En nuestra manera de ver la realidad tendemos a diferenciar y categorizar las distintas actividades que realizamos. Consideramos que ciertas actividades son más importantes que otras. De hecho, a algunas actividades cotidianas les damos muy poca importancia. Sin embargo, lo realmente importante no es lo qué hacemos sino cómo lo hacemos.
Educación para el futuro
Desde que somos muy pequeños somos educados para hacer «grandes cosas». Los mayores le dan mucha importancia a aquello que los más pequeños tienen que alcanzar. Los niños tendrán que hacer esas grandes cosas para ser importantes. En eso se pone todo el empeño desde casa y desde la escuela.
Nos empeñamos en suministrar a los niños la droga más adictiva que hay actualmente, el futuro. Les hacemos creer que la felicidad y su realización como seres humanos está en el mañana. Les empujamos para que se esfuercen mucho para llegar a ser grandes en lo que sea. Les mostramos que para poder llegar a esa grandeza tienen que ser los mejores. De esa manera nuestros niños pasan gran parte de su vida viviendo para el futuro y compitiendo con los demás.
Lo que estos niños no saben es que esa carrera no termina nunca. Cuando sean mayores continuarán en la persecución de ese algo. Incluso, cuando hayan llegado a hacer esas «grandes cosas», seguirán queriendo hacer o tener más. El motivo es que desde que nacieron se están perdiendo lo que de verdad les haría felices: disfrutar del momento presente.
Pasamos la mayor parte de nuestra vida queriendo llegar al momento siguiente. La sociedad, además, nos alienta constantemente a seguir corriendo como si la vida nos fuera en ello. La velocidad y la rapidez son muy valoradas hoy en día. Sin embargo, ese no es el camino hacía la felicidad porque cada vez son más las personas que sufren trastornos como la ansiedad, la angustia o la depresión.
La vida está en el momento presente
Por mucho que hayamos sido educados para vivir pensando que el futuro es lo único importante, eso no es verdad. La creencia en el futuro nos hace perdernos aquello que está pasando en cada momento. Nos empeñamos en convertir el momento presente en un medio para un fin y, por ese motivo, nunca nos encontramos satisfechos. Podríamos decir que siempre perseguimos la zanahoria que tenemos delante de la nariz pero que nunca alcanzaremos.
¿Te has dado cuenta de que desde que te levantas por la mañana tu atención siempre está puesta en algo fuera del momento en el que estás? Por ejemplo, cuando te duchas, ¿en cuántas cosas estás pensando? ¿has podido, en alguna ocasión, disfrutar de la ducha totalmente? ¿has sido capaz de experimentar, de verdad, la sensación del agua cayendo sobre tu cuerpo? ¿o el placer que sientes al notar el agua caliente? ¿o disfrutar del olor del jabón que utilizas? Seguro que no.
Esto es solo un ejemplo, pero si siguiéramos revisando las distintas actividades que realizas a lo largo del día, seguro que habría muy pocas o ninguna, en la que hubieras estado presente mientras la hacías. Esa forma de vivir, aunque no nos demos cuenta, nos va restando alegría poco a poco.
Hazte uno con lo que hagas
Son muchas las personas que ya se están dando cuenta de que esa manera de vivir no les gusta. Muchos grupos de personas están optando por vivir de forma más lenta y más consciente. Están surgiendo por todas partes movimientos como el Mindfulness, MIndful Eating o el Slow Food.
Todos ellos tienen que ver con hacer las cosas de manera más consciente. Si, por ejemplo, haces ejercicio, lo haces de manera consciente. Si comes, pones toda tu atención en ello y dejas de proyectarte con la mente a otros escenarios.
Habitualmente, cuando realizamos cualquier actividad, nuestra mente se encuentra muy lejos de aquello que hacemos. Puede estar viajando hacía el pasado o futuro a su antojo. Por eso nuestra atención permanece dispersa. Sin embargo, si ponemos conscientemente la atención en lo que hacemos, conseguiremos hacernos uno con aquello que estamos haciendo. Este forma de vivir abre ante nosotros otra dimensión de la realidad. En el momento presente se encuentra la paz y la alegría sin causa a nuestra disposición.
El paraíso en la tierra
¿Te has preguntado alguna vez de dónde sacaste la idea de que, por ejemplo, estudiar el macrocosmos es más importante que hacer tu cama por la mañana? Tenemos una lista de actividades importantes y no importantes. Además, seguro que la mayoría de las personas coinciden en el grado de importancia que le dan a las actividades «importantes». La realidad, sin embargo, es que lo importante no es la actividad sino la consciencia con la que lo lleves a cabo.
Por este motivo, tenemos que aprender a sumergirnos en todo aquello que hagamos. Si fuéramos capaces de poner verdadera atención en todas y cada una de las actividades que realizamos a lo largo del día, los seres humanos conoceríamos el paraíso. Se acabarían los deseos insatisfechos o los malos recuerdos y pasaríamos a disfrutar con lo que estuviera sucediendo en cada momento.
Quizá te parezca una utopía, sin embargo con un pequeño paso podemos comenzar a crear ese paraíso.
Comencemos con las actividades cotidianas
¿Te apetece comenzar a crear ese paraíso en tu propio mundo? ¡Es muy fácil! Te propongo comenzar a poner atención en esas actividades a las que no les damos ninguna importancia.
Por ejemplo, comienza el día poniendo toda tu atención a cada cosa que hagas. La ducha, el desayuno, el maquillaje, el acto de ponerte la ropa, el caminar hasta el trabajo, el respirar… Es muy probable que, fruto de la costumbre, tengas que recolocar la atención una y otra vez porque te dispersas. ¡Es normal! Se trata de adquirir un nuevo hábito y esto lleva su tiempo. Podrías ponerte notitas en varios sitios que te recuerden que debes poner atención a aquello que hagas.
Una vez que te acostumbres a involucrarte en todas tus actividades, tanto las cotidianas como las no cotidianas, puedes estar seguro que no dejarás de hacerlo porque ¡Ser consciente engancha! Y en esto te puede ayudar el método Crear Salud, que se convertirá en tu mejor compañero para llevar la atención plena y la meditación a tu día a día. Además, en este método también fomentamos y aconsejamos sobre una correcta nutrición y una vida más activa.
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