De un tiempo a esta parte, el mindfulness está en boca de todos. Como cualquier otro tema que se viraliza en las redes sociales, es considerado una técnica de meditación de moda, una tendencia más. Sin embargo, si nos fijamos, ya hace tiempo que irrumpió en nuestras vidas, que nos sorprendió con su novedad, y ahí sigue, manteniéndose como una de las mejores elecciones para alcanzar el bienestar personal.
El mindfulness es más que una moda
Aunque te lo haya podido parecer, ya has visto que esta meditación de atención plena está aquí para quedarse. Por si no tienes muy claro qué es, te aclaramos que consiste en mantener la atención consciente en el aquí y el ahora.
Esta atención plena nos permite tomar consciencia de nuestro cuerpo y nuestros movimientos, de nuestros sentimientos y de nuestras reacciones.
- El piloto automático
Habitualmente vivimos como si tuviéramos puesto un piloto automático. Es una herramienta que nos puede ser muy útil. Una vez que tenemos interiorizadas nuestras rutinas, el piloto automático consigue que mejoremos en nuestras acciones diarias en todos los ámbitos, o que hagamos lo mismo con menos esfuerzo, sin tener que pensar todo, durante todo el día.
Un ejemplo práctico es cuando aprendemos a conducir. Al principio tenemos que estar pendientes de todos los movimientos y esto nos hacer ir lentos, torpes e inseguros. Con la práctica, hacemos muchas cosas de manera inconsciente, ahorrándonos mucho tiempo y esfuerzo.
- ¿Dónde está entonces el problema?
El problema surge cuando todo lo hacemos con dicho piloto automático: hacemos más y más cosas en menos tiempo, no disfrutamos de ninguna acción del día porque no le prestamos atención e, incluso, nos confiamos demasiado y podemos cometer errores más o menos graves.
Cuando pasamos por épocas de estrés, forzamos más y más el piloto automático para que se haga cargo de todo. Al final, nos encontramos extenuados, estresados, con mal humor o tristes y vivimos los días sin disfrutar de ellos.
Disfrutar de los días no quiere decir que todos tengan que ser maravillosos. Quiere decir que seas consciente de lo que estás viviendo y trates de tener el mejor ánimo posible para cada circunstancia.
- Mirar sin juzgar
Otro de los problemas diarios con los que probablemente te enfrentes es el de reaccionar a las situaciones con una serie de juicios, opiniones y puntos de vista. Si te fijas un poco verás que cada cosa que se te presenta te parece buena, mala o aceptable. Todos, en general, hacemos esto. Esta también es una herramienta que puede ayudarnos en muchas circunstancias, el haber detectado rápidamente si algo es bueno o malo para nosotros.
Sin embargo, estar continuamente enfrentándonos al juicio nos dificulta tener espacio para la reflexión, dado que nuestro tiempo solemos ocuparlo juzgando y reaccionando a ese juicio.
Por ejemplo, un caso en el que no actúa como una herramienta útil es el momento en el que una persona recibe un comentario desagradable de otra y, directamente, lo juzga como un ataque, sin dejar espacio a la reflexión. Si lo juzgamos como un ataque, la respuesta es otro ataque. Si no juzgamos y contestamos de forma pacífica, quizá descubramos que la otra ha tenido un mal día, o que su mal humor iba contra otra persona o, simplemente, que lo que había parecido un ataque, no lo era. Seguro que esta situación te suena. Poder tener el espacio para reflexionar determina si los siguientes momentos los vas a vivir en calma o con crispación en una discusión.
Cómo practicar mindfulness
Como ves, hay evidentes mejoras diarias que puedes conseguir con esta técnica de meditación y con el uso de la psicología positiva. Por esa razón te decíamos que esto no es una moda: vino para quedarse.
Aprender a practicar mindfulness es a la vez sencillo y complicado. Es sencillo porque los objetivos a lograr lo son en apariencia como, por ejemplo, prestar atención a lo que uno hace. Sin embargo, cuando lo intentamos, comprobamos que es más difícil de lo que esperábamos.
Te vamos a proponer algunos ejercicios para empezar. No te frustres si no te salen bien: no tiene importancia alguna. Lo más importante de estos ejercicios es que te comprometas a realizarlos, dediques parte de tu tiempo a ellos diariamente y, cada vez que te distraigas, de forma suave y sin tratarte duramente, vuelvas al ejercicio que estuvieras haciendo. La práctica diaria, desde la amabilidad hacia ti y tu esfuerzo y no desde la crítica a tus errores, será la que te lleve cada vez a un estadio superior. No tiene más misterio que cualquier otra actividad: la repetición te lleva a la mejora.
- Parar y observar
El primer ejercicio consiste en detener cualquier actividad y pensamiento y observar qué piensas y sientes. Puedes hacerlo de manera periódica y también cuando consideres que llevas un ritmo frenético que te causa malestar.
- Aceptar las emociones y los pensamientos
En este ejercicio debes aceptar, como indica el título, lo que sientas y pienses. Si piensas algo malo relacionado con alguien, por ejemplo, aceptas este pensamiento sin juzgarte por haber pensado algo malo y sin seguir el hilo de pensamientos encadenados que pueda crearse.
- Respirar
Es una fantástica aliada de todas las técnicas de meditación. En este caso, debes contar 40 respiraciones, concentrándote en cada una, contando cada número al exhalar. No debes intentar aquietar la respiración, ni permitir que se agite más. No obstante, sin intentarlo, es normal que se vuelva más calmada poco a poco. Si te despistas en la cuenta, vuelve a empezar sin fastidio, con calma, pues esto no es un castigo, sino un ejercicio beneficioso para ti que merece todo tu tiempo y atención.
- Ver desde fuera
Otro buen ejercicio es el de salirte de tu propia mente y observar tus pensamientos pero como si fueras un espectador. Notarás la diferencia con el primer ejercicio porque, con la práctica, sentirás que estás viendo algo ajeno a ti.
En definitiva, el mindfulness nos ayuda a parar la rueda de ratón en la que vivimos a veces, haciéndonos más conscientes de nosotros mismos, aportando paz y calma a nuestro día a día. Anímate a incorporar esta técnica de meditación en tu día a día, comenzando con estos sencillos ejercicios.
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