Al igual que la meditación te ayuda a sentirte bien contigo mismo, también es una excelente opción para practicar con tu pareja. ¿Te lo habías planteado antes?

Cuando practicas mindfulness en el plano individual consigues relajarte, manejas mejor el estrés y las emociones, disminuye tu presión sanguínea, mejoras tu memoria y en general tu salud física y mental.

Al igual que la atención plena te permite mejorar y crecer como persona, también es muy beneficiosa para practicarla en pareja. En este post te explicamos los beneficios que tiene y te damos algunas ideas para que empecéis a practicar el mindfulness juntos.

 

¿Qué ventajas tiene meditar con tu pareja?

Sabemos que las relaciones de pareja pasan por diferentes fases. Cada día os enfrentáis a nuevos retos. Sabes bien que una relación sana se construye a base de confianza y de comunicación. Sin embargo, la convivencia no siempre es fácil y también tiene sus propias etapas.

De la misma manera que la meditación te ayuda a ser tú mismo, a sentirte mejor y a ser mejor persona, contribuye al bienestar de tu relación de pareja. Tu superación personal se traduce en la mejora de todas las relaciones.

Por eso, el mindfulness en pareja es una excelente opción para reforzar vuestra unión. Incluso se considera una solución para mantener una relación que sea estable y sana.

Beneficios

Estáis en sintonía, en la misma frecuencia de onda. Se establece una fuerte conexión entre vosotros.

Se refuerzan los lazos que os unen, sobre todo los que tienen que ver con la confianza, con el amor y con el respeto.

Os permite profundizar en vuestro propio interior y en el interior de vuestra pareja para abordar temas que pueden ser más complicados. La atención plena te permite abrirte como persona y ser más receptiva a los demás, con lo que es más sencillo hablar de miedos, de culpas, procesos traumáticos que se han pasado, dificultades o fobias.

Mejora el equilibrio de la relación y también el bienestar común.

Los dos crecéis como personas.

Recomendaciones para meditar con tu pareja

 

 

La meditación en pareja es un excelente actividad para practicar juntos. Lo podéis hacer cada día o cada semana. Lo interesante es hacerlo de manera regular, con una periodicidad constante para que se integre en vuestra rutina y en vuestras costumbres.

Buscar el espacio para meditar: es importante que entre los dos encontréis un lugar que sea el que dedicaréis a meditar. Lo podéis decorar a vuestro gusto, con elementos que inviten a la paz y a la relajación. El espacio para meditar tiene una gran importancia. Es ideal que primen los tonos más pastel, de los que emana la serenidad. También podéis encender alguna vela, incienso o decorar con alfombras.

Música que evoque sonidos naturales, que provienen de la naturaleza: la atención plena te permite conectar con tu ser, con la autenticidad, con la naturaleza. Si no estás al aire libre y no tienes la posibilidad de escuchar el sonido del agua o de los pájaros, una opción es escuchar música con sonidos de la naturaleza. La magia está servida.

Buscad una posición en la que exista contacto visual: es un aspecto muy importante, puesto que te permite expresar emociones o sentimientos que no logras decir con las palabras. Una excelente opción es la de sentarte frente a tu pareja con las piernas cruzadas y que se toquen las rodillas. Las manos las podéis colocar sobre las rodillas, con las palmas hacia arriba.

Mira a los ojos de tu pareja durante unos 10 minutos para que se establezca esa conexión entre vosotros. 

Respira profundamente: puedes hacer tres respiraciones por la nariz que sean profundas. Sostén el aire durante algunos segundos y mientras piensa en algo que quieras liberar, puede ser algún rencor, o alguna preocupación. A continuación exhala el aire y así te liberas.

Sin limitaciones: cuando practicas mindfulness igual te da por reír que te da por llorar, y es normal que parpadees. Dejad que las emociones fluyan con total naturalidad y complicidad, sin juicios y sin etiquetas. Al principio es posible que os distraigáis, pero es normal, no os frustréis por eso.

Deja que los pensamientos lleguen a tu mente para reconocerlos y después dejarlos ir. Centra de nuevo la atención en los ojos de tu pareja.

Sé valiente: meditar con tu pareja es una técnica que intima, te sientes vulnerable al dejarte ver, así que es posible que te asustes. Sin embargo, después sentirás como se refuerza vuestra confianza.

Es importante que dejéis que vuestros ojos hablen por sí mismos para que vuestras almas se conecten y también lo hagan vuestros corazones. Los dos entráis en un estado consciente de atención plena. Lo hacéis como personas y como equipo.

Gracias a este tipo de técnicas profundizáis en vuestro autoconocimiento y el conocimiento del otro. Sientes cómo entras en el interior de tu pareja, llegando a rincones antes inexplorados. La descubres al tiempo que te descubres a ti mismo. El nivel de conexión que se establece entre los dos es realmente elevado, único y auténtico.

Los beneficios que consigues al meditar con tu pareja se extienden a la relación en sí. Los dos autorreguláis mejor vuestras emociones y vuestros sentimientos, con lo que el ambiente que se crea es más sano y saludable.

La meditación está muy relacionada con la psicología positiva, puesto que favorece el desarrollo del bienestar personal y del equilibrio interior. Al mismo tiempo que te sientes bien contigo mismo, te sientes mejor con tu pareja. Vuestra unión es más sólida, más fuerte y más sincera.

Empezar a meditar con tu pareja favorecerá la aparición de nuevas energías positivas entre vosotros, además o aportará calma y serenidad al tiempo que os ayudará a mejorar el desarrollo de vuestra inteligencia emocional.

Ahora que ya sabes cómo hacerlo, solo te queda empezar. Eso sí, es muy importante que tu pareja y tú estéis de acuerdo y os sintáis predispuestos a meditar. Si es así, será una experiencia muy enriquecedora que poco a poco incorporaréis a vuestras costumbres y rutinas de pareja.

 

 

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Pero, además, Siente forma parte del método Crear Salud, que te ayudará a establecer nuevos hábitos en tu día a día, no solo para que empieces a meditar, sino para aprender a nutrirte adecuadamente y llevar una vida activa.