Verás el título y te parecerá irrelevante leer un artículo sobre este tema, seguro que piensas que llevas una vida auténtica, pero sigue leyendo y podrás comprobar que no es 100% así. Cada día perdemos parte de nuestra esencia en detrimento de otras cosas y personas: trabajos alienantes, amores dependientes, relaciones tóxicas, baja autoestima, estrés, ansiedad, depresión… son palabras y estados con los que convivimos día tras día y que forman parte de nuestro imaginario cotidiano.
Tenemos miedo al qué dirán y eso nos hace alejarnos poco a poco de nuestra versión más auténtica para convertirnos en mero reflejo de lo que podemos llegar a ser. Nos hacemos a nosotros mismos la zancadilla construyendo una máscara de perfección que luego no sabemos quitarnos y que nos convierte en esclavos del falso yo que hemos construido para llevar la vida que nos parece ideal. Hay que vencer el miedo.
Cómo vencer el miedo para ser nosotros mismos
Concédete el tiempo necesario; para; escucha el silencio, y, desde el interior, pregúntate con cariño:
¿Qué necesito?
¿Cómo me siento?
¿Cuáles son mis verdaderos valores?
¿Soy feliz siendo como soy?
¿No ser yo mismo vale la pena?
Cuando estés preparado, y sin esperar respuesta alguna, formula la temida y gran pregunta:
¿Quién soy yo?
Verás que responder no es tan fácil como posiblemente pienses en un inicio. Por eso debes hacerte esta pregunta, intentar responderla sin ningún tipo de presión y, si no puedes, buscar caminos para (re) encontrarte. Probablemente, al hacerte esta pregunta te sientas un poco perdido y confuso.
Perfectos para el mundo; desconocidos para nosotros mismos
Vivimos entre dos versiones de nosotros mismos que intentamos conciliar: nuestro yo más auténtico y el yo que enseñamos al mundo. Los dos viven en compartimentos separados e intentan comprenderse, pero el yo perfeccionista y público asfixia la mayoría de las veces al yo más niño, más auténtico, más de verdad. Y, poco a poco, desaparecemos para convertirnos en otra persona, perfecta para el mundo y para la sociedad pero desconocida para nosotros mismos.
Por eso tenemos que vencer nuestros miedos. Liberarnos de las máscaras que nos esclavizan. Y poco a poco ir recuperando la autoestima que hemos ido destruyendo. Nosotros somos nuestro bien más preciado y nuestra autoestima es reflejo de nuestro yo. Cuidarla y escucharla -como si de un niño pequeño se tratase- es difícil cuando estamos rodeados de personas que no paran de hacer juicios de valor de nosotros. La sociedad nos está juzgando y exigiendo sin parar para que nos adaptemos a sus necesidades y así nos hace empequeñecer.
Pero debemos parar, respirar y pensar qué queremos ser y de qué forma nos hará crecer. En qué nos queremos convertir. Qué deseamos. En una sociedad donde nos enseñan a competir, nosotros empequeñecemos. No podemos ser débiles y construir muros a base de imágenes soñadas que poco a poco tendremos que destruir, si queremos llegar a lo más profundo de nuestro ser. La autorrealización llega con el conocimiento de nuestro interior. No podemos sentirnos realizados si no ‘somos’ y ‘fluimos’.
Técnicas de meditación para vivir sin artificios
El filósofo Sören Kirkegaard señala que “el hombre no puede ser abandonado más que por su yo”. Y huir de la desesperación que nos produce alejarnos de nuestra autenticidad significa enfrentarnos a ‘Ser’, con mayúsculas. A ser quienes somos realmente y no quienes nos han enseñado que debíamos ser.
Para lograr conectar con nuestra autoestima, y reconstruirnos, podemos empezar a adentrarnos en el mundo de la meditación. No es un camino de rosas, aunque mucha gente habla así de ella. Las técnicas de meditación requieren de disciplina y rigor, pero poco a poco funden las máscaras y las armaduras que hemos forjado. Nos ayudan a alejamos de los estímulos exteriores y nos centran en nuestro interior. Al principio es muy incómodo, pues para nosotros no es algo natural.
Acostumbrados a estar ocupados, a correr y a desconectar de nosotros para ser otras personas mucho más eficientes y perfectas, nos sentimos abrumados por el silencio, la oscuridad y la quietud. La meditación ‘duele’ al principio porque nos hace reconectar con nuestro niño interior, que se encuentra asfixiado por los miedos y la ira acumulados.
Las técnicas de meditación nos obligan a vivir y a alejarnos de la experiencia – sin artificio-. Empezamos a ser nosotros mismos cuando dejamos de querer ser lo que no somos, dejamos de pensarnos diferentes y solo nos dejamos ser. Regálate ese momento y no te arrepentirás.
Psicología Positiva y tu ‘yo escondido’
Junto con la meditación, la Psicología Positiva también puede ayudarnos a desplegar las alas, a descubrir qué nos hace sentir bien, y hacerlo sin miedo, mediante el autodescubrimiento. Poco a poco llegarás a asentar y descubrir las bases de lo que a ti te hace feliz, que es lo que realmente importa. No importa lo que la sociedad quiera de ti. No importa lo que quieran que seas tus padres, tus amigos, tu pareja o tu jefe. No importa si tú no sientes esa felicidad como verdadera, y lo que debería ser felicidad te aleja de la mejor versión de ti mismo.
Date un respiro para reconectar al volver del trabajo. Dedícate un tiempo para pensar en tu pequeño yo y en cómo quieres hacerlo crecer. No hace falta que hagas grandes cosas para reequilibrarte: llegar a casa, ponerte ropa cómoda, calentarte un té…, sentarte un momento en silencio, cerrar los ojos y pensar en el pequeño niño que lleva escondido todo el día en tu interior, asustado por el ruido y los juicios de la gente -también asustado de sus propios juicios-. Sácalo de su escondite, es tu yo más honesto. Hazlo crecer con cariño y amor… ¡y abre tu corazón!
Eso es cuidarte. Vale mucho la pena meditar con visualizaciones donde reconectes con tu luz interior. Te ayudará a recuperarte y a ser tú mismo. Te llenará de energía para encarar los días.
Si ya no te reconoces, tengo una buena noticia: tiene remedio y está en tus manos. Empieza a descubrirte desde ahora mismo y deja atrás los velos, las máscaras y las armaduras oxidadas. El tiempo pasa y merece la pena que seas honesto y vivas sin artificios.
Y en todo ello puede ayudarte el método Crear Salud y, en concreto, la app Siente –que puedes descargar y probar aquí-, con la que podrás practicar cada día con sesiones de mindfulness y ejercicios de psicología positiva, que te ayudarán a controlar los medios y a trabajar la confianza.
Pero, además, el método no solo te ayudará a trabajar la mente, sino que también se basa en aprender a nutrirnos adecuadamente y llevar una vida activa. Todo con el objetivo de mejorar tu bienestar y, en definitiva, ser más feliz.
Sé tú mismo y regálalo al mundo. Espero que te gustes 😉
Estoy muy contento de haber encontrado la aplicación Siente. Ya venía dedicando una hora cada día, por la mañana a meditar, desde junio 2016. Tengo una duda y pregunto. Es el método crear salud, algo más amplio que la aplicación Siente?
Hola, Gabriel. Gracias por tus palabras. Crear Salud se centra en tres pilares: Nutrición, Actividad física y Ejercicio mental. Siente es la app dedicada a este último, pero en nuestro blog, y en el boletín semanal de píldoras de bienestar, tocamos todas las áreas.