Las emociones siempre han sido un tema tabú o, si no tabú, algo de lo que habitualmente no ha sido sencillo hablar. Hace algunos años, mencionar que alguien tuviera depresión o ansiedad, por ejemplo, era como hablar de un perro verde (algo raro que se debía evitar y que, si te sucedía a ti, por supuesto lo ocultarías y lo negarías hasta la saciedad -en ocasiones, no solo a los demás, sino también a ti mism@-). ¿Crees que esto es beneficioso para tu autoestima?
Poco a poco, los tiempos han ido cambiando y el mundo emocional y, con él, la Psicología y los psicólogos, no solo han dejado de ser temas tabúes, sino que se han puesto de moda; tanto que incluso personas que no tienen nada que ver con la Psicología empiezan a manejar, en sus conversaciones cotidianas, términos técnicos como ‘somatizar’, ‘asertividad’ o ‘empatía’.
Un ejemplo claro de que la actitud de las personas hacia la Psicología ha cambiado es que cada vez es más habitual encontrarse con que, cuando estás comentándole algún problema a cierto amigo, este te responda algo así como «Eso es por falta de autoestima».
La autoestima está a la orden del día, pero ¿verdaderamente sabemos de lo que hablamos? Básicamente se trata de lo que comúnmente denominamos ‘quererse a uno mismo’ o, dicho de otra forma, ‘aceptarnos tal y como somos’. Hasta ahí llegamos todos sin problemas, pero ¿qué es realmente aceptarse?
Autoestima y aceptación, ¿qué implican estos términos?
Mucha gente confunde aceptación con resignación o conformismo. Cuando alguien se acepta no queda ese halo de pesar o resquemor que sí hay en el conformismo o la resignación. Aceptarse no es sufrir mientras piensas que jamás vas a poder ser todo lo alt@ que te gustaría. Aceptarse es saber que nunca serás tan alto como te hubiera gustado, y que eso da igual, porque lo que te da valor como persona no es la altura… ni el peso ni nada por el estilo.
Es un concepto que todos entendemos, pero que no resulta tan fácil de aplicar. A lo largo de nuestras vidas, hemos ido acumulando algunas experiencias negativas que de alguna manera nos han podido ir creando inseguridades y minando nuestro autoconcepto.
Muchas veces son los demás los que nos ponen una etiqueta que, lejos de cuestionarla o, cuanto menos, pasar de ella, aceptamos como verdadera, generando una imagen distorsionada de nosotros mismos.
A menudo, centramos tanto la atención en esas cualidades negativas que perdemos de vista nuestras potencialidades, permaneciendo anclados en un punto que nos impide progresar.
La Psicología Positiva se encarga precisamente de esto, de ayudar a potenciar nuestras cualidades y emociones positivas.
Pero no hay que confundir la Psicología Positiva con el pensamiento positivo. No se trata de ser optimista o de poner ‘al mal tiempo buena cara’. Se trata de aceptar nuestras emociones y de centrarnos más en qué podemos hacer o cómo podemos utilizar nuestras cualidades, en lugar de en el problema en sí, tal y como venía proponiendo la Psicología tradicional.
En la misma tónica, otra de las herramientas de la Psicología que nos ayuda a tales fines, y que cada vez está más en boga, es el mindfulness o atención plena. Aunque habitualmente se confunde el mindfulness con la meditación, se trata más bien de una filosofía de vida que incluye técnicas de meditación.
Mindfulness como técnica para mejorar la autoestima
El objetivo del mindfulness es centrarse en el aquí y ahora, dejando que fluyan todas nuestras emociones y sensaciones, independientemente de que sean positivas o negativas, sin emitir juicios de valor sobre ellas. Despegar nuestros pensamientos de nuestras emociones, centrándonos en ellas sin intentar cambiarlas. Todo eso está muy bien, pero ¿cómo practicar meditación?
Los ejercicios de mindfulness están pensados para que puedas aplicarlos a tu vida cotidiana de manera automática. No obstante, antes de llegar a ese punto, es necesario que aprendas algunas técnicas de atención plena básica.
Técnicas de atención plena básica
Es importante que acondiciones un lugar en el que puedas estar tranquilo y relajarte. No es necesario que adquieras ninguna posición en concreto, normalmente se suele practicar sentado, pero lo importante es que estés cómodo.
Vamos a empezar por hacer ejercicios de respiración. Puedes comenzar tomando aire por la nariz y expulsándolo por la boca. Debes centrarte en tu respiración, sintiendo cómo entra, cómo llena tus pulmones y hace todo el recorrido hasta salir por la boca mientras se va hinchando tu abdomen. Debes sentirla, pero no pensar en ella; de hecho, no pienses en nada.
Al principio puede ser difícil. Esa parte que consiste en no pensar puede no ser sencilla cuando llegamos a casa tras un día agotador en la oficina, entre teléfonos, reuniones e infinidad de tareas por hacer. El día a día puede resultar complicado, porque tenemos mil cosas en la cabeza. Por eso, dejar esas mil cosas fuera de ella cuando siempre las llevamos dentro no es tarea fácil.
No te agobies, es normal que al principio cueste, pero con la práctica cada vez saldrá de manera más fluida hasta que, como indicábamos más arriba, puedas introducirlo espontáneamente en tu vida cotidiana.
Más allá del regusto espiritual que el mindfulness parece tener, esta técnica nos ayuda a vivenciar nuestro entorno, es decir, a abrirnos a él relacionándonos de forma directa, en el aquí y ahora, dándonos la oportunidad de trabajar con nuestro estrés, ansiedad y en definitiva, con los retos que nos pone la vida.
Más aún, ha demostrado ser efectiva en personas que deben lidiar con dolor crónico. Personas para las que no existe ningún tipo de medicación que las alivie.
En definitiva, estas técnicas te ayudarán a aceptar la realidad tal y como es y, en el caso de que quieras cambiarla, puedas centrarte en las potencialidades y en hacer de tu vida una experiencia mucho más satisfactoria. No solo eso, sino que volviendo a lo que indicábamos al principio del post, te ayudará a aceptarte a ti mismo de manera sincera. Al fin y al cabo, piensa que eres la única persona con la que, con un 100% de probabilidades, pasarás el resto de tu vida. ¿No crees que merece la pena invertir tiempo en mirarse a uno mismo y sentirse, no solo en paz, sino a gusto con lo que vemos?
Y en esto te puede ayudar el método Crear Salud, que se convertirá en tu mejor compañero para llevar la atención plena y la meditación a tu día a día. Además, en este método también fomentamos y aconsejamos sobre una correcta nutrición y una vida más activa.
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Muy interesante