Muchas personas, cuando escuchan hablar de la psicología o la terapia psicológica, tienen una imagen de alguien que les va a analizar y va a sacar lo más profundo de ellos mismos. La típica imagen del psicoanalista con el paciente en el diván contándole sus traumas y sus miedos más inconscientes. Al indagar un poco más sobre lo que estudia la psicología, es posible entender que en su evolución han ido surgiendo diversas formas de abordar y considerar los problemas mentales.

Aunque escuchamos muchas cosas acerca de la psicología, de nuevas terapias que van apareciendo, de psicólogos que nos aportan claves en sus libros sobre la gestión emocional, la relajación, relaciones de pareja, etc. Es una disciplina científica que realmente es aún desconocida para muchos. Esto es debido sobre todo a la gran confusión que hay, ya que se han vendido muchas imágenes de lo que es la psicología.


 

Al psicólogo todavía se le trata como alguien que nos va a analizar y nos va a aconsejar sobre cómo comportarnos ante ciertos aspectos de nuestra vida. Esto tiene mucho que ver con el desconocimiento y la ignorancia que existe sobre este tema. También muchas personas se preguntan qué diferencia hay entre la psicología y la psiquiatría, ya que al estudiar ambas disciplinas los trastornos mentales, no se sabe lo que trata una y trata la otra. Sin embargo, la psiquiatría al ser una especialidad de la medicina lo que trata es más a nivel biológico, y la psicología al no formar parte de la medicina, trata más lo que son los procesos mentales y lo observable en la conducta de cada persona.

 

 

Aunque podríamos desarrollar mucho sobre lo que supone la psicología y sus antecedentes históricos, en este texto nos vamos a centrar en las distintas terapias y corrientes que existen, para intentar explicar las diferentes problemáticas de las personas. Estas terapias son diferentes porque cada una de ellas considera aspectos distintos de la persona, ya que en la complejidad del ser humano caben multitud de perspectivas sobre cómo entender y abordar sus dificultades.

Terapia cognitivo conductual

Esta perspectiva de la psicología es la que pertenece a la mayoría de los psicólogos clínicos, esto se debe a que la terapia cognitivo conductual es la que académicamente tiene una mayor aceptación. Esta terapia está centrada en los pensamientos, las creencias y actitudes, que están afectando a las emociones, sentimientos y al comportamiento.

El objetivo de las técnicas de esta terapia es el de la modificación de conducta. Enseñando al paciente distintas técnicas para que aplique tanto en terapia como en casa. De esta forma el paciente adquiere habilidades para afrontar su problemática de la mejor forma posible. Esta terapia tiene como base la evidencia empírica y las investigaciones de los tratamientos; que han resultado ser los más eficaces, para un mayor número de personas en una situación experimental.

Su premisa fundamental es que lo que pensamos nos afecta con respecto a lo que sentimos y a cómo nos comportamos. Esta terapia es una de las más efectivas para tratar los casos de fobias, gracias a su efectividad.

“Si nuestro pensamiento es sencillo y claro, estamos mejor equipados para alcanzar nuestras metas.”
Aaron Beck

Terapia psicoanalítica y psicodinámica

La terapia psicoanalítica es la que se asocia en muchas ocasiones a la psicología. Estamos acostumbrados a ver en televisión e imágenes de todo tipo, cuando se hace una terapia como aparece un psicoterapeuta y un paciente tumbado que se examina así mismo, pensando y hablando en voz alta. Esta ha sido una imagen de la psicología desde hace muchos años, lo que ha provocado mucha confusión al respecto.

El psicoanalista Sigmund Freud, también llamado el padre del psicoanálisis, es uno de los principales precursores de esta terapia. Una terapia que ha creado mucha controversia en el mundo de la psicología, ya que es compleja de estudiar y de aplicar. Su teoría se basa en el análisis de los seres humanos, considerando su comportamiento como una manifestación de conflictos inconscientes, que se han originado, en la mayoría de los casos, en la niñez.

