Que levante la mano aquel que no sienta que tiene o ha tenido problemas de concentración. Es algo más habitual de lo que nos imaginamos y gran parte de responsabilidad sobre este problema lo tienen la cantidad de estímulos a los que estamos expuestos desde que nos levantamos por la mañana. No ha habido ningún momento en la historia de la humanidad en la que hayamos llegado a estar más dispersos y desconectados de nosotros mismos que ahora.

El teléfono, el ordenador, la televisión, la radio, reproductores de música, Internet… Seguramente te habrá ocurrido alguna vez que has intentado concentrarte en algo y ha sonado un aviso de mensaje en tu teléfono móvil, has decidido no consultarlo, pero tu atención se iba constantemente a intentar averiguar quién podría haberte escrito, hasta que no has dejado por un momento lo que tenías entre manos y lo has consultado, no has podido volver a concentrarte de nuevo.

 

Vivimos en un sociedad llena de distracciones

Fuente: Pixabay / quinntheislander

 

La falta de concentración es un problema, tanto a nivel profesional como personal. Tanto en el trabajo como en nuestra vida personal solemos actuar de manera automática, sin ser conscientes plenamente de nuestros actos, actuando con patrones que en muchas ocasiones nos inducen a errores tontos. Muchas empresas deciden implantar cursos de mindfulness entre sus empleados para evitar que estos trabajen desde el piloto automático y sean capaces de poner atención plena en sus tareas. En nuestra vida personal también nos perdemos en muchas ocasiones en patrones de conducta que no nos permiten disfrutar de cosas maravillosas.

Un problema que nos persigue a muchos de nosotros y que suele hacerse presente cuando tenemos que realizar algo que requiere de nuestra concentración, es la procrastinación. ¿Qué significa procrastinar? Pues no es otra cosa que posponer o retrasar esa actividad que va a requerir un esfuerzo grande por tu parte y decides sustituirla por otras cosas que o bien te resulta más agradable hacer o que no tienen ninguna importancia pero te evitan ponerte con ello.

¿A cuántos no nos ha pasado que tenemos que ponernos con algo que no nos apetece nada y terminamos limpiando la nevera por dentro u ordenando un armario con tal de no emprender esa tarea? La mayoría de actividades que posponemos suelen estar relacionadas con la concentración, nos cuesta conseguirla y por eso solemos retrasarlo.


5 consejos para combatir la falta de concentración

Antes de meternos de lleno en desarrollar estos 5 consejos, me gustaría aclarar que la concentración se entrena, sí, la concentración es ejercer la atención en el momento que tú decides y no permitir que ningún otro pensamiento se interponga entre tu objetivo y tú.

  1. Cuida tu alimentación. Lo que comes se convierte en gasolina para tu cerebro.
    • Si consumes altas dosis de azúcar, bebidas gaseosas, grasas saturadas, etc. tendrás energía para un corto período de tiempo y tendrás problemas para centrarte. Es aconsejable ingerir  alimentos que estimulen la concentración como son los frutos secos, las frutas y verduras frescas, los cereales integrales.
    • Si necesitas algún tipo de estimulante, mejor que sea natural, como por ejemplo el té verde.
    • No te des grandes atracones de comida antes de realizar una tarea que requiera concentración, si lo haces, toda la energía de tu cuerpo se irá a tu digestión y sentirás una gran sensación de sopor.
  2. Permite que tu cuerpo y tu cerebro descansen. Además de nutrir de manera equilibrada tu cuerpo, también es muy importante dejarlo descansar.
    • Intenta dormir un mínimo de 7 horas diarias, notarás que esto te hará estar más despierto y ágil. Esto es extremadamente importante para estudiantes, está demostrado que los resultados en los exámenes son mejores cuando se ha dormido un número de horas adecuado la noche antes del examen.
    • Si no puedes descansar el tiempo suficiente para que tu cerebro se equilibre probablemente te levantarás de mal humor y te costará mucho centrarte.
  3. La práctica de la atención plena puede ser de gran ayuda. Nuestros problemas de concentración suelen estar asociados a que nos dejamos llevar por estímulos exteriores, o estamos inmersos en el ruido incesante de pensamientos de nuestro cerebro, o actuamos sin prestar atención. El mindfulness o la atención plena, te pueden ayudar a situarte en el aquí en el ahora en el momento que tú decidas que lo necesitas. Esta práctica requiere de entrenamiento diario, pero los beneficios los podemos disfrutar al poco tiempo de empezar a experimentar con esta técnica.
    • Puedes probar a caminar durante unos minutos diarios sintiendo el paseo, proponiéndote no juzgar nada de lo que haya alrededor, simplemente respirando, sintiendo tus pasos sobre el suelo, percibiendo la brisa en tu cara y sintiendo los sonidos que te rodean. Caminar ayuda a tu cerebro a oxigenarse a la vez que practicas la atención, después de un paseo es mucho más fácil ponerse con una tarea que requiera concentración.
    • Unos minutos de meditación diarios también son muy beneficiosos para conseguir estar en el presente, al principio, con diez minutos diarios puede ser suficiente, a medida que te sientas más seguros puedes ir subiendo el tiempo que le dediques.
  4. Crea un espacio en el que te sientas a gusto. No sólo es necesario preparar nuestra mente, sino también disponer de un espacio que nos invite al recogimiento, que sintamos como propio, acogedor y ordenado, esto nos servirá como punto de partida para poder establecer procesos de concentración. Si necesitas concentrarte en tu espacio de trabajo pero el ruido o los compañeros te distraen, prueba a imaginar que estás aislado por un muro, del material que te apetezca visualizar. Parece algo un poco raro, pero te aseguro que funciona. También hay que aprender a expresar a los demás nuestra necesidad de estar apartados para que puedan respetar nuestro espacio y no molestarnos.
  5. Relájate antes de sumergirte en un estado de concentración. Siéntate en una postura cómoda y permítete realizar varias respiraciones profundas, tomando aire por la boca y expulsándolo lentamente por la nariz. Si no te resulta incómodo, cierra los ojos mientras las realizas. Después, comienza a tensar los músculos de tus brazos, mandíbulas y cuello durante unos segundos y relájalos. Pasa a hacer lo mismo con tus extremidades inferiores. Notarás que después de realizar esta sencilla técnica de relajación, tu cuerpo está calmado y tendrás más confianza en ti mismo y en tu capacidad para concentrarte.

 

Persona trabajando concentrada

Fuente: Pixabay / SnapwireSnaps

 

Si sacas la constancia que llevas dentro y pones en práctica estos 5 puntos de manera habitual, en pocos días serás capaz de enfocar tu mente en la tarea que tú elijas sin apenas tener que esforzarte, notarás que cada día surge de manera más natural la capacidad de concentración y hasta te sorprende encontrarte con que algunas personas preguntan cómo lo haces para poder concentrarte tan fácilmente.

Y, de entre todos los puntos, hoy queremos destacar el desarrollo de la atención plena a partir de la meditación, una práctica que te permitirá realizar un ejercicio de autoobservación y centrarte en el momento presente. Y para ello puedes ayudarte demétodo Crear Salud, que te ayudará a establecer nuevos hábitos en tu día a día, no solo para que empieces a meditar, sino para aprender a nutrirte adecuadamente y llevar una vida activa.

Herramientas como la app Sienteque puedes descargarte aquí – pueden ser grandes aliadas a la hora de mejorar la concentración. Su metodología es sencilla de usar, pues trabaja con el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar y, de paso, ser más feliz.

 

 


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