La variedad de tendencias en cuanto a la alimentación no deja de crecer. Aquellos que buscan mayor salud y respeto por los animales con los que compartimos el planeta, se acercan a dietas de tipo vegetariano, vegano o crudivegano. La dieta macrobiótica es otra manera de alimentarse también muy saludable. ¿La conoces? Si no es así sigue leyendo porque te vamos a explicar en que se basa.

Orígenes de la dieta macrobiótica

Este tipo de dieta es más que una manera diferente de alimentarse. Además de una buena nutrición, la dieta macrobiótica persigue el equilibrio físico y emocional con base en la alimentación.

La palabra macrobiótica es de origen griego y está compuesta por «macro» y «bios» que significan, respectivamente, gran vida, larga vida. Cuando Hipócrates dijo «que tu alimento sea tu medicina y la medicina tu alimento» se refería a esta forma de vivir.

La dieta macrobiótica  surgió de la mano de George Oshawa, en Japón. En Europa se hizo popular a partir de los años 30 gracias a su discípulo Michio Kushi. Esta dieta se caracteriza por comer de manera que busque equilibrio entre el Ying y el Yang. El Yang es una fuerza contractiva que representa al fuego, a la temperatura caliente, el sexo masculino, los cereales, el sabor salado y amargo, etc. El Ying es una fuerza más expansiva, representa el agua, el frío, el sexo femenino, las legumbres, los sabores azucarados, ácidos o dulces.

Según la macrobiótica deberíamos nutrirnos de lo que nos da la tierra. Por ello, busca encontrar un equilibrio entre el ser humano y el medio ambiente. Esta filosofía pretende llegar a nuestras raíces y utiliza alimentos que eran la base de alimentación de nuestros antepasados. Defiende el cultivo de los alimentos de manera natural, de forma ecológica, sin pesticidas o fertilizantes químicos, para contribuir a la protección del medio ambiente.


 

Una filosofía de vida

La macrobiótica estudia y aplica el orden del universo en nuestra vida cotidiana y en la alimentación. Este tipo de dieta tiene en cuenta la energía de los alimentos más allá de sus nutrientes. Por supuesto, la energía del alimento no quiere decir las calorías que contiene sino la energía que aportan al organismo según sus características.

Nuestro cuerpo utiliza la energía de los alimentos que tomamos para construir nuestras propias sustancias. Para restablecer o conservar la salud necesitamos tomar alimentos que estén vivos o que encierren vida dentro de ellos. Como ejemplo podemos poner a los cereales que son alimentos con memoria ya que encierran la vida dentro de sus granos. Así mismo, la dieta macrobiótica utiliza verduras de raíz, de hoja verde de temporada y locales, legumbres, fruta de la estación, pescado, sal marina, miso, tamari y algas.

Beneficios de la dieta macrobiótica

La alimentación macrobiótica es muy beneficiosa porque, a diferencia de las dietas veganas o crudiveganas, suele resultar más digestiva. Esto se debe a que se utilizan más alimentos cocinados aunque sea de manera ligera. Además de esto, al ser una dieta que solo se basa en alimentos naturales, sin conservantes ni colorantes, siempre nos aportará salud.  Los mayores beneficios que nos aporta son:

  • Mayor equilibrio en el pH corporal. Este tipo de dieta nos ayuda a mantener el pH en equilibrio y evita que se produzca inflamación en nuestros tejidos.
  • Más energía. Los alimentos de esta dieta nos aportan vitalidad y energía ya que son alimentos vivos.
  • Mejor tránsito intestinal. Las digestiones con este tipo de dieta se hacen de manera más eficaz. Por este motivo se reducen las congestiones digestivas y se regulariza el tránsito intestinal.
  • Equilibrio en el peso. La dieta macrobiótica mantenida, equilibra tanto el exceso como el defecto en el peso corporal. El cuerpo encuentra de manera automática su peso ideal.
  • Claridad mental. Gracias a los cereales integrales la glucosa es suministrada de manera constante a nuestro organismo. Así mismo, el suministro de ácidos grasos de buena calidad aseguran el alimento adecuado para nuestro cerebro.
  • Sensación de paz. Esta dieta está libre de sufrimiento animal en gran medida por lo que no ingerimos las hormonas que liberan los animales al morir y esto contribuye a nuestra sensación de calma. Así mismo, el tipo de alimentos que incluye la dieta son ricos en vitaminas del grupo B que contribuyen al equilibrio del sistema nervioso.
  • Estado de ánimo equilibrado. Al no utilizar el azúcar como combustible habitual, no se padecen  los picos de subida y bajada de azúcar que tantas personas tienen hoy en día. Esto garantiza un estado de ánimo en equilibrio.

Principios de la dieta macrobiótica

Este tipo de dieta se adapta al sitio dónde vive cada persona, a su constitución física y a la estación del año. Así mismo, respetan los siguientes principios:

  • Solo se come cuando hay hambre y nunca cantidades excesivas.
  • Los alimentos que se incluyen en esta dieta siempre tienen que provenir del sitio donde se vive y que sean de temporada.
  • Los alimentos deben de ser ecológicos y lo menos manipulados posible.
  • Se insiste en una masticación prolongada y tranquila y en una manera de comer consciente.
  • Los cereales serán siempre integrales y, a ser posible, en grano, debiendo ser el 50% de los alimentos ingeridos cada día.
  • Los vegetales deben de representar el 30% de la consumo diario.
  • Las legumbres se incluyen aunque siempre en menor cantidad que los cereales.
  • Las sopas suelen tomarse como entrantes siempre con algas.
  • Las frutas se consumen cocidas o secas. En alguna ocasión se toman frescas, sobre todo en épocas de calor.
  • El agua debería de ser de manantial o, en su defecto, hervida
  • Las bebidas estimulantes no se toman, solamente té verde.

Alimentos prohibidos en la dieta macrobiótica

Los siguientes alimentos se excluyen totalmente en este tipo de alimentación:

  • Carnes, sobre todo las rojas
  • Grasas de origen animal
  • Frutas tropicales y zumos
  • Lácteos
  • Harinas refinadas
  • Azúcares y dulces en general
  • Berenjenas, tomates y patatas
  • Conservantes y colorantes
  • Alimentos que contengan abonos químicos o pesticidas

Como habrás visto este tipo de alimentación es muy fácil de llevar a cabo y muy saludable. Es muy bien tolerada por la mayoría de las personas y se adapta a la estación del año. Además de esto, es respetuosa con el medio ambiente y con los animales.

RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral. 

Además, para cuidar nuestra mente, existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí  que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.


 

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