Todo el mundo conoce el hecho de que el bienestar personal tiene mucho que ver con las relaciones que mantenemos con otras personas. De hecho, se han hecho diversos estudios en los que se concluye con rotundidad que una persona es más feliz cuando tiene buenas relaciones con otras personas.

 

Es fácil de entender que las relaciones sociales en nuestra vida son un factor muy importante a la hora de sentirnos bien o mal. Esto es debido a que llevamos inscrito en nuestros genes el hecho de que para la supervivencia necesitamos del resto de nuestros congéneres.

Desde el origen de los tiempos, el ser humano procuraba asegurarse la pertenencia a un grupo, pues sabía que para cubrir sus necesidades vitales era necesario. Poco a poco, las relaciones con otras personas han ido adquiriendo más complejidad, como por ejemplo, encontrar personas en las que poder confiar o encontrar apoyo emocional.

De esta manera, las relaciones interpersonales han ido progresando hasta convertirse en un elemento importante en la percepción de una vida con sentido y bienestar.

No obstante, las relaciones que mantenemos con otras personas no siempre son esa fuente de bienestar tan deseable. De hecho, según el famoso psicólogo Daniel Goleman, existen estudios que señalan que existe un mecanismo biológico que vincula directamente una relación tóxica o negativa con enfermedades cardíacas, por lo que es muy importante prestar atención al impacto biológico de nuestra vida social.

Es cierto que, debido a la sociedad que entre todos hemos construido, que enfatiza en educar a los niños en la competitividad, las relaciones personales se hallan, en gran medida, deterioradas.

En cualquier caso, no todo está perdido. Solo depende de cada uno de nosotros el hecho de crear y mantener relaciones positivas y evitar o ignorar, en la medida de lo posible, aquellas que nos resulten tóxicas o negativas.


¡El poder siempre lo tienes tú! ¡Utilízalo!

¿Cuáles son las características de una relación positiva?

– Confianza: el hecho de que exista confianza en una relación es fundamental. Pero no siempre esa confianza tiene que ver con que el otro haga o sienta las cosas como yo creo que debería hacerlas. La confianza real se basa en el hecho de que ambos sabemos que cualquiera de los dos se comportará o sentirá en cada momento de la mejor forma que sea capaz. Confiamos en las buenas intenciones del otro por mucho que no den el resultado que yo creo que deberían dar.

– Respeto: es muy importante entender que cualquier criatura merece respeto. El respeto encierra una profunda comprensión por la forma de ser del otro y por sus reacciones. El respeto pasa por intentar ponernos en los zapatos del otro para intentar entender el porqué de su actitud.

Es muy importante también, además del respeto por el otro, el respeto por uno mismo: por mucho que yo entienda el modo de actuar de otra persona y la respete, siempre pondré en primer lugar el respeto por mí mismo, alejándome de los comportamientos que no encajen dentro de lo que yo considere bueno para mí.

– Olvidar el pasado: en una relación positiva, todo aquello que pertenezca al pasado no interesa. Nos debemos acercar a la otra persona con la frescura que da el no conocer aquello que me pueda hacer enjuiciarla. Así mismo, se impone la novedad en mi forma de relacionarme y esto solo se consigue con un profundo arraigo al momento presente. No existe el antes ni el después, solo el ahora cuando me estoy relacionando con el otro.

– Sinceridad: solo si puedes ser sincero y soportas que lo sean contigo, la forma de relacionarte con el otro puede ser de forma positiva. Eso sí, siempre dejando espacio para intentar entender que ‘tu verdad’, a veces no es tal verdad.

– Buena comunicación: es imprescindible que la comunicación se establezca a menudo y siempre desde el corazón. El evitar excesivo análisis mental hace que la relación tenga sus cimientos en el sentir y que la comunicación que se produzca sea más real, más auténtica.

– Alegría: esta es una de las características más importantes. La alegría está ligada siempre con el corazón, con la vida. Una relación positiva rezuma alegría por todas partes. Alegría al ver a la otra persona, alegría al hacer algo en común, alegría al comunicarse, alegría al desahogarse…

– Agradecimiento: el estar agradecido encierra mucho más de lo que creemos. Es un profundo sentir que tiene que ver con no dar nada por sentado. Te sientes agradecido por el nuevo encuentro con esa persona, por las nuevas vivencias compartidas, por tenerla en tu vida y poder contar con ella. Este agradecimiento impregna la relación de una magia invisible que es muy agradable de percibir.

– Perdón: ¡Qué imprescindible actitud! Ser capaces de perdonar al otro. Pero, incluso, se podría ir más allá y entender que no hay nada que perdonar. Como dijimos antes, cada uno lo hace lo mejor que puede y en una relación positiva también existe espacio para cometer equivocaciones y darnos cuenta de ello.

– Compromiso: es muy importante apostar por la relación y sobre todo por la otra persona. Es algo que en una relación positiva construye verdaderos lazos de unión.

– Perseverancia: muchas veces querer algo es insistir en ello. Darle la oportunidad. Tener un poco de paciencia para esperar a que la relación florezca cuando quizá nos encontremos aún en el otoño de la misma.


Vivimos en un momento en el que necesitamos apostar por relaciones más genuinas
, más satisfactorias. Se hace urgente reaprender a relacionarnos unos con otros. Pero el verdadero cambio tiene su origen en ti, en mí, en cada uno de nosotros. Porque si yo cambio, inevitablemente todo mi mundo cambia.

¡Todos somos uno! ¡Es hora de recordarlo!

La paz y la alegría son nuestro derecho de nacimiento. Procura vivir en paz  y entiende que tu paz no depende de nadie, solo de ti mismo. A la vez, ayuda que los demás no dependan de ti.

Conviértete en el cambio que quieras ver en el mundo y el cambio que otros desean ver.

Si das felicidad, recibirás felicidad. Si das paz, sentirás paz, Si das sufrimiento, el sufrimiento te será devuelto. Entonces:

¡Vamos a dar un giro a nuestro mundo lleno de sufrimiento! ¡Consigamos llenarlo de paz! Para ello, te invitamos a conocer el método Crear Saludcon el que aprenderás las bases para iniciarte en la meditación y conseguir así controlar tus emociones y alcanzar una paz interior que te ayudará en tus relaciones con los demás. Además, este método también se basa en la necesidad de nutrirnos adecuadamente, y activarnos realizando cosas que aporten a nuestro bienestar.

Herramientas como la app Siente -que puedes descargarte aquí- te ayudarán mejorar tu relación contigo mismo y con los demás. Su metodología es muy sencilla, y trabaja con el mindfulness y la Psicología Positiva con el objetivo de mejorar nuestro bienestar y, en definitiva, ser más felices.


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