Todos conocemos lo que el concepto de flexibilidad significa: disposición de un individuo u objeto para ser doblado con facilidad, la capacidad de amoldarse a la voluntad de otros y también de adaptarse a los cambios según las circunstancias, así como la capacidad de rectificar oportunamente si es posible.
Científicamente se ha visto que las especies que mayor grado de supervivencia tienen son las que se adaptan con mayor facilidad.
La flexibilidad, en todos los aspectos, conlleva un mayor rendimiento, ya que evita roturas y lesiones, sobre todo a nivel físico. Cualquier cuerpo u objeto que presente un exceso de rigidez tendrá muchas posibilidades de fracturas de cualquier tipo. La rigidez es un gran problema a todos los niveles.
Entonces, si la flexibilidad, a todos los niveles, es algo que aporta muchas más ventajas que inconvenientes, ¿por qué nos empeñamos en ser tan rígidos?
Ser flexible no es otorgar tu poder
Quizá nuestra resistencia a ser flexibles venga del hecho de que lo interpretamos con un ‘ceder’ que nos hace perder poder. Sin embargo, ser flexibles no significa que vayamos a dejarnos llevar o a perder nuestra identidad.
Ser flexible comienza con aprender a observar y escuchar atentamente aquello que ocurre a nuestro alrededor y de esa forma tomar lo mejor de cada situación y a su vez obviar lo que no es conveniente para nosotros. Desde esa observación, sin más, se produce una gran mejora en nuestra disposición a fluir con la vida y los acontecimientos y, a la vez, se consigue que permanezcamos abiertos a escuchar y tener en cuenta las opiniones de los demás.
Todos conocemos la actitud inflexible de algunas personas que rechazan automáticamente todo aquello que es ligeramente diferente a su forma de pensar o sentir, llegando, en muchas ocasiones, a comportarse de forma necia e infantil.
El origen de esta rigidez es siempre una profunda sensación de miedo a perder nuestras referencias. Salir de la zona de confort nos asusta tanto que preferimos quedarnos en lo conocido por mucho que huela a rancio o nos dé más problemas que alegrías. Sin embargo, si reflexionamos un poco, nos daremos cuenta de que la rigidez basada en el miedo solo consigue estancarnos y obstaculizar nuestro crecimiento personal.
La vida es cambio y nosotros somos la vida
La vida está formada por ciclos que hacen que todo cambie en una continua danza y, como integrantes de la vida, nuestro bienestar y florecimiento van ligados a saber adaptarnos a esos cambios con facilidad.
En ocasiones, el vivir nos presenta cambios que pueden resultan más desestabilizantes que otros, como, por ejemplo, cambio de domicilio, de trabajo, etc. Estos cambios hacen que nuestra vida dé un giro completo y ,a la vez, propician la relación con personas y ambientes que no conocíamos antes, teniendo que adaptarnos con toda la flexibilidad posible a todas esas nuevas situaciones. La rapidez con la que seamos capaces de adaptarnos señalará desde el primer momento nuestro grado de madurez y asegurará el éxito o fracaso en nuestra nueva aventura. Las quejas y comparaciones solo conseguirán hacer más lento el proceso de adaptación.
Ejercita tu flexibilidad
Entonces, en nuestro crecimiento como personas necesitamos aprender a ser flexibles lo antes posible y en la mayor cantidad de ocasiones que se nos presenten. De hecho, ser flexibles es solo una cuestión de ejercicio. A mas ejercicio más flexibilidad.
Un buen ejercicio para que esa flexibilidad nos cueste menos trabajo sería hacernos la siguiente pregunta a la hora de afrontar situaciones que requieran que hagamos uso de nuestra capacidad para ser flexibles: ¿Existe una intención positiva en esta situación poco agradable o cambio al que temo tanto?
Seguro que si no eres capaz de darte cuenta de ello en este momento, la vida te lo mostrará más adelante. Lo importante es que confíes en ti, en tu capacidad de adaptación y en la sabiduría de la vida, que siempre juega a tu favor.
Veamos unas cuantas ideas que te ayudarán a la hora de ser flexible:
- Ten en cuenta que, en cualquier situación, también los puntos de vista de los demás son válidos.
- Intenta hacer pequeños cambios en tu rutina diaria, a veces, además de flexibilizarte, conseguirás un poco de diversión extra.
- Confía en tu capacidad para adaptarte a cualquier cambio, la tienes dentro, viene de fábrica.
- No tengas en cuenta la cantidad de ‘peros’ que te lanza la mente ante cualquier situación inesperada.
- Observa que, al no tener todas las posibles consecuencias de cualquier cosa, nunca sabes cuál es la mejor opción. Deja que la vida te la vaya marcando.
- Acostúmbrate a esperar siempre lo mejor. Lo contrario es de locos.
Finalmente, tenemos que darnos cuenta que una vida más plena y feliz pasa por una vida sujeta a ciertos cambios que te acercarán a experiencias y personas que no habías imaginado.
¿Qué beneficios te aportan los cambios?
– Ser más consciente de las pequeñas cosas que das por hecho.
Al producirse el cambio, de forma automática te darás cuenta del valor de cosas, que de otra forma ni siquiera habrías reparado en ellas como cosas de valor.
– Ganarás fortaleza
Cuando nos resistimos a cambiar, la base de esa resistencia está en el miedo y en la sensación de inseguridad. Según seas capaz de afrontar esos cambios y adaptarte a las nuevas situaciones, descubrirás que eres mucho más fuerte de lo que pensabas.
– Oportunidades que no imaginabas
Cada cambio abre la puerta a infinidad de oportunidades que de no haberlos llevado a cabo, nunca hubiéramos conocido
– Nuevos comienzos
Por mucho miedo que nos dé, seguro que todos hemos deseado muchas veces comenzar de nuevo. Los cambios te llevan directo a ese comienzo con la infinidad de oportunidades que eso conlleva.
– Abandonar la zona de confort.
Cualquier cambio supone que, por fin, somos capaces de salir de esa zona que nos ofrece una falsa seguridad en la que pensamos que todo está bien, aunque a veces no lo esté.
Si decides ser flexible, te quitarás un enorme peso de encima al ver que nada está predeterminado y que puedes ser el último juez de tu propia conducta. (Walter Riso)
A ser más flexible te puede ayudar el método Crear Salud, que se convertirá en tu mejor compañero para llevar la atención plena y la meditación a tu día a día. Además, en este método también fomentamos y aconsejamos sobre una correcta nutrición y una vida más activa. Descárgate la app Siente –aquí puedes hacerlo– y empieza a disfrutar de los beneficios del mindfulness y la Psicología Positiva. A partir de una metodología muy sencilla, emprenderás el camino para mejorar tu bienestar y acercarte a una vida más feliz.
Bueno en resumen Relicisencia.
Bello para el alma
Excelente. Gracias