La psicología y la psiquiatría son disciplinas que habitualmente son confundidas por sus similitudes, sin embargo, existen muchas diferencias como iremos viendo en este post. Los psicólogos y los psiquiatras tienen una formación distinta, y por lo tanto, su forma de proceder, aunque puede resultar parecida a simple vista, es diferente.

Históricamente la psiquiatría tiene una historia más extensa. Al ser una de las especialidades de la medicina, los estudios que realizan los psiquiatras son los de la carrera de medicina. En cambio, los psicólogos estudian la carrera de psicología. La aparición de la psicología como disciplina formal es más bien algo reciente. Es cierto que muchas veces las problemáticas que abordan son las mismas, y las investigaciones también tienen semejanzas.

Cuando no se conocen en profundidad dos disciplinas parecidas en apariencia, es posible pensar que son parecidas y que poseen muchas semejanzas. Seguro que lo has escuchado en más de una ocasión, o tú mismo te has planteado qué diferencias hay entre ambas disciplinas. Para daros un avance, en la psicología hay aspectos más amplios, con enfoques que dan lugar a un mayor rango de posibilidades a la hora de enfrentarse a la problemática del paciente. Podríamos decir que es una disciplina inquieta y más difícil de abordar.

Tanto psicólogos como los psiquiatras tienen que tener conocimientos de las diversas psicopatologías que existen, y es por esto que ambos utilizan un mismo manual para realizar el diagnóstico, el DSM (en la actualidad el DSM-5) que aunque tiene más un enfoque médico, también sirve como referencia para los psicólogos. A continuación veremos como ambas disciplinas comparten y se diferencian en muchos aspectos relevantes…


 

¿Cómo afrontan la psicología y la psiquiatría los problemas de cada persona?

Este es uno de los asuntos claves a la hora de diferenciar estas dos disciplinas, los tratamientos y las intervenciones son diferentes con una persona que tenga la misma psicopatología. Por ello en realidad, la psicología y la psiquiatría son complementarias y es recomendable, en muchas ocasiones, que intervengan conjuntamente de manera multidisciplinar.

La psiquiatría tiene un enfoque plenamente biologicista, y es por eso que su foco de intervención son, sobre todo, las enfermedades mentales más problemáticas. En los casos más graves y complejos de los trastornos mentales se requiere de un tratamiento farmacológico, y esto puede hacerlo el psiquiatra al ser médico, pero nunca un psicólogo. Esta es una de las principales diferencias.

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La psicología tiene un enfoque más heterogéneo. Aunque al igual que la psiquiatría también se realiza una evaluación, un diagnóstico y un tratamiento, sus fines y tratamientos son otros, ya que el psicólogo se centra en la problemática interviniendo en el cambio de conducta o a la gestión de las emociones. También contempla un campo más abierto, como es el humanista, enfocado a la motivación, potencialidades y desarrollo del individuo. Los principales representantes del humanismo en psicología son Carl Rogers y Abraham Maslow.

En conclusión, la psiquiatría y la psicología son disciplinas complementarias en su modo de resolver los problemas relacionados con los trastornos mentales. Mientras la psiquiatría se centra en lo puramente biológico, considerando los aspectos químicos y fisiológicos en relación a la conducta del ser humano; la psicología se enfoca hacia la conducta, la percepción, las motivaciones, los pensamientos y las emociones de la persona. Aunque hay que destacar que algunos psiquiatras y psicólogos tienen un modo de trabajar ecléctico, por lo que recogen ideas y formas de actuar de cada disciplina. Es por esto que muchos psiquiatras realizan a su vez un trabajo de psicoterapia con sus pacientes.

Métodos de intervención

Como hemos explicado el método de intervención en la psiquiatría es a través de los fármacos, puesto que el psiquiatra es el profesional que se preocupa de los desajustes hormonales y químicos del cerebro que afectan a la conducta. Un mismo trastorno como por ejemplo la depresión, puede necesitar de fármacos (que sería el psiquiatra quien se los recetaría),y un tratamiento psicológico de modificación de conducta (siendo el psicólogo el encargado). Por esto decíamos que en muchos casos lo recomendable es complementar ambas disciplinas.

La psicología al ser la disciplina que estudia la mente y el comportamiento tiene un amplio rango de áreas en las que intervenir: trabajo, deporte, tráfico, social, infantil, judicial, etc. En cada área en la que el ser humano se desarrolla se puede intervenir desde el ámbito de la psicología. Las terapias que han surgido recientemente en la psicología son las llamadas «terapias de tercera generación». En las que se incluye el mindfulness.

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Geralt/Pixabay

El mindfulness que procede de la meditación, es utilizado como técnica en la intervención psicológica; para la reducción de estrés y para el cambio de conducta en la terapia cognitivo conductual. Ha surgido gracias a la rama de la psicología llamada Psicología Positiva, que tiene como propósito estudiar las potencialidades humanas, enfocando su intervención en la prevención y desarrollo personal de cada persona, independientemente de su problemática y trastorno mental.

En psiquiatría la intervención propuesta académicamente es mucho más limitada (visión reduccionista) que la de la psicología, ya que no centra su intervención en el conjunto de la persona, como puede hacer la psicología (visión holística). Esto hace que las áreas de intervención en la psiquiatría sean muy concretas y específicas. La psiquiatría al adoptar plenamente el modelo médico afronta los trastornos mentales en términos de enfermedad mental; considerando así la interacción entre los procesos bioquímicos y el entorno de la persona, para ver la influencia que tiene en su comportamiento.

Como puedes comprobar la psicología y la psiquiatría aunque tienen muchos puntos en común, también es cierto que tienen muchas diferencias relevantes. Al conocer cada una de las disciplinas en su modo de intervenir y de ver a cada persona, puedes ver que es interesante la combinación de ambas, y es relevante que las dos disciplinas se comuniquen entre sí a través de sus investigaciones y a través de sus pacientes. Una intervención multidisciplinar, con varias visiones profesionales, siempre será más efectiva que una visión más reducida de la persona que padece un problema en el ámbito de la salud mental.

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