¿Qué es la autoestima?
Podríamos decir que la autoestima es ese traje que nos vamos confeccionando a lo largo de nuestra vida. Lo vamos tejiendo con los comentarios que escuchamos sobre nosotros, con las sensaciones que dejan nuestras acciones en otras personas y en general todos los pensamientos que vamos adquiriendo sobre nosotros mismos. Cuando llegamos a adultos hay personas que este ‘traje’ lo han convertido en un traje de fiesta, luminoso, atractivo, se sienten muy seguros con él y se enfrentan a la vida con la cabeza bien alta. Sin embargo, hay otras personas que por diversos motivos no lucen un traje con el que se sientan cómodos y tienden a esconderlo; estas personas sufren mucho, pues la vida es larga y no es agradable no sentirse a gusto con uno mismo, ¿no creéis?.
¿Qué síntomas presenta una persona con baja autoestima?
Te invito a reflexionar sobre los puntos o estados de ánimo que te expongo debajo. Comprueba si te identificas con uno o varios de ellos:
- No me siento feliz. No termino de encontrarme a gusto con mi persona.
- Percibo que los demás son mejores que yo y que nunca llegaré a estar a su altura.
- Siento que los demás me juzgan constantemente. En reuniones sociales pienso que me observan porque no encajo.
- No me permito decir lo que pienso en realidad, temo que mis ideas no gusten a los demás.
- Suelo centrarme en mis defectos más que en mis virtudes.
- Siento que si me ocurre algo bueno en la vida, será cuestión de suerte, o por causa de algo exterior a mí, sin embargo, los fracasos en mi vida, sí pienso que han sido causados por mí.
- No me siento capaz de tomar la iniciativa en casi ningún aspecto de mi vida.
- Prefiero no tomar decisiones por miedo a equivocarme, prefiero que las tomen otros por mi.
Si te has sentido identificado, es un buen síntoma, pues se trata del primer paso para poder cambiar algo de nosotros mismos, es tomar conciencia de ello para poder tratarlo de la mejor manera posible.
El famoso psicólogo Carlo Strenger, nos habla de la gran epidemia que arrasa entre los seres humanos de nuestra época, el “miedo a la insignificancia”, el miedo a que los demás no nos valoren los suficiente, el miedo a no merecer la pena. Las personas con baja autoestima están muy preocupadas por saber si son importantes para los demás, por saber si los demás las valoran lo suficiente y no se sienten merecedoras de lo bueno que les pueda ocurrir.
Esto ocurre porque nos pasamos la vida comparándonos con los demás. Hace años, nos comparábamos con nuestros familiares y con personas de nuestro entorno, hoy en día, con el uso de las redes sociales y el enganche que tenemos a los medios de comunicación, nos pasamos la vida comparándonos con multitud de famosos. Estas personas con las que nos solemos comparar, en la mayoría de los casos, forman parte de la obsesión social por la belleza física y nos parecen especiales porque detrás de ellas llevan campañas de marketing multimillonarias, son irreales. Estas comparaciones hacen que nuestros niveles de ansiedad y de presión aumenten.
Esto es peligroso y preocupante sobre todo para los niños y jóvenes de nuestra época, el número de jóvenes afectados por trastornos alimenticios y de personalidad va en aumento.
No nos damos cuenta de que somos únicos e irrepetibles. Ser únicos requiere esfuerzo y es un desafío mostrar al exterior ese conjunto irrepetible de miedos, virtudes, deseos, momentos de gloria y pequeños defectos que forman nuestra personalidad. Debido a eso, nos empeñamos en ser como los demás, pensamos que gozaremos de mayor aceptación, pero el éxito reside en conectar con nuestro interior y sacar lo mejor de nosotros mismos.
Claves para aumentar la autoestima
El primer paso para poder aumentar tu autoestima es que seas consciente de que el verdadero poder reside en ti. Quiérete, acéptate y trátate con amabilidad. Trátate siempre con respeto, cualquier palabra que vayas a dirigirte que sea amable. Te animo a incluir en tu día a día estas sencillas técnicas, verás como en poco tiempo, si eres constante, notarás un gran cambio en tu vida.
- Comienza tu día practicando la atención plena. Por la mañana, nada más abrir los ojos, tómate un par de minutos para darte los buenos días. Pregúntate qué tal has dormido, siente tu cuerpo, permítele que se vaya moviendo poco a poco, que se estiren todos tus músculos. Pon los pies en el suelo lentamente, notando el tacto de las baldosas bajo tu piel. Mírate en el espejo con buenos ojos, con cariño, no centrándote en las arrugas o en la hinchazón que tiene tu rostro por la mañana, intentando mirar más allá. Date una ducha con conciencia, disfrutándola plenamente. En definitiva, desde que amanece, intenta ser amable contigo mismo en cada una de las acciones que pongas en práctica. Esto apartará tu mente de juicios negativos y hará que se despliegue ante ti todo lo bueno que habita en tu interior.
- Dedica 10 minutos diarios a meditar en casa o donde tú elijas. Está demostrado que la práctica de la meditación hace que nos sintamos más felices, más relajados y nos tomemos la vida de otra forma. Regalarle cada día a nuestro cerebro unos minutos en los que no trabajará en juicios, ni hacia nosotros ni hacia los demás, es tremendamente beneficioso y repercute directamente en la manera en la que nos vemos a nosotros mismos.
- Antes de dormir revisa tu día. Piensa las cosas buenas que te ha traído el día, las pruebas que has conseguido superar, lo atento que has podido estar a todo y cómo has podido saborearlo gracias a la práctica de la atención plena. Si has cometido algún error, piensa en la forma en la puedes enmendarlo y cómo podrías actuar si vuelvas a encontrarte en esa situación, mira ese error como una oportunidad de aprendizaje, no te tortures por ello.
- No te compares con los demás, eres único, irrepetible y maravilloso. La comparación lo único a lo que nos lleva es al sufrimiento.
- Regálate tiempo para hacer cosas que te gustan. Párate a pensar cuánto tiempo hace que no le dedicas tiempo a eso que realmente te hace feliz, date el gustazo de hacerlo, eso hará que te sientas mejor y repercutirá en la imagen que tienes de ti mismo.
Recuerda siempre que la palabra tiene un gran poder tanto las que nos dirigimos a nosotros mismos como las que destinamos a los demás. Cuantas más palabras bellas destines a tu persona, más feliz te sentirás, no esperes que los demás te traten bien, hazlo tú mismo.
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Me ha encantado el artículo. Algo que necesitaba escuchar hace tiempo para emplear en mi día a día, dejar de juzgarme y sentirme mejor.
Gracias.
Realmente es así. gracias por el articulo .
Gracias, que consejos más acertados, sencillos y fácil de poner en práctica, me serán muy útiles.