La falta de consciencia como raíz de problemas
Cambiar de actitud no es algo sencillo, ya que supone un gran trabajo y esfuerzo personal. Entonces, ¿por qué querríamos cambiar de actitud? Por desgracia, debido a la educación que nos han inculcado y a la transmisión de mensajes implícitos que recibimos constantemente, a través de los medios y de nuestro entorno social, hemos adoptado una actitud basada en la represión y la falta de conciencia. Esto es lo que nos genera sufrimiento y desconexión con nuestra naturaleza.
Modificar nuestra actitud para obtener un reaprendizaje se vuelve algo fundamental. Es algo que queda bastante bien reflejado a nivel social cuando vemos las desigualdades, el sufrimiento, la falta de compasión y empatía… Los seres humanos hemos ido separándonos cada vez más, iniciando y manteniendo conflictos destructivos, atroces y crueles. Esto forma parte de una actitud destructiva, tanto para con uno mismo como sobre los demás.
Se debe a la falta de consciencia propia y social el que luchemos por estar por encima de los demás. Quizás pienses que esto no tiene nada que ver contigo. Pero, por desgracia tiene que ver con cada uno de nosotros, ya que contribuimos a la barbarie con todo tipo de actitudes y comportamientos. Comparándonos con los demás, mediante la competitividad, la intolerancia, las creencias e ideales que nos separan de quienes piensan diferente… Además, todo lo que hacemos perjudicando y contaminando el medio ambiente, destruyendo el mundo en el que vivimos.
Y pensarás, – y bueno, todo esto no depende de mí – Es cierto, no depende totalmente de ti, lo que sí depende de ti es que te hagas la siguiente pregunta ¿Y qué puedo hacer yo al respecto? Puedes hacer más de lo que imaginas, puedes contribuir a que haya una mejora, lo que hagan los demás en principio no va a depender de ti, pero lo que si depende de ti, es que tú tomes consciencia y hagas todo lo que está en tus manos por mejorar la situación. ¿Cómo podemos mejorar nuestra consciencia? La meditación es una de las claves para este proceso, como veremos a continuación.
La meditación nos ayuda a ser más conscientes
La queja sobre lo mal que van las cosas, y todo lo malo que hacen los demás, es bastante común. Si transformas esa energía de queja, que no te lleva a nada, a cambiar tu actitud para al menos servir de ejemplo con respecto a lo que te gustaría que hicieran los demás por ti. Eso ya forma parte de un paso de cambio hacia el bienestar común. Y puede significar mucho más de lo que piensas… Imagina que cada persona tomase conciencia como tú y se animara a dar ese paso. Así es como comienzan los grandes avances y cambios en el mundo, por uno mismo.
Comenzar por uno mismo implica un gran esfuerzo personal, puesto que la responsabilidad ya no la vamos a situar hacia fuera, sino que la vamos a asumir como propia. Y así es cómo comenzamos a coger las riendas de nuestra vida. Esta debe de ser una decisión propia, con voluntad propia, para, en principio, tu propio beneficio. Y decimos en principio, porque una de las repercusiones de que tú asumas tu responsabilidad, es que liberes a los demás de ella, y esto es algo que hará tus relaciones más satisfactorias.
Si has decidido que te interesa cambiar de actitud, te estarás preguntando ¿cómo puedo comenzar con este proceso? La meditación es una de las prácticas más eficaces para el inicio de este proceso, su fundamento tiene estrecha relación con la filosofía oriental. Quienes saben que el cambio de actitud ha de ser constante, y la renovación también.
En la práctica de la meditación adquirimos valores esenciales como la flexibilidad y la adaptabilidad, Estos valores son pilares básicos para la transformación y el reaprendizaje. Esto permite el inicio en nuestro proceso de cambio de actitud. Muchas veces nos obcecamos en mantener una actitud que ya no ‘nos viene bien’. No nos permitimos adaptarnos a las circunstancias, al constante fluir de los acontecimientos y de la vida, y esto es lo que nos genera sufrimiento y malestar.
Este sufrimiento es innecesario, tiene solución, y está claro que está, sobre todo, en nosotros. Tomar consciencia de esto es el primer paso para asumir nuestra responsabilidad, y comenzar el camino hacia el cambio de actitud. Un camino que no tiene ningún fin, simplemente el del autoconocimiento, y en consecuencia la realización personal. Este bello trayecto no contiene ninguna exigencia, puesto que llegarás hasta donde quieras llegar.
¿Cómo aplicar la meditación al cambio de actitud?
No es necesario que pienses mucho en cómo va a ser tu cambio de actitud, verás como adquiriendo los valores que hemos descrito, el cambio irá formando parte de tu vida. Una vez que apliques la meditación en tu día a día, irás experimentando cambios que podrás notar. Gracias a la meditación te encontrarás en un estado de mayor agradecimiento hacia lo que te ocurre, y cada situación la entenderás como un aprendizaje.
Esto supone una gran apertura mental que te hará ver otras perspectivas y otras posibilidades. Este cambio puede ser difícil al principio, pero si tienes plena consciencia de lo que estás haciendo, te atreverás a tomar decisiones que son las que enriquecerán tu mundo.
Conseguir ese estado de calma mental, de profundidad y concentración al que te lleva la meditación supondrá para ti un gran desarrollo personal. Este será el inicio en tu cambio de actitud, ya no tendrás la necesidad de competir contra nadie, puesto que no te sentirás inferior a nadie. Valorándote y respetándote a ti mismo dejas de depender de la valoración de los demás, y gracias a que no necesitas verte por encima de nadie, tampoco te verás por debajo. Es así como comenzará el estado de compasión en todo su esplendor. Y si tú mejoras, el mundo podrá ser algo mejor, tú ya pusiste tu granito de arena para contribuir.
En conclusión, la meditación te ayudará a conocerte mejor, a aceptar tus emociones y a respetarte. Así, para aprender a practicarla en tu día a día puedes ayudarte del método Crear Salud. Además, este método no solo te guiará a la hora de empezar a meditar, sino que con él podrás aprender algunas claves para nutrirte adecuadamente y llevar una vida activa.
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