El psicoanálisis pone especial énfasis en los impulsos inconscientes e instintivos que han sido reprimidos en la consciencia. Trata de explicar como nuestra conducta afectada, es un reflejo de lo que no hemos logrado resolver a nivel inconsciente. Los síntomas son vistos como información, que nos transmite lo que puede estar ocurriendo en lo más profundo de cada individuo. Por eso esta terapia tiene como objetivo indagar y profundizar en el inconsciente de la persona, para extraer la información que le haga comprender su conducta. La interpretación de los sueños, los actos fallidos, la asociación libre y la catarsis emocional, son algunas de las técnicas que emplea el psicoanálisis para enfrentarse a las dificultades de cada paciente.

 

 

«La voz del inconsciente es sutil, pero no descansa hasta ser oída.»
Sigmund Freud

Terapia humanista 

Esta terapia está considerada como la tercera ola de la psicología, ya que engloba a las dos anteriores terapias que hemos descrito. ¿Es por lo tanto mejor que las anteriores? Simplemente aumenta la perspectiva y hace una ampliación de las técnicas. Realmente no hay una terapia mejor que otra simplemente son distintas formas de ver las problemáticas y de abarcarlas.

La terapia humanista es una corriente más flexible y ecléctica. Los principales precursores de la terapia humanista fueron Carl Rogers y Abraham Maslow. Esta terapia desde un principio reconoce las limitaciones del estudio del ser humano, ya que entiende que no somos capaces de experimentar la realidad tal y como es, sino cómo podemos verla cada cual. Tiene influencias filosóficas y valores de oriente.

Su conocimiento se basa en la experiencia intelectual y emocional. Su objetivo es la reflexión para la toma de conciencia. Se ve al individuo y se le trata como un adulto capaz de resolver sus problemas si se le ayuda a descubrir sus potencialidades y propios recursos. Las técnicas intrusivas como la modificación de pensamientos se consideran que infantilizan al individuo y solo son parches para ocultar el trasfondo.

El terapeuta humanista lo que hace es facilitar el proceso que debe hacer el «cliente» (tal y como llama Carl Rogers a sus pacientes). Siendo un componente activo en todo su proceso, ya que es la persona encargada principalmente de resolver su dificultad y problemática, para llegar finalmente a su autorrealización. Este es el concepto clave en la terapia humanista.

“La autorrealización es crecimiento intrínseco de lo que ya está dentro del organismo o, para ser más precisos, de lo que el organismo es él mismo.”
Abraham Maslow

 

Terapias de 3ª generación

Las terapias de tercera generación recogen fundamentos propios de la filosofía budista y de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). En esta terapia, el mindfulness es una de las técnicas con mayor aceptación. Las investigaciones han comprobado sus beneficios y ya se está empleando desde las diferentes perspectivas psicológicas.

El mindfulness se ha empleado en la mayoría de los casos para el aprendizaje sobre la gestión emocional. Su objetivo es que la persona adquiera un estado de conciencia que le permita tener la mente en calma, para autorregular sus pensamientos y comportamiento. Todo este proceso implica a su vez conocerse mejor así mismo, lo que ayuda a que haya una aceptación.

Una de sus premisas principales es la de focalizar la atención al momento presente, a lo que está ocurriendo aquí y ahora. El mindfulness representa mucho más que un conjunto de técnicas y ejercicios para este fin, ya que es sobre todo una actitud ante la vida, una forma de adquirir valores para estar mejor con nosotros mismos y en consecuencia con los demás.

Para ayudarte a practicar el mindfulness y la meditación puedes contar con la ayuda de la app Siente, – que puedes descargar aquí – . A través de meditaciones guiadas y ejercicios de psicología positiva podrás mejorar tu bienestar, vencer la inseguridad y, en definitiva, ser feliz.

Pero, además, la metodología Siente forma parte del método Crear Salud, que te ayudará a establecer nuevos hábitos en tu día a día, no solo para que empieces a meditar, sino para aprender a nutrirte adecuadamente y llevar una vida activa.

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