpo hay que relajar cada una de ellas, hasta encontrarse en un estado de distensión muscular.

20. Técnica Watsu

Se trata de una relajación profunda que dura unos 20 minutos. Es una técnica acuática de gran potencial terapéutico ya que estimula el riego sanguíneo, la estabilidad, movilidad y el equilibrio.

Es recomendable para que el cuerpo se deje llevar aliviando cualquier tensión o molestia. Esto nos conduce a un estado completo de relajación.

En conclusión, la base para gestionar el estrés está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Debemos ser conscientes de que para combatir el estrés no basta solo con aprender a relajarnos, sino que también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.

Herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí –  pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida libre de estrés. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para aprender a entrenar tu mente, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.