Cuando el ritmo de vida que llevamos nos lanza a un frenesí descontrolado, en el que apenas nos percatamos de la rapidez del paso del tiempo, necesitamos frenar, detenernos y revisar nuestras opciones.
La meditación nos ayuda a tomar conciencia sobre esas opciones, a adquirir lucidez en el pensamiento y a mantener la calma en las situaciones difíciles.
¿Qué es la meditación consciente?
La meditación es una práctica muy habitual en algunas culturas, sobre todo en oriente. Para algunas tradiciones puede tener un sentido espiritual o religioso. Sin embargo, en la época actual, al conocerse sus aplicaciones se ha convertido en una herramienta muy útil.
En todas las técnicas encontramos algunas características comunes:
– Atención dirigida.
– Centrar la mente en algún objeto, sonido o imagen.
– Un estado de concentración.
Algunas técnicas de meditación se centran en algún objeto determinado, como los mandalas. Otras se esmeran en realizar visualizaciones. También las hay que focalizan la capacidad de percibir y experimentar en cada instante, como la meditación consciente.
Consiste en prestar atención plena al proceso psicológico que se produce cuando experimentamos, tanto interna como externamente. Esta atención hay que conservarla en cada momento, en cada instante. Es decir, dirigir nuestra atención hacia lo que estamos viviendo en el momento presente.
Según el ritmo de vida que llevamos es habitual que prestemos atención momentánea a las actividades que realizamos.
Esto quiere decir que nuestra atención solo se enfoca unos instantes, para disgregarse el resto del tiempo. Es una forma de actuar muy mecánica, sin apenas ser conscientes en detalle de las percepciones, pensamientos y sentimientos que estamos experimentando de momento en momento.
Es habitual que estemos efectuando una acción y nuestra mente esté en otras cosas o en otros lugares.
A través de la meditación consciente podemos darnos cuenta de nuestras reacciones, tensiones, incoherencias, pensamientos y deseos opuestos entre sí, conflictos internos, opiniones, prejuicios, conceptos a ideas arraigadas y sentimientos conflictivos o bloqueadores.
Nos pasamos la vida perdidos entre los recuerdos del pasado y las proyecciones del futuro, mientras nuestro momento presente se nos escapa de las manos sin que nos demos cuenta.
Tal vez no podamos cambiar las circunstancias que vivimos, o dejar de sentir dolor en un momento determinado. Pero sí podemos cambiar nuestra forma de reaccionar, de afrontar todas las experiencias que vamos acumulando con el tiempo.
El resultado es un estado de paz interior, de comprensión profunda y un saber que nos proporciona herramientas psicológicas e internas para superar cualquier obstáculo.
Tal vez por eso los sabios de todos los tiempos llaman «escuela de la vida» al trayecto de la existencia, al que venimos a aprender diversas lecciones.
Un poco de historia
Aunque este concepto moderno fue introducido en la sociedad actual por el biólogo molecular Jon Kabat-Zinn, en 1979, ya se practicaba en la antigüedad.
Hemos podido conocer estas enseñanzas a través del Canon Pali, una colección de textos budistas muy completa y que aún se conserva intacta.
En estos textos hay dos expresiones repetidas continuamente: «sati» (atención plena) y «sampajañña» (comprensión clara). Parece ser que estos términos constituyen la base de toda práctica de meditación consciente.
Actualmente, los científicos han comprobado que la meditación consciente cambia la estructura de los impulsos en algunas zonas cerebrales.
Se modifican las áreas relacionadas con la concentración, atención, memoria y aprendizaje. También influye sobre las zonas que se relacionan con las capacidades afectivas, como la compasión, gratitud o empatía. Además, también mejoran las áreas que modulan las habilidades de reconocimiento, como la autopercepción o la capacidad de comprender la perspectiva de otras personas.
Así mismo, está comprobado que el estrés se reduce sensiblemente al disminuir más de un 50% la secreción de cortisol, considerada la hormona del estrés.
De hecho, muchas empresas fomentan esta práctica para que sus empleados puedan concentrarse mejor, reducir el estrés por carga de trabajo y ser más productivos.
Beneficios de la meditación consciente
– Reduces el estrés de forma efectiva.
– Mejoras tu capacidad de concentración.
– Retrasas el envejecimiento cerebral.
– Alivias el insomnio.
– Puedes utilizarla como ayuda en los tratamientos del dolor.
– Puedes romper con las adicciones.
– También puedes tratar los trastornos de la alimentación.
– Adquieres felicidad.
Estos beneficios son consecuencia del enfoque de la meditación consciente. Al dirigir nuestra atención plenamente sobre todo lo que pensamos, sentimos y percibimos en cada momento, conseguimos reconocer y frenar nuestras reacciones negativas. Además, logramos una perspectiva más clara y una respuesta más eficaz en cada situación. El resultado global es que nos equilibramos y mejoramos nuestra creatividad.
Pasos para meditar
Podemos practicar la meditación en cualquier momento, en casa, caminando o en cualquier actividad. Al ejercitarnos habitualmente, tampoco necesitamos mucho tiempo y llegamos a convertir la práctica en un modo de vida.
No obstante, es mejor comenzar poco a poco, con unos sencillos pasos para adquirir el hábito.
– Elige un lugar tranquilo. Ya sea en tu casa, en la naturaleza o en un espacio específico para meditar. Se trata de que puedas desconectarte de la rutina.
– Reserva un tiempo para esta actividad. Empieza con 5 o 10 minutos si no puedes disponer de más tiempo. Ya aumentarás hasta media o una hora.
– Viste ropa cómoda. Que no te moleste, no pases calor ni frío.
– Elige una posición cómoda, con la espalda recta. Sentado o tumbado, procura no dormirte.
– Respira profundamente. Siente el aire que entra por la nariz y sale por la boca. Siente cómo llena tus pulmones y concéntrate en la respiración.
– Relaja el cuerpo. Siente cómo las tensiones van desapareciendo en cada zona.
– Observa cada pensamiento que te venga a la mente. Sin perder la atención en la respiración y en la relajación corporal. Si te distraes, intenta reconocer con qué pensamientos y sentimientos.
– Concéntrate en el momento presente. Si te bloqueas o te pierdes, vuelve a comenzar desde el principio. Lo importante es que reconozcas cómo cambia tu mente, comprendas el motivo y elijas la reacción que quieras cambiar.
Cuando ya adquieras cierta destreza y costumbre en la meditación consciente, reconocerás un número creciente de cambios en tu mente, con más atención y profundidad. Y cualquier momento será propicio.
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