Todas las personas tenemos la posibilidad de mantener un funcionamiento óptimo. La psicología positiva así lo dice, basándose en estudios que demuestran sus beneficios. Existen cuatro modelos científicos de psicología positiva. Todas ellas proponen equilibrar las fortalezas en cada persona. El carisma, la cooperación, el humor, la armonía, la persistencia o el manejo emocional son las claves. Así se explica por qué hay situaciones en las que las personas rendimos de manera excelente. Hay cinco componentes que hacen que una persona se sienta feliz: emociones positivas, compromiso, relaciones positivas, sentido de vida y logros.
Basándose en emociones positivas una persona mejorará su pensamiento y ampliará sus posibilidades de acción y sus recursos físicos. Entre todas las actividades y recursos humanos basados en las emociones positivas existe uno que se viene utilizando desde la antigüedad y que la psicología positiva toma muy en cuenta. Es de origen indio y se utiliza como práctica de meditación en el hinduismo.
Beneficios del yoga
¿Por qué se ha universalizado tanto el yoga? Por sus beneficios para la salud, que se pueden enumerar en los siguientes:
1. Mejora la fortaleza, la resistencia y la flexibilidad físicas.
2. Mejora la energía, la sensación de bienestar y la circulación sanguínea.
3. Mejora la concentración y produce estabilidad emocional, por lo que se logra la sensación de paz interior.
4. Debido a las anteriores, el yoga logra el autocrecimiento y el desarrollo progresivo de cuerpo y mente.
Tipos de yoga
Existen más de nueve tipos de yoga, por lo que deberás decidir cuál de ellos quieres practicar para alcanzar esa mejora en el equilibrio de tu cuerpo y mente. Algunos ejemplos son: el Bhakti yoga, que es ideal si eres una persona muy emocional y sensible; el Hatha Yoga, el más conocido en Ocidente, idóneo para conciliar cuerpo y mente; el Japa Yoga, en el que se utilizan mantras, que son palabras que se repiten para armonizar la mente, y el Kriya Yoga, que aumenta la unión con el infinito por medio de ciertos ejercicios, entre otros.
Una parte esencial del yoga es la meditación, que consiste en concentrarnos en nosotros mismos olvidando todo lo demás, y por eso es tan importante la postura de nuestro cuerpo. Los ejercicios de yoga para meditar que te mostramos a continuación se llaman Asanas y consisten en conseguir un equilibrio entre la postura y la respiración, y no en una simple imitación de una postura sin más.
Debemos tener en cuenta que el yoga se basa en la inmovilidad, la relajación y y la duración de los Asanas. Primero deberás aprender las posturas básicas.
10 posturas adecuadas para meditar
1. La Asana: es la postura básica, pones las rodillas con los pies juntos y te sientas sobre ellos con los brazos al lado del cuerpo. Después inclinas tu cuerpo sobre la colchoneta apoyando tu frente con los brazos relajados.
2. La flexión de rodillas hacia delante: sentado en el suelo estiras las piernas, inclinas el tronco hacia delante y coges las puntas de tus pies con las manos. Debes intentar llegar con los antebrazos al suelo sin que las rodillas se doblen. Inspiras y mantienes el aire. Expulsas el aire al volver lentamente a la posición de sentado.
3. La flexión del tronco hacia delante: nos sentamos en el suelo, erguimos la espalda y relajamos los hombros. Doblamos las rodillas y echamos los hombros hacia delante. Se usa para meditar y trabajar respiraciones.
4. Postura de Loto: posición sentada. Estiras las piernas, doblas la pierna derecha cogiéndola desde el pie y la subes sobre el muslo izquierdo. Esta es la postura de Medio Loto, si hacemos lo mismo con la pierna izquierda, tendremos la postura de loto completa. Es la postura en la que se presenta Buda, por lo que es muy conocida.
5. Postura el Gato: nos ponemos a cuatro patas, cogemos aire al mismo tiempo que levantamos la cabeza y las caderas, mientras arqueamos la espalda hacia abajo. Después, al expulsar el aire, hay que hace que se arquee poco a poco la espalda hacia arriba, bajando la cabeza y las caderas. La barbilla quedará pegada al pecho.
6. Postura el Niño: arrodillados en el suelo, dejamos caer las nalgas sobre los talones. Estiramos la espalda hacia arriba y cogemos aire. Bajamos despacio hasta el suelo expulsando lentamente el aire y con el pecho sobre los muslos, apoyamos las manos en el suelo. Después, en esta postura, nos centramos en ser conscientes del movimiento de la respiración.
7. Postura el Perro: túmbate hacia abajo en el suelo con las manos apoyadas y abiertas a la altura de los hombros. Con las piernas estiradas y abiertas a la altura de caderas, los pies miran hacia abajo. Coge aire y levanta el cuerpo, hasta que todo el peso quede en los empeines de los pies y las palmas de las manos. Entonces inclina la cabeza hacia atrás y mira al cielo. Expulsa el aire y vuelve a la posición inicial.
8. Postura de la Rana: tumbado hacia abajo, levanta el brazo derecho hacia atrás y coge el pie derecho por la punta. Haz lo mismo con el izquierdo. Curva la espalda levantando los codos y las piernas hasta donde puedas, levanta el cuello y la cabeza. En esta postura realiza diez respiraciones y vuelve a la postura inicial.
9. Postura del Guerrero: de pie cogemos aire y separamos las piernas con las manos en las caderas. Adelantamos la pierna derecha y subimos las manos uniéndolas por encima de la cabeza. Inhalamos aire a un mismo tiempo. Soltamos aire mientras doblamos la rodilla izquierda lentamente. Toma conciencia de tu cuerpo. Después haz lo mismo con la otra pierna.
10. Postura de la Vela: acostados de espaldas, subiremos el tronco sobre los hombros y cabeza, siempre con las rodillas flexionadas. Sujeta la espalda con tus manos. Con las piernas en alto, concéntrate en la respiración. La barbilla debe presionar la garganta. Recuerda que el peso recae en los hombros, no en el cuello. Respira varias veces en esta pose. Baja suave y lentamente.
En conclusión, el yoga y la meditación te ayudarán a mejorar tanto tu estado mental como físico. Así, el método Crear Salud puede convertirse en tu mejor guía diario, no solo para empezar a practicar la meditación, sino también para aprender a nutrirte mejor, y a mantener una vida activa.
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