Un alimento es aquello que podemos ingerir y que tiene función nutricional. En algunas ocasiones los alimentos no nutren pero cumplen una función psicológica. Ambas funciones pueden darse a la vez en un mismo alimento. Estos se pueden clasificar de diferentes maneras, dependerá de la guía dietética que utilicemos. No obstante, estos grupos suelen coincidir en los aspectos fundamentales.
Las diferenciaciones más importantes se hacen entre el tipo de función que el alimento tiene en nuestro cuerpo o la clasificación según los nutrientes y el consumo habitual. Veamos qué tipos de alimentos son los que se agrupan en cada una de las clasificaciones
Según la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, los diferentes alimentos se pueden separar en tres grupos según sea su función y seis grupos según los nutrientes que predominen en su composición. Es posible que algunos alimentos se encuentren en varios grupos ya que tendrán diferentes funciones o varios nutrientes. Veamos los grupos básicos de alimentos.
Alimentos energéticos
Los principales nutrientes de este tipo de alimentos son los hidratos de carbono y las grasas. Ambos son las sustancias principales del metabolismo energético. Estos alimentos, a su vez, pueden dividirse en dos grupos.
Cereales, derivados, azúcar y tubérculos
El nutriente principal de estos alimentos son los hidratos de carbono que es el nutriente energético por excelencia. En este grupo encontramos el azúcar, los cereales y los vegetales como la patata y los tubérculos. Así mismo, algunas legumbres como el garbanzo se encuentran en este grupo. Los cereales, cuando los consumimos integrales, son una estupenda fuente de vitaminas del grupo B
Algunos de los alimentos de este grupo son una fuente importante de proteínas, vitaminas y minerales y fibra. No obstante, para que nos aporten todos estos nutrientes los cereales deben de ser integrales y los vegetales, en general, de cultivo ecológico y de temporada.
El azúcar y los alimentos que contengan azúcares simple deberían ser de consumirlos con mucha moderación.
Aceites y grasas
El contenido predominante de este segundo grupo son los lípidos y está formado por aceites y grasas. Se incluyen tanto las grasas animales como vegetales. Podemos encontrar en este grupo alimentos como los aceites (de oliva, girasol, maiz, etc), la nata, el tocino y la mantequilla, entre otros.
Tienen un alto contenido calórico, sin embargo son necesarias para conseguir llevar una dieta equilibrada. Aportan ácidos grasos esenciales y también actúan como transporte de las vitaminas liposolubles.
Alimentos plásticos o constructores
Los alimentos de este grupo también se denominan formadores o de construcción. Su principal importancia radica en su aporte de proteínas y calcio. Las proteínas son la materia principal de la que están formados nuestro tejidos. Los podemos clasificar en:
Leche y lácteos
Las leches de origen animal, sus derivados y las alternativas vegetales que han aparecido últimamente, nos aportan los nutrientes necesarios para la correcta formación de nuestros huesos. Así mismo, aportan vitaminas, minerales y proteínas
Carne, pescado, huevos, legumbres y frutos secos
La carne, pescado y huevos aportan proteínas de alta calidad. Esto significa que contienen todos los aminoácidos esenciales. Dependiendo de la procedencia, también aportan cantidades variables de grasa. Los productos de origen animal son una fuente, casi única hoy en día, de vitamina B12. Cuando no contábamos con el exceso de higiene que hoy día tenemos, esta vitamina se sintetizaba fácilmente por el cuerpo humano.
El pescado, sobre todo si es azul, nos aporta una buena cantidad de ácidos grasos esenciales. Las legumbres y frutos secos, también son una fuente importante de proteína, vitaminas y minerales. No obstante, para que nos aporten todos los aminoácidos esenciales tendremos que combinarlas adecuadamente con los cereales. Los frutos secos, por su parte, son muy ricos en minerales y también en ácidos grasos esenciales.
Alimentos reguladores
Los alimentos reguladores son la fuente primordial de vitaminas, minerales, fibra y oligoelementos. Todos ellos se encargan de regular infinidad de procesos biológicos de nuestro cuerpo. Tienen un alto poder antioxidante.
Verduras y hortalizas
Tanto las verduras como las hortalizas nos aportan dosis muy importantes de fibra y vitaminas hidrosolubles. La mejor manera de aprovechar sus propiedades es tomarlas frescas y crudas, a ser posible. Además, nos ofrecen una gran cantidad de minerales. Si optamos por verduras de cultivo ecológico nos aseguraremos de que nos aporten todos los nutrientes necesarios y ningún pesticida o producto químico.
Frutas
Las frutas, a diferencia de las verduras, son muy ricas en hidratos de carbono. Además de aportarnos el azúcar en forma de fructosa, contienen cantidades muy altas de vitaminas y fibra.
No todas las frutas son dulces. Por ejemplo, la aceituna, el aguacate o el coco, en lugar de fructosa, presentan un alto contenido en grasas. No obstante, las grasas de estas frutas son más que saludables. Son, por lo tanto, una estupenda fuente de vitaminas liposolubes.
El agua y las bebidas no alcohólicas
La importancia del agua como nutriente esencial es ya conocida. Para que nuestro organismo funcione de manera adecuada, podríamos decir que el agua debería de ser su única bebida. Lo ideal es que podamos beber un agua lo más natural posible.
No obstante, muchas personas eligen beber bebidas de otro tipo como las bebidas refrescantes. Estas bebidas se preparan con agua potable y se les añade azúcar y otros productos para darles sabor. Su valor nutricional es prácticamente nulo y suponen un aporte calórico importante. Por este motivo, si te interesa tu salud y mantener un peso adecuado, lo mejor es evitarlas.
Entre este tipo de productos se encuentran también las bebidas «light». En este caso los azúcares se reemplazan por edulcorantes artificiales. La seguridad de estos edulcorantes no está del todo probada, por lo que una vez más, volveríamos a recomendar beber agua.
Todos sabemos lo importante llevar que es llevar una dieta variada. Si quieres gozar de buena salud procura llevar a tu plato muchas verduras, frutas frescas de temporada, cereales integrales y poca carne o embutidos. Las legumbres también, en cantidades moderadas, son fuente de salud.
Una buena dieta y una manera de comer tranquila te asegurarán una salud perfecta.
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