Muchas personas practican la meditación día a día, ya que nuestro nivel de vida actual provoca mucho estrés y nerviosismo. Se busca una cierta serenidad, un momento para encontrarse consigo mismo de nuevo. Las diferentes técnicas se centran principalmente en llegar a hallar tu paz interior y su objeto principal es conseguir relajar y, a la vez, concentrar la mente intentando que la conciencia pueda ser liberada de pensamientos perturbadores.

Con esta práctica podrás aprender a dar un enfoque distinto a muchos de tus pensamientos, podrás entenderlos y aclarar ideas que veías opacas o con dificultad. Podrás recuperar la capacidad para olvidar la dispersión que a veces sufre nuestra mente y no nos permite centrarnos en cuestiones y planes, recuperando la capacidad de poner atención en lo que realmente importa.


Podrás meditar en el lugar y momento que te propongas, pero es preferible encontrar un espacio hecho para ti, donde te sientas cómodo y sin ruidos. Busca evitar interrupciones de otros agentes externos, ponte ropa cómoda y decide el tiempo de meditación que dedicarás. Los más expertos dedican veinte minutos dos veces al día, mientras que los que se inician prefieren comenzar con periodos cortos de cinco minutos. Busca la meditación al empezar o al acabar el día, sin encontrarte en plena digestión. Al principio, al empezar la técnica probablemente te aparezcan miles de pensamientos y preocupaciones por tu mente que te impidan concentrarte, pero es completamente normal, sobre todo en las personas que se inician.

 

 

Sobre la colocación, lo ideal es estar en la postura de loto para la mayoría de métodos: sentado con piernas cruzadas ya sea en el suelo, en un cojín o silla, con espalda recta.

Hay distintos métodos para llegar al culmen:

Respiración

Primero de todo, cierra los ojos. Tendremos que empezar a respirar de forma que pueda ayudar a no desorientar nuestra mente, sin evaluarla, intentando concentrarnos únicamente en ella y procurando que no aparezcan pensamientos que nos distraigan. Podemos realizar distintas pautas para hacer una respiración completa.

Por ejemplo, podemos llevar a cabo diez respiraciones, en las que realicemos una inspiración llenando desde abdomen hasta el cuello lentamente, seguidas de una expiración dividida en 3 etapas: liberamos aire del abdomen, luego tórax y al final del cuello. Lo siguiente será retener la inspiración durante unos segundos y, luego, buscar retener la espiración. Concéntrate e intenta sentir cómo tus pulmones se llenan y, luego, cómo se vacían. Puedes repetir a la vez un mantra que elijas, como por ejemplo «om», y así entrar en una meditación más profunda.

Concéntrate en un objeto visual

Puedes hacerlo para poder centrarte en ello y evitar divagar con tu mente, con los ojos abiertos. Al pensar solamente en ese objeto elegido, podrás despejar tu mente de otros pensamientos, siendo una técnica más sencilla, pues solo debes centrar tu visión y colocar el objeto a la altura de tus ojos.

Una variante a esta técnica sería concentrar tus ojos en un objeto o punto fijo y, posteriormente, cerrar los ojos e intentar verlo en tu mente.

Concéntrate en un sonido

Esta vez, puedes intentar concentrarte en un sonido que evite que puedas desorientarte. Hazte con uno con el que guiarte, como el sonido del reloj.

Mírate en el espejo

Imagínate que estás sentado frente a ti mismo, y ves una figura idéntica la cual se trata de tu propio reflejo. Trata de ver e imaginar cada matiz de ti mismo, físicamente, tu posición. Imagínate viéndote desde arriba, desde abajo, de perfil y, al final, busca encontrar una visión global de ti mismo.

Concentración en tu cuerpo

Enfócate en cada una de tus partes del cuerpo individualmente, cierra los ojos y túmbate. Comienza con los dedos de los pies y céntrate en tus músculos. Intenta relajarlos y liberar posibles tensiones. Ahora, continua subiendo hacia los pies, las pantorrillas.. hasta llegar a la parte superior de la cabeza, y realizalo mismo en cada estructura.

La luz de una vela o la flor

Combina una buena respiración lenta. Cierra los ojos e imagínate estar un lugar apagado, solamente ves que una vela ilumina con su llama el lugar. Ahora, observa en tu mente esa llama y concéntrate en su luz. Puedes realizar lo mismo imaginando una flor, visualizando su forma, textura o color.

 

Meditación caminando

Puedes probar este método semejante al de la respiración pero, esta vez, fijándote en tus pies (sin zapatos) al caminar en un lugar sin ruidos donde hubiera menos distracciones e intentando centrar tus pensamientos en sus movimientos. Intenta establecer la conexión entre tus pies y la tierra.

Medita en tu día a día

No solamente apliques la meditación en momentos establecidos de tu día, puedes intentar conectar con tu ‘yo’ interior en otras situaciones: en momentos de discusión y de conflicto puedes aplicar unos cuantos segundos de respiración y de enfoque, o incluso a la hora de comer puedes intentar degustar la comida y concentrarte en vivir las sensaciones que te producen los distintos sabores. No solamente esto, en determinados momentos intenta fijarte en los movimientos de tu cuerpo, intenta sentir lo que hacen y concentrarte en ellos, ya sea a la hora de escribir, cocinar, limpiar tu hogar, entre otros.


Las técnicas de meditación van muy ligadas a nuestros pensamientos.
Y, es que, tener la mente llena de pensamientos positivos, atraerá lo positivo, atraerá mejores actos y construiremos un mejor destino. Hay que cultivar estos pensamientos mediante el uso de la psicología positiva y así poder ir sustituyendo los negativos como el miedo o la ira, intentando luchar contra ellos. La meditación es una de las técnicas para cambiar tus pensamientos negativos en positivos.

Otra técnica es repetirse a sí mismo lo que quieres cada día, varias veces, enfocando tu mente en esa idea y pensamiento. De esta forma, conoces realmente tu poder para poder cambiar tu situación, orientar tus pensamientos a ese objetivo. Es el poder de afirmar y reafirmar.

La visualización nos empuja a aquello que queremos y deseamos, ya sea salud, amistad, éxito, etc. Nos recrea en la situación y, a la vez, nos ayuda a que esa situación se acerque. Eso sí, recuerda que debes tener una mente abierta para que pueda entrar «lo bueno» en tu vida.

En conclusión, la meditación podrá permitirte ‘parar’, y experimentar de primera mano los beneficios de llevar una vida consciente y saludable. De esto mismo trata el método Crear Salud, que te ayudará a establecer nuevos hábitos en tu día a día, no solo para que empieces a meditar, sino para aprender a nutrirte adecuadamente y llevar una vida activaAnímate y prueba la app Siente – que puedes descargar aquí – y se convertirá en tu mejor compañera para guiarte en el camino de la meditación. Se trata de una metodología muy sencilla, que te abrirá las puertas del mindfulness y la psicología positiva, para mejorar tu bienestar y en definitiva, ser más feliz.

¿Estás preparado para mejorar tu vida con la meditación?


